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10 hombres para 1 mujer

Ella estaba orgullosa de su durito y pequeño culo y de su tipo moldeado en el gimnasio y también de sus tetas, ni muy grandes ni muy pequeñas, el tamaño ideal según ella y según yo como pude comprobar después. Nuestra relación en seguida fue muy especial.

Sandy: La verdadera historia I

Contaban como mi esposa les bajaba desesperada la bragueta para mamarles la pija a fondo y masturbarlos hasta hacerlos acabar y después como se tragaba hasta la ultima gota de esperma. Lo que les sorprendía además de que le gustara tanto beber semen es que no quería que se la pusieran.

Anita, la amiguita I

Anita al principio ni siquiera quería oír hablar de sexo. Poco a poco, al calor de la amistad que le unía con Paula, empezó a abrirse y a revelar sus angustias. Cuando nació nuestro hijo, Sebastián, Anita empezó a estar en casa casi todo el día, y nos acostumbramos a su presencia cotidiana.

Betty pagó su deuda

Al recibir ese beso, sinceramente, me sentí incómodo, miré de reojo a Betty, quien estaba riéndose de su ocurrencia y supongo que de mi cara de sorpresa. Luego, Patricia saludó a Betty con igual efusividad, tras lo cual Betty se colocó detrás de ella, levantándole su breve remera y mostrándome las tetas de su amiga, me preguntó "y...¿ te gusta la sorpresa?..., tras lo cual y ante mi mudez súbita, se desnudaron recíprocamente, en forma lenta, a sabiendas de que yo, que ya me había acomodado en el sillón, no me perdía detalle.

Colegas II

Javi estaba anonadado por la situación, su mejor amigo haciéndole un beso negro a su novia a la vez que la suya le daba por el culo, era una cosa paranoica, su cara de sorprendido se quedo perpleja durante unos segundos, luego fue pasando a furiosa, los tres que le miraban estaban congelados a la espera de la reacción de Javi

Complaciendo a mi mujer I

Cuando regresaron, Sarita me contó que nuestro buen amigo se portó muy caballeroso, al principio, pues como le pista está tan llena de gente, no había mas que pegarse a el, y el, se empezó a poner duro, Sarita se quedó intrigada, porque parece ser, Allan está bien dotado.

Sin buscarlo, encontramos un amigo

Luego entre todos recogimos la mesa, y finalmente mientras Jorge buscaba que ver en la tele, nosotras nos fuimos a la cocina a preparar café, pero mientras la cafetera eléctrica hacia su trabajo, nosotras decidimos saludarnos mejor y comenzamos a besarnos como locas, al punto tal que Mar subió mi blusa y mi brasier dejando al aire mis senos que acariciaba suavemente a la vez que me murmuraba al oído lo que me haría mas tarde cuando el invitado se fuera.

Colegas I

Era una tarde de verano, Nami y Jorge estaban en casa de Javi y Jeni, como muchos días, viendo la tele, los cuatro eran amigos desde pequeños y quedaban muy a menudo, en esta ocasión a Javi le había tocado hacer turno doble en la fabrica, y solo estaban Nami Jorge y Jeni, como hacia mucho calor no tenían ganas de salir a pasear ni nada solo de quedarse en casa en el sofá viendo la tele a la espera de que llegara Javi para salir a cenar.

Dos personas en un coche en el polígono

Al pasar cerca de un polígono industrial donde las calles son bastante oscuras y tranquilas, ya antes habíamos estado en ese polígono y ya teníamos un sitio preferido, le pregunte si tenia ganas de jugar un poquito y ella me asintió con una mirada muy morbosa que hizo que me pusiera mas caliente todavía, en ese momento alzo las piernas apoyándolas en el salpicadero y comenzó a quitarse las braguitas tocándose y diciéndome:

Una vecina especial

Se quedó meditando y me dijo que se atrevía siempre y cuando existiese mucha discreción de ambos. Le contesté que no se preocupara que no iba haber ningún problema. Nos fuimos del hotel donde estábamos y busque a mi amigo Juan Pedro, un compañero de trabajo, con quien siempre hacía orgías, ya fueran buscadas por él o por mí.

El vestuario: A mi amiga Sonia siempre la tengo cuando la necesito

Cogí la esponja, le puse un poquito de jabón y se la empecé a deslizar por los pies, por las piernas, las caderas, su culito, su espalda, su cuello, sus pechos, su ombligo hasta que al final llegue a su coño, ella entonces se apoyó en la pared y me quitó la esponja de la mano y yo sin pensármelo le acaricié sus labios con mucha suavidad, deslizando mis dedos por sus labios ayudados por el jabón que había quedado en ellos, mientras ella se acariciaba sus pechos y sus pezones, poniéndome todavía más cachonda.

Mi primera experiencia grupal

En una ocasión me paré para ir al baño, y ella aprovechó la oportunidad para tocarme el culo. Yo seguí hacia el baño, y al volver M.A. me dijo que Estela quería guerra conmigo. Yo no sabía si ella le habría dicho de lo nuestro, pero me senté a su lado y comencé a besarla.