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El piloto de mis sueños: La noche que mi vida cambió

Cuando termino el curso de ingles, el se fue a la fuerza aérea, aun así nos mantuvimos en contacto. Después de dos años de no vernos, quedamos en encontrarnos en un bar de la ciudad, la alegría fue grande, entre tragos y baile, la conversación subió de tono, hasta que él me reto a darle un beso, por supuesto no desaproveche la oportunidad que había anhelado, yo hasta ese día era virgen y desde que lo conocí me dije que con el tendría mi primera vez, y nunca imagine que eso llegaría.

Puta pendejera

Cuando nos dirigimos a la habitación ese hombre me miraba el culo de una manera, mi amante se aprovecho de eso, y me empezó a pasar su mano descaradamente en él además tiraba de mi tanga hacia arriba, cuyo efectos provocaron volver a mojarme como antes que entráramos al motel.

El chantaje de mi sobrino III

Poco a poco me la fueron metiendo por el culo sintiendo un dolor inaguantable asta que se cansaron todos, yo no era capaz ni de andar pero tenia ganas de marchar lo malo que tenia toda la ropa arrugada y sucia llena de corridas de los niños pero me dio igual la gente me miraba rara pero eran mas las ganas de llegar a casa que lo que dijeran por el camino.

Carta erótica a mi madre

Ambas sabían exactamente qué hacer y comenzaron a tallar mi verga y mis huevos con las plantas de los pies, como un molinillo, tu pie moreno, delgado nervioso y el suyo blanco, lleno, de dedos pequeños que no alcanzan a rodear mi verga, mientras los tuyos, largos y finos son casi una mano que la acaricia de arriba a abajo.

Una noche en la terraza con final inesperado

Me abrió el culo y me la metió en el coño por detrás, mi flujo chorreaba por mis muslos, empezó despacio, y de repente empezó a follarme como un loco, a bombearme salvajemente, el mueble se movía, yo no era consciente de mi misma, sólo quería más y más y más fuerte, y más rápido, apenas me quedaba respiración, me había corrido ya tres veces, y este hombre no se iba, era increíble, me puso una mano sobre la espalda y con la otra me empujaba hacia él…

Conozco a un hombre casado en un foro de internet

Cuando salí de el prácticamente desnuda José había llenado la habitación del hotel de velas, la luz temblorosa hacia que todo fuera mas intimo y mientras yo cogía o dejaba algo sobre una silla el se acerco a mi por detrás, me cogió y comenzó a acariciar mis enormes teta haciendo que mis pezones se pusieran durísimos en solo unos segundos, yo notaba su polla en mi culo y eso me excitó aún más, así que me giré y besándonos llegamos hasta la cama

Bacanal madre e hijo

Como organizados de convenciones, él tiene un toque muy especial para hacer que una se sienta bien (no necesita más que meterme la verga para que yo me sienta bien), pero en este caso, hasta imprimió el menú de nuestra bacanal.

El técnico, mi madre y yo

Empezó a chuparme las tetas mientras me acariciaba mi coño con su mano. Yo estaba que me moría de placer, entonces cogí su polla y comencé a mamársela. No lo había hecho nunca pero me gustó mucho tener esa verga enorme en mi boca.

Mi fea compañera de trabajo

Más tarde fui bajando por su cuello mientras con mis manos intentaba agarrar sus pezones a través de la camiseta. Dios que pezones tan duros tenía. No quise esperar más y con las dos manos le rompí la camiseta dejando al descubierto sus mínimas tetas superblancas pero con sus dos pezones bien erectos.

Hicimos un trio casi sin darnos cuenta

La sensación era extraña, muy morbosa y excitante, miré a Rafa y pude observar que su cara expresaba excitación y no podía ocultar el bulto en su pantalón. Un hombre estaba viendo a mi mujer cómo me chupaba la polla desnuda y se estaba excitaba con ella. Podía ver su cara de deseo. Estaba fuera de mi.

Hogar dulce hogar VI – Final

Y volví a sentir el trallazo de la correa, mientras mi pito apuntaba ya directamente a su coño y ella me sonreía y me besaba, llena de felicidad porque había conseguido su propósito. Así es que me la cogió, se la metió en su coño y me dijo a mí que me autorizaba a que me corriera y a su amante que siguiera azotándome.

Mi hija y yo I

Después comencé a mover el cuerpo procurando que mis pezones endurecidos se frotaran contra los de mi pequeña. tras unos minutos frotándome los pezones con los de mi hija y sintiendo como mi corazón latía con furia, la cogí de la cintura, la separé las piernas lo máximo que pude e inmediatamente después agité mis caderas hasta que sentí cómo mi coño húmedo se pegaba con fuerza a la jugosa almeja de mi hija.

Hogar dulce hogar III

Y por eso, algunas noches, cuando salimos a la calle, ella se pone una falda muy corta, se deja las braguitas tanga transparentes, se coloca las sandalias de alto y fino tacón y me coge de la mano para salir a dar una vuelta y a sentarnos en una terraza, donde inexcusablemente abre mucho sus muslos para que todos vean sus braguitas mientras me susurra al oído que se siente como una puta salida y muy excitada porque, al verla, todos sepan que lo es.

El baño con dos mujeres

Yo comencé a pintarme los labios y al terminar decidí hacer una cosita haber que reacción causaba en las muchachas, me subí la blusa que tenia puesta y me acomode mis tetas, ellas se miraron entre si y también miraban mis tetas, como el espejo del baño era muy grande yo podía ver sus caras mientras hacia que me acomodaba las tetas dentro del brasier.

Haciendo de boy

Pegué mi pene en su culo y la besé en el cuello, apartándole el cabello. Le acariciaba los senos por encima de su camiseta y pronto Karen superó la fase de rigidez y se abandonó a mis caricias, echando la cabeza hacia atrás, cerrando los ojos y suspirando. Me dijo si aún tenía fuerzas. Me había visto antes con Carmen y Eulalia. La di la vuelta y enrosqué mi lengua en la suya.