Martina y yo chupamos ese delicioso trasero provocándole varios orgasmos hasta que mi verga estuvo dura una vez mas la acerque a su ano, apoye mi glande en su entrada y agarrándola por los pechos la metí hasta el fondo, evidentemente ella estaba acostumbrada porque no se quejo y solo dejo escapar una grito de placer.
Vi cómo Juan se deslechaba en la boca de María, que no tuvo más remedio que limpiarle el aparato. Aproveché que su polla estaba flácida para abrazarla y besarla de cara. Practicamos mil posturas diferentes y era ella ahora la que decía obscenidades a su novio:
Una jovencita pija y muy pechugona es sodomizada por tres zafios obreros en su casa.
Tuve que usar ambas manos para controlar aquella cosa inmensa, y no ahogarme con su grosor mientras la devoraba, y aun así casi me asfixio cuando el bestia ese me sujeto por la cabeza y me obligo a tragarme mas de la mitad mientras eyaculaba directamente en mi garganta.
En estos momentos estoy muy molesto por no poder moverme y dejar que mis manos disfruten de esos cuerpos que ahora tengo ante mí y mi excitación va en aumento, veo y siento como mi miembro, a pesar de la inmovilidad de mi cuerpo, se yergue ante las cosas que mi mente piensa, levanto la mirada hacia el techo y contemplo alucinado como cada uno de los pensamientos que me recorren son proyectados como si de un cine se trátese.
Se tendió en la arena, y empecé a chupársela, era bastante gorda, tanto, que me costaba abrir la boca, se la chupaba una y otra vez, su capullo rosa, estaba a punto de estallar, me dijo que m pusiese encima de el, para hacer un 69, jamás lo había hecho, y me resultaba bastante excitante, mientras me chupaba mi coño húmedo e hinchado, yo le chupaba su gran polla.
Ella subía y bajaba mientras las dos pollas entraban y salían de su ano y de su coño como si nada ya que estaba muy mojada y mientras le chupaba la polla alternativamente a los dos chicos que tenia a cada lado. así estuvimos un rato hasta que se empezaron a correr a la vez en su cara y su boca, no podía tragar la gran cantidad de semen que soltaban aquellas pollas escurriéndole a sus tetas.
Mi mujer seguía masturbándome cuando vi que un hombre de mediana edad entraba en el salón y se quedaba como yo sorprendido. Mi mujer rompió el silencio diciendo al hombre que se acercara que tenia ganas de tenernos a los dos a su disposición, como en los relatos que leíamos en Internet.
La agarraba de los pechos con ansia y probaba todo tipo de posturas, aunque decidió que prefería la posición fetal: ella con la espalda apoyada en la tumbona, en cuclillas, mostrándole el conejo a mi jefe, que la podía penetrar hasta el fondo con esa tranca.
La cara de miedo de las chicas aumentó, al igual que el tamaño de mi polla. Los tres chicos, como si ya lo hubieran ensayado, se quitaron la ropa quedándose completamente en bolas casi al mismo tiempo. Al ver las chicas los tres erectos instrumentos, volvió a aumentar su preocupación.
Aproximadamente otro minuto después, Sandra tenía los pezones tan rojos y duros que supe que no iba a avanzar mucho más. Así que pensé en una estrategia: como sabía que, de todas formas, debería estar al borde del orgasmo, deslicé mi mano paulatinamente hasta sus braguitas. Metí dos dedos por debajo de éstas y, como había previsto, Sandrita alcanzó el orgasmo de forma súbita.
Luego yo escojo al que la tiene más grande y le digo que se eche y yo me monto en su polla, cuando ya esta encajada pido un segundo que me la meta por el culo ¡Oh dios que maravilla tener dos potentes pollas dentro de mí! Los otros tres se colocan frente a mí, a uno le chupo su verga mientras en cada mano tengo una polla. Cinco magníficos penes para mi sola.
No pude entender lo que dijeron, sólo vi que Aida se volvía a alejar y Sandra me sentaba en la taza del báter. Me separó las piernas, me quitó el condón y me la empezó a chupar. Y, Dios mío, Aida empezó a hacer un strip-tease.
Lo cual era del todo imposible; pues, con solo mirar hacia abajo ya me daba cuenta de que la tenue gasa lo único que lograba era dar un curioso tono azulado a mis opulentos pechos, logrando que mis pezones destacarán aún más, gracias a su nuevo y llamativo color violeta oscuro.
Demostrando de esta curiosa forma que apenas había empezado a juguetear con mi espeso bosquecillo privado, deslizando su mano amorosamente entre mis rizos cuando sus dedos se introdujeron bajo el sujetador, adueñándose de mis sensibles pezones, obligándome a morderme los labios para que no oyeran desde el interior mis primeros suspiros de gozo.
Como estaba de rodillas entre las dos literas no podía oponerme de ninguna forma a la violenta penetración que me infligieron desde atrás, a traición. Aunque a esas alturas estaba ya bastante húmeda sentí un gran dolor mientras su larga espada rasgaba la frágil barrera de mi virginidad.
Cuando por fin eyaculó, abundantemente, después de haberme hecho alcanzar un par de orgasmos, yo estaba ya dispuesta a identificarme por fin, para que pararan de una vez sus amigos con sus rudos sobeteos, pues ya me dolían bastante mis pobres pechos debido a la brutal violencia con que me los pellizcaban y amasaban, como si quisieran ordeñarme.
Me dio el tiempo justo de poner el viejo jarrón delante mío antes de que saliera la foto, así que espero que no se vean las osadas manos que aprovecharon esos últimos segundos para introducirse por debajo del top y pellizcarme los pezones sin piedad, dejándome amoratado todo el seno.
Asistíamos mi mujer y yo a una boda en una gran casa que hay en el mismo Barcelona, después de la cena me percate que mi cuñado estaba hablando en un lugar discreto del jardín con María, vi claramente como ella se quitaba las bragas y se la daba a él. Se besaron y volvieron con el grupo familiar.
Alquile un chale en la costa durante quince días, busque a través de contactos de Juan a cinco tipos bien dotados y con aspecto de brutos, así como el mayordomo de Juan, un corpulento negro que tenia una verga como nunca había visto.