Una relación satisfactoria por el otro camino
Muchos cuentan que a la primera logran penetrar el ano de su mina que nunca lo ha hecho, mentira, lo normal es que te tome su buen tiempo, primero debes tener una relación sexual plena con ella y que realmente ella esté satisfecha de todas las formas en que le haces el amor.
Y por ahí va el asunto, de tanto experimentar poses y situaciones obviamente que al final se llega a lo último, el postre, que es culiarte a tu mina por el chiquitín.
Primero debes pedírselo en reiteradas ocasiones durante las calenturas más grandes, diciéndole lo inmensamente feliz que te haría.
Y durante las relaciones sexuales cuando tu mina está gozando de lo lindo tus dedos previamente lubricados ya sea con su mismo jugo de su concha o con crema que siempre debes tener a mano por si acaso se da, le sobas su ano, lo embetunas bien y como no quiere la cosa trata de introducirlo muy poco, debes estar preocupado de sus reacciones, ya que si acusa molestia lo retiras pero sigue tocando por fuera, llega el momento que acepta tu dedo sin chistar a lo que tu debes aprovechar y ser un poco más audaz, siempre hablándole lo rico que es y lo rico que lo está sintiendo, por experiencia a las minas les termina por gustar que se lo hagan, pero al principio siempre tienden al miedo, que le puede hacer daño, etc.
Pero uno debe ser constante y avanzar lentamente, a sabiendas que cuando pierden el miedo las excita mucho y terminan gozando. Llega un momento que al tener relaciones por la vagína o haciendo la miné el dedo en el culo les termina haciendo falta.
Cuando eso sucede tu mina está lista para el sacrificio. Lo más recomendable para prepararla es llevarla a una gran excitación, comienza dándole un buen masaje, (Emulsionado, cualquier marca), acaricia todas sus partes más sensibles, hazle la miné, y cuando la tengas de espalda le untas bien el ano, no te adelantes, deja que te haga el amor, peor, no la dejes llegar al clímax, evítaselo por todos los medios, se calientan de una manera increíble, cuando ya crees que ha llegado a su limite las pones en cuatro patitas y se lo pones por la vagina y con bastante crema le untas el ano, primero un dedo, dale tiempo a que se le dilate mientras tanto bombéala, pero detente si crees que puede acabar, por que si lo hace perderás la oportunidad, a no ser que sea multiorgasmica, una vez que la sientes dilatada con un dedo ponle el otro para que se lubrique y después lo dos, deja nuevamente que se dilate, recuerda debe ir acompañado de una buena culiada, ponla de guatita pero con una almohada bajo su pubis, trata de introducírselo poco a poco, pero antes unta tu pene con bastante emulsionado, si muestra mucho dolor déjalo para otra ocasión, es importante que le hables, pidiéndole que se relaje, inclusive que sea ella la que se lo introduzca, una vez que entra la cabeza debes quedarte quieto, nuevamente esperando que se relaje y se dilate, y como dice el dicho «entrando la puntita lo demás entra solito», y deja que ella sea la que se lo introduzca todo, les gusta terminar el trabajo ellas para que tu sientas que de veras ella te lo dio, debes en ese momento agradecerle lo inmensamente feliz que te hace, repítelo y repítelo una y otra vez, dile lo campeona que es, etc. etc. demuéstrale lo grandioso que ha hecho al entregarte «eso», no trates de ponerte como un toro porque si la lastimas, chaaao, y olvídate de intentarlo otra vez, lo mejor es dejar que ella lo intente, tu estás sobre ella, pero debes estar en el aire sin aplastarla, dejando un espacio entre tu y ella, ensartada, le dices que se mueva levantando ligeramente sus caderas para que se lo meta más, ella solita sabrá hasta donde, les prometo que se sienten capas y logran movimientos espectaculares, que con el tiempo mejoran sustancialmente, y es más podría asegurarte que termina entrando todo, hasta las bolas. Ella te dirá cuando se termina la fiesta, tu obedece dócilmente, ya que si todo salió bien la próxima será mejor.
Nunca el hombre debe de olvidarse que cuando juega con el ano de su pareja ya sea con dedos o con el pico, nunca, pero nunca deben volver a la vagina so pena de que ella tome una infección urinaria la caballa de grande y que cuando ella sepa cual es el motivo ,Chaaao.
Y si después de esto la cueca sigue en la vagina, el hombre debe asearse muy bien su pene y sus manos antes de seguir la función.
Esta relación con el tiempo se hace con frecuencia, ya que la mujer, increíble pero cierto, logra unos clímax espectaculares, gracias que ella buscando una posición adecuada, el pene llega hasta el punto G y ella si que lo siente.
Esta postura es en cuatro patitas y una vez penetrada la mujer debe levantar su torso, estirando sus brazos lo más posible quedando prácticamente arrodillada con el tronco casi recto, esto hace que la penetración se produzca hacia la parte superior del pubis de la mujer donde se encuentra el punto G.
Cada envestida lleva el pene hasta el punto «G» lo que se convierte en un masaje en ese punto, lo que la lleva a un clímax distinto al del clítoris.
Como experiencia propia contaré como terminé haciéndolo con una polola que tuve.
Yo me acosté de espalda, ella se montó sobre mi dándome la espalda, ella misma se lo introdujo, después que estuvo bien ensartada se recostó sobre mi pecho, le pedí que separa ambas piernas poniendo una cada lado de mi cuerpo, le indico que las recoja de tal manera que los pies quedaron a la altura de mis rodillas, esto permitió que ella quedara libre para levantar y bajar sus caderas, yo al principio dirigí sus movimientos tomándola con ambas manos de sus caderas para indicarle el sube y baja, a lo que obviamente el pene entra y sale, llegó a tener un ritmo tan exquisito que ella comenzó a golpear fuertemente sus nalgas contra mi estómago, entraba todo en cada envestida, el placer que sentimos fue tan grande que acabamos juntos, (yo le avisé cuando estaba listo para darle tiempo a ella), a partir de ese momento lo repetíamos en cada ocasión que estábamos juntos.