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El secreto de mi madre

Bueno un día en que yo estaba con mi madre solas en el departamento, le pedí que me contara ese secreto que me tenía con muchas dudas, y ella me contó, que lo que escondía es que ella y su cuñada habían tenido encuentros sexuales a escondidas y me invitó a participar, de lo cual acepté inmediatamente.

Mi deseada cuñada I

Ella tenia puesta una minifalda negra sin medias me di cuenta porque roce su pierna con mi mano sin quererlo, tenia unas piernas geniales dignas de ser mostradas sin medias, arriba llevaba una camisa blanca semi transparente por la cual se observaba el corpiño que era mas chico de lo que debería usar, lo usaba a propósito para provocar, así lograba que casi medio seno quedase a la vista de todo y mis ojos no podían dejar de mirarla.

Mi cuñada y familia II: la suegra

Por la noche durante la cena ella estaba sentada a mi lado, yo me divertía con la escena pues estaba el padre que se follaba a la hija y la madre de mi mujer a la que me follaba yo. Con todo el descaro del mundo le metía mano a mi suegra por debajo la mesa, le había subido la falda y le toqueteaba el coño por encima de las bragas.

Venganza II: Cruz

Lo primero que vi, cómodamente arrellanado en el sofá, fue un magnifico strip-tease, que no tenia nada que envidiarle al de las mejores chicas de alterne, en el que mi atractiva cuñada terminaba quedándose tan solo con un atrevidisimo conjunto de lencería, que no pude dejar de reconocer como el mismo que había comprado para Isabel tan solo unos días antes, con ayuda de mi cuñado.

El hipnotizador II

Desde ese día eran ellos los que solían venir a menudo por nuestra casa, o invitarnos a la suya, para hablar de negocios, o pasar la velada. Allí se turnaban en entretenerme; así, uno de ellos me daba conversación, para que el otro pudiera beneficiarse a mi esposa.

La tarjeta pirata

Sonó el teléfono, eran los amigos que llamaban para ir al cine. Él les contó la situación, pero mi cuñada lo alentó a ir. Ella se pensaba tomar una infusión con limón y miel y el medicamento recetado por el médico y guardaría cama. Yo me ofrecí a preparar su petición y le dije a mi hermano que cuidaría de ella, que la atendería en todo lo que pidiese.

Como lo prometido era deuda

María se balanceaba sobre sus pies los dedos hacían de ejes y su pubis se bamboleaba al unísono con su excitación, solo había una cosa que le sacaba de quicio, no poder hacer nada en tal postura, sus pechos estaban tan solos y desentendidos que su propio contoneo le producía placer.

Mi cuñada Beatriz I

Mientras tanto, yo di cuenta por tercera vez de su coñito, incluso esta vez, justo cuando me llegó el orgasmo y me empecé a correr, le di un ligero mordisquito a su clítoris mientras uno de mis dedos índice jugueteó con la entrada a su culito. Eso, terminó de provocarle su orgasmo, aunque siguió lamiendo mi polla hasta que me la dejó limpia de semen.

Atendiendo a mi cuñada

Mis dedos buscaron la cavidad rosácea que emergía llamativa entre sus inflamados labios para introducirse en ella iniciando un vibrante mete y saca que provocaban quejidos de placer en la ardiente mujer  tan desatendida por su marido.