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De leer quise probar

Este es mi primer relato, jamás pensé que me atrevería, he estado leyendo desde hace tiempo los relatos zoofílicos, y sinceramente me impresione e inclusive me escandalice, no pensé que existiera ese tipo de relaciones a pesar que tengo 18 años era virgen hasta hace apenas 2 días... aquí comienza mi relato y mi primera experiencia sexual y zoofilia...

Mi perro y yo

Fido se me quedó viendo raro, se aproximó a mí a olfatearme, yo me asuste y entré en la casa pero Fido me siguió de pronto me percate de lo que pasaba, Fido había olido mis jugos vaginales y noté como su pene empezaba a crecer y crecer, hasta que la mayoría se le había salido...

Una noche inolvidable, pero con mucho miedo II

Como ya les había contado ella y yo ya habíamos visto fotos sobre zoo filia, cuando de repente sentí como Jonathan se metió entre mis piernas y me empezó a oler y logro lamerme un poquito, entre mis piernas esto me causo en mi un gemidito, Erika se dio cuenta y solo se metió en la casa y no dijo nada, yo me puso muy roja, pero no trate de decir nada a ella por pena y se imaginan, pensaría que estoy loca.

Canfundida

Vinculada a un grupo de amigas de colegio me dejé llevar por el enigma y el misterio de una fiesta en la que, sin haberlo siquiera imaginado, tuve mi primera y única experiencia zoofilica electrizante con un Labrador dorado quedando más de treinta minutos literalmente fundida con el can y confundida ahora.

Como animales

Al darse vuelta para ubicar su ropa en el respaldo de la silla quedaban ante mí, deslumbrantes, sus nalgas redondas, firmes, no muy grandes aunque sí generosas entre las que se perdía la tirita de su tanga.

Iniciación zoofílica V

Ató un perro en cada argolla y yo fui llevada por toda la estancia con la correa, caminando a cuatro patas al lado de mi ama dándome tirones de vez en cuando para ir corrigiendo mi posición, un paso por detrás de mi ama pero no mas, siguiendo su ritmo de marcha, unas veces lento, otras más rápido, parándonos y enseñándome a sentarme con la cabeza alta y el culo a ras de suelo, era algo humillante

Iniciación zoofílica IV

Me comenta que es en este lugar, bien aislado acústicamente en donde se dan los mayores castigos, por supuesto sin mordaza para que la sumisa o sumiso pueda gritar todo lo que desee sin que nadie por ello haga el más mínimo caso, por supuesto también existen mordazas por si el castigador prefiere no oír los lamentos del torturado.

El amante inesperado

Pense que todo había acabado cuando el afortunado bicho por fin eyaculo, empujando de tal modo que arranco un nuevo y violento orgasmo a mi insaciable mujer, sacando del interior del trasero recién desvirgado de esta un trozo de carne roja aun mayor de lo que recordaba. Pero de nuevo me equivoque lastimosamente.

Kika, una perra en celo

Yo en ese momento mire a los demás perros que desde un rincón no dejaban de observar el espectáculo, mientras lamían sus pollas una y otra vez, mientras estaban abotonados me dirigí a uno de los perros el mas pequeño y dócil, un salchicha y comencé a tocarlo su polla era bastante grande para el tamaño del perro y también dejaba escapar ese liquido transparente que llenaba mis manos.

El rodaje

Hasta el momento en que, deslizándose por mi cintura, se introdujo en la parte trasera de mis braguitas. Fue todo tan rápido que no me dio tiempo a reaccionar ni a quitármelo de encima antes de sentir su afilado dardo haciendo las veces de supositorio, y después me dio igual, pues el enorme placer que sentía bien valía la molestia de su intromisión.

Mi primera experiencia zoo y anal

Johana se acercó a su armario y saco un látigo no imagine para que era cuando de repente sentí un latigazo en mis nalgas fue muy doloroso y di un grito ayyyyy... porque me pegaste mis nalgas me ardían me di vuelta y pude ver la marca del látigo en mi culo; me dijo pediste una verga y te la traje así que no es el momento de arrepentimientos dejaras que Albert de folle, me dio temor puesto que si no aceptaba Johana me podría dar otros latigazos

Zoofílica bisexual

Probaría luego también yo, ahora a lo inmediato, exprimirle el elixir de las bolas. Apreté el bulbo por accidente y resultó ser que allí estaba la llave, dos apretadas después escupió el primer chisguete, que dio en mi frente con inusitada fuerza.

Iniciación zoofílica II

Su fantasía era normal, pero no por eso dejaba de ser emocionante, irse a una isla con dos amantes, desde luego, uno su marido y perderse allí durante seis meses, sin preocuparse de nada, ni del dinero, ni los críos, ni las broncas de su jefe, ni de la compra diaria, ni la casa, solo sol, sexo y más sexo.

Iniciación zoofílica I

Fue maravilloso ver como después de este primer orgasmo mi cuerpo se relajó y empecé a sentir de verdad lo que estaba dentro de mí, empecé a saborear aquel pene en mi interior, no era nada conocido, era algo nuevo y casi maravilloso.

Mi gran San Bernardo

Lo acontecido sucedió en el chalet que tenemos en cerca de Alicante, mi padre siempre quiso tener un gran perro, le gustaban los San Bernardos, decidió comprar un cachorro para cuidar nuestro chalet ya que esta zona es una importante zona de robos constantes era una buena forma de tener nuestro chalet vigilado en invierno.