Su novio, Chencho, su primo y ella tuvieron juntos una experiencia estupenda aquella noche disfrutando del sexo sin tapujos.
En una ocasión mi esposa organizo un paseo a nuestra casa de la playa, invito a dos parejas de amigos y a sus hijos para que la semana fuera agradable para todos, el esposo de una de ellas decidió no ir por lo cual ella fue sola, y el otro quedo en llegar después.
Los seguimos con cautela para que no notaran nuestra presencia y vimos como Luis la recostó con delicadeza sobre la cama, el volteo con sus nalgas hacia arriba, el culo hermoso de mi mujer en todo su tamaño y esplendor pidiendo que se la metieran. Luis se acercó despacio y le puso la estacota sobre las nalgas, fue recorriendo lentamente sobándola con el glande pasando despacio sobre le culito, ese hoyito virgen que mi mujercita nunca me ha querido prestar.
Me acerqué a donde estaban Lety y Abril quienes estaban masturbándose una a la otra, de inmediato Abril me pidió que se la metiera por la vagina y separó sus piernas, comencé a introducirla lentamente en su sexo hasta que entró toda ella gozaba como nunca y esperaba que siguiera cogiéndola con la verga que tenía puesta; de repente, sentí otro pene de látex en mis nalgas y era Zulema quien me dijo que me iba a coger por detrás mientras penetraba a Abril, acepté y esperé a que ella me metiera el pene en mi ano
Mis manos se hicieron hacia atrás para llegar hasta sus redondas nalgas, si quizás le faltara busto, había sido congraciada con mayor trasero, era muy rico estar pasando mis dedos sobre esa superficie redonda y suave. Mis dedos levantaron su minifalda para alcanzar cada uno de sus redondos cachetes posteriores, tomaba cada uno con mis manos y los separaba.
Yo esperaba en la toalla haciéndome el dormido y viéndolo todo, ella salió del agua y la noté los pezones muy duros a través del bañador, se tumbó boca abajo y me habló pero no contesté haciéndome el dormido.
Ella se me acercó y comenzamos a besarnos, comencé a acariciar su espalda hasta llegar a sus nalgas, ella se estremeció cuando las sintió y se excitó más cuando mis dedos comenzaron a buscar su culito.
Un hombre corre a reunirse en el chalet de la playa con su esposa y la hermana de ella. Al llegar se encuentra con un tórrido cuadro en la cama del dormitorio.
Tres muchachas, compañeras de clase en la universidad, se reúnen en una casa de la playa para hacer un trabajo. Una vez terminado dedican su atención y energía a gozar del sexo.
Unas vacaciones de verano, toda la familia reunida, son un buen marco para un encuentro íntimo entre primos.
En la playa se hacen buenas amistades, como le ocurre a nuestro protagonista que acaba gozando por igual de madre e hija, a cual más caliente y fogosa.