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Hermanos

Me estaba gustando, eché un vistazo a la cama de Bruno para asegurarme que siguiera en la misma posición, mis amigos no estaban pero había alguien que podía presenciar lo que estaba haciendo, mi respiración se entrecortó por el pensamiento que tuve, decidido, bajé un poco más las cobija, ahora a la altura de la cintura, tragué saliva, ahora mi mano estaba acariciando desde mi abdomen hasta mi pecho, tocando la musculatura de mi cuerpo, el apretar mi verga ya no me era suficiente, lo estaba disfrutando mucho así que decidí arriesgarme por completo, bajé rápido la cobija hasta donde terminaba mi bóxer, sin importar que mi hermano pudiera verme.

Ejercicios en el gimnasio y erección monumental

El me agarró el pene y bajo su dirección, empujé hacia arriba y con alguna dificultad, poco a poco lo fui penetrando por el culo. El orificio de su ano estaba tan caliente y apretado, que casi me vengo con sólo sentirme adentro, pero logré controlarme. Nos quedamos quietos un momento y luego empezamos un movimiento de ir y venir, de sube y baja, de mete y saca, en tanto él se masturbaba con su propia mano.

Una tarde de cine

Cuando esto sucedió nunca había tenido una relación sexual completa, no había pasado de los magreos con chicas bailando y algún que otro morreo con una chica que por entonces nos gustábamos, y aunque no se podía decir que éramos novios, sí que más o menos salíamos, y de vez en cuando nos pegamos un buen lote, pero sin pasar de ahí. Nunca le había tocado el chocho a pelo, ni ella a mí la verga.

Cuando somos tres se pasa mejor

Luego el otro me hizo salir y tomó mi puesto, se la metió de un golpe, que gemía excitadísimo, yo me masturbaba viendo como sé lo culiaba, su polla entraba y salía de aquel estupendo culo y el otro parecía morirse de placer, luego sé la sacó, lo tumbó en la cama boca arriba, le abrió las piernas y volvió a metérsela, me encantaba ver aquel espectáculo, aquel hombre con las piernas abiertas y el culazo, dejando que la verga del otro le traspasara, así estuvieron un rato, luego cambiaron de posición

Mi vecino de enfrente II

Nos acariciábamos, las piernas, los muslos, las nalgas de Manuel eran maravillosas a pesar de sus años (tenía unos 45), tenía un culo que no dejaba de pedirme ser penetrado, y fue él quien dijo yo seré el primero para que mi hijo aprenda como se hace, solamente nos miramos y esbozamos una risita cómplice con su hijo y dándose la vuelta me ofreció el culo, me puse a besarle las nalgas, a lamérselas, abriéndoselas encontré su agujero, y me dediqué a meterle la lengua, él rabiaba de placer, mientras Rodrigo nos miraba y se masturbaba.

Pensaban que juntos pasarían un fin de semana muy romántico, pero no se imaginaban lo que allí iba a suceder

La verdad es que no sé qué me paso por la cabeza pero al cabo de una rato no pude aguantarlo más y me levante y empezó a meter mis 17 cm a punto de explotar de placer en su culo y cuando empecé a correrme dentro de él se la saco a Javier lo masturbó violentamente hasta que se corrió y me la metió entera en la boca para llenarme con toda su leche el estómago.

Loca pasión

Ella me abrió puerta y al entrar vi al hombre que había visto antes cuando pase frente al club. Nuestras miradas se cruzaron y me detuve mirando de frente pero muy tiernamente sus ojos negros. Hice una pequeña sonrisa, de manera muy tímida y él me dijo sonriendo, hola bienvenido. Ven a la barra y te explico cómo es el servicio que te podemos brindar. Mi corazón latía a mil. Al escuchar su voz, inmediatamente reconocí que era el hombre que me había atendido por teléfono. Era Efraín.

Mi tio y maestro III

Una tarde estaba viendo una película en el vídeo, era sobre una relación entre dos hombres y una mujer, con todo tipo de escenas, y no me di cuenta de que entraba en casa, así que seguí pasándome la mano por la polla y los huevos sin reparar en que mi padre estaba en la puerta de la sala de estar mirando la televisión y mirándome a mí; no sé por qué, pero en un momento dado giré la cabeza y me encontré a mi padre en la puerta tocándose por encima del pantalón del traje exactamente lo mismo que hacía yo, es decir, sobándose la polla.

El novio de mi hermana I

Un joven tiene una primera relación homosexual con el novio de su hermana. Aquella tarde nos habíamos quedado los dos solos en la casa. Mi padre estaba de viaje y mi hermana y mi madre habían salido de compras. Ya se sabe lo que se enrollan las tías cuando se van de compras.