La bodega I: La iniciación
La deliciosa sensación de su saliva inundando mis rincones más profundos la excitación era tremenda, este cincuentón me estaba haciendo volar, sentía como su bigote rozaba mis paredes interiores provocándome un enorme placer, estaba enculado y yo mismo trataba de pegar más mi cola contra su cara, sentí su respiración en mi culo, ese aire caliente que se daba paso en mis entrañas, sus manos acariciando con fuerza mis nalgas, estuve a punto de correrme de no ser por que el me detuvo, dejó de mamarme el culo