Paso una media hora en la que me hice la dormida, él no se movía , decidí pasar a la acción, deje caer una pierna de la butaca , quedando a la vista mis bragas, mi hijo se levanto, se acerco a mi y me dio dos empujones para ver si seguía dormida , yo no me moví.
Se dice que el trabajo puede llegar a ser aburrido, sin embargo un buen compañero(a) de trabajo puede cambiar dicha percepcion.
Lo empujé otro poquito, como unos 5 ó 7 centímetros y ella de repente se fruncía, como con miedo de no poder soportarlo, sin embargo, estaba en verdad tan encharcada, que las paredes de su vagina no representaban ningún obstáculo para detener el avasallante paso de nuestro callado nuevo "amigo".
No hay dudas, todos saben lo que ella es, estuvo pensando si aprovechar o negar la situación, no pudo con su nueva vida, el goce se apodero de ella, esa misma tarde anocheció en otra quinta con otros participantes.
Te he visto muchas veces dormir, pero hoy cada vez que te miro me pareces aún más guapa, me gustas más, me atraes más, será que debo estar hoy aún más enamorada de ti que ayer, pero seguro menos que mañana.
Por fin, permitió a Eunice tumbarse sobre su cuerpo, y ambos se abrazaron estrechamente, mientras de nuevo las bocas se unían en un beso ansioso; su miembro se introdujo totalmente en su interior, y los movimientos acompasados de ambos incrementaron en deliciosas oleadas el placer de los dos sexos fundidos.
Y en ese mismo momento le toqué los pechos a mi madre. Fue la primera vez. Y a los dos segundos no me lo podía creer. No me lavaría jamás esas manos. Se los levanté un poco y pude comprobar lo riquísimos que los tenía, carnosos, duros, y preciosos.
Ella lo agarraba con ambas manos y lo acariciaba, y yo notaba como el pene del animal se iba poniendo duro entre sus dedos.
Mi mujer gemía, sí gemía, como espasmaba se estremecía, tratando de meterse algo más de ese guevo y a la vez de no dejarlo salir creo que tuvo un multiorgasmo, que manera de salir flujo de su vagina revuelto con el semen de Mauricio.
La saludé, previa pasada por el baño para arreglarme, ella me saludó de manera afectuosa como si jamás hubiéramos dejado de vernos y me invitó a sentarme a su mesa, estuvimos conversando sobre los viejos tiempos y yo no podía dejar de mirar el movimiento de sus senos cada vez que movía su cuerpo de manera brusca.
La que debutó mas tarde fui yo, que lo hice casi al cumplir quince años, manteniendo relaciones desde ese entonces sin caer en la ninfomanía pero con el gusto de probar de todas las maneras posibles esas vergas de todos los tamaños, de jefes, cadetes, profesores, novios, cuñados...
Acto seguido, me levantó y tras desnudarme del todo me colocó un collar de cuero en el cuello, al que se enganchaba una cadena de hierro y comenzó a arrastrarme por la habitación hasta llevarme a una especie de potro que no pude haber visto antes porque se encontraba plegado.
Unos segundos después, se separaron un poco de mi, haciéndome levantar del sofá, se desvistieron las dos en un santiamén, dejándome tiempo a que yo me desnudara por completo, y se pusieron delante de mi de rodillas, una a cada lado de mi pene, acariciando mis piernas, mis testículos, y mi verga, que hacia ya rato que estaba mostrándose en su mayor esplendor.
Nos dimos un beso sensual entre las tres y me propusieron afeitarme mi cosita, yo encantada acepte; me dijeron que habían olvidado el agua, por lo que tuvimos que regresar a su habitación.
En una actitud egoísta de mi parte no los animé a continuar por detrás (quería que ese monumento de placer fuera solo mío, al menos por ahora), y Balma que supongo estaba algo dolorida de su culo, tampoco lo hizo.
No se separo de Carlos y de sus caricias paternales, todo ese verano, continuaron sus idas a la quinta, aprendió de espermicidas, forros lubricados y otros métodos anticonceptivos, pero esencialmente vio como su cuerpo se transformo en el de una hermosa mujer, sus senos crecieron y estaban exultantes de ganas.
Con trabajos me retiré del arma que tenía inserta en el intestino, me recosté a su lado, nos dimos un apasionado beso jugueteando con nuestras calientes lenguas y.... nos quedamos dormidos.
El otro estaba mirando todo esto, y estuvo a punto de correrse también, entonces me dijo, quiero que me hagas llegar a mi, y sin esperar nada, me metió su palanca a la boca, que ya estaba bien parada de todo lo que veía y de comerse mis senos.
Tú eres su hermana y tienes tanto derecho o más de que tu hermano te folle. Oye, Brandi, me estoy fijando, y sabes estás buenísima. Tu hermano, ya lo creo que estará contento, no sólo se ha follado a su propia hermana, sino que además lo ha hecho con una hembra prodigiosa.
Me levanto y voy directamente a la nevera, saco un pepino, es de buen tamaño, en su parte inicial es delgado, pero va aumentando su grosor. Vuelvo a mi cama, y en la tele el tipo la esta penetrando por el culo y por la choncha la mujer tiene un consolador que ella misma lo mueve a su gusto.