Cuando llegamos nos tomamos unos tragos para abrir el juego, mientras hablábamos de lo que teníamos en mente hacer, ellos tenían bastante experiencia, y nosotros, pobres principiantes ninguna, pero nuestra idea era la de hacer todo de una sola vez, intercambio full y en la misma habitación, y en la misma cama de ser posible.
Aunque nada parecía haber cambiado en nuestras relaciones sexuales, yo estaba algo confundido, por lo que mi fogosidad había decaído algo. No podía evitar pensar en María, supongo que porque tuvimos un sexo desatado y prohibido o porque ella era mi criada o porque María me dio cosas que Nuria no me permitía, como practicarlo sin preservativo o como el sexo oral que tanto asco le produce a Nuria.
Estaba acercándose hacía mi poco a poco hasta rozar su cuerpo con el mío delicadamente, como quien no quiere la cosa. Yo noté su polla pegada a mi culo, y eso me puso a cien, pero continué haciéndome el dormido. Lentamente comenzó a lamerme la oreja, con delicadeza, besándome la nuca, mientras su polla seguía pidiendo paso.
En ese momento me entraron dudas acerca de si debía entrar o no. Se lo comenté a Euge y él me dijo que si no me gustaba lo que estaba por hacer no lo hiciera e incluso que si empezaba y me sentía mal que lo dejara plantado en medio de la cama, que eso estaba hablado ya con Juan y no habría problemas.
Los seguimos con cautela para que no notaran nuestra presencia y vimos como Luis la recostó con delicadeza sobre la cama, el volteo con sus nalgas hacia arriba, el culo hermoso de mi mujer en todo su tamaño y esplendor pidiendo que se la metieran. Luis se acercó despacio y le puso la estacota sobre las nalgas, fue recorriendo lentamente sobándola con el glande pasando despacio sobre le culito, ese hoyito virgen que mi mujercita nunca me ha querido prestar.
Yo en esos momentos era una hembra en celo, que sólo deseaba ser follada hasta no poder más, hasta que se calmara mi enorme excitación, que cada vez era mayor. La situación, el estar siendo follada por otro hombre delante de mi marido me daba un morbo increíble, y el recibir placer por todas las partes de mi cuerpo hacía que me sintiera en la gloria… Cuando Sergio por fin empezó a follarme y sentí su polla dentro de mí sentí una explosión de placer enorme.
Le dije que no había problema, que siempre era bonito volver a ver a los viejos amigos, que si quería ir adelante. ¿Y si se pone romántico?, me dijo, ¿si quisiera hacer el amor conmigo?, se me paró de inmediato el pene al momento que le estaba contestando: pues si quieres hacer el amor con él, pues hazlo, conste, me dijo. Llegó la noche y se bañó, poniéndose uno de sus mejores vestidos.
Con Annick, no nos vemos más, ella me dijo que como experiencia había sido muy dura y que como nos estimaba a los dos, era mejor cortarla y que tratemos de arreglar nuestro conflicto. Ahora hacemos el amor por necesidad, de una forma carnal, no hay el menor sentimiento, y siempre terminamos discutiendo y ella me repite que el día que encuentre un tipo que la trate mejor que yo y que la haga calentar, se va a ir.
Nuestras lenguas juegan con ellos y noto cómo se endurecen y se ponen muy grandes, en estos momentos la respiración de Mónica se vuelve más profunda, rodea nuestras cabezas con sus brazos y mira hacia el techo mientras nos dice con una voz melosa -qué bien me tratáis, a continuación le quito el pantalón, me separo y me quito el mío, lo mismo hace Pedro.
Cuando la hojeé comprendí que en mis manos estaba el pasaporte a una zona de transgresión y que quienes surcaban esa zona no eran divas, modelos, artistas o empresarios en sus cruceros, sino gente como yo, parejas y matrimonios que se atrevían a vivir a contramano de la moral y las sanas costumbres. Escondí la revista pues sentía vergüenza de que me vieran con ella.
Los aullidos de entre gozo y dolor que emitía Iria eran muy fuertes. Se sentía empalada, pero pronto desapareció todo rastro de dolor. Su esfínter se acostumbró a la verga, por lo que comenzó a disfrutar plenamente. Pero justo en ese momento, Miguel se corrió: no podía aguantar tanta excitación. Iria notó el caliente esperma del chico deslizándose por su ano; queriendo terminar ella también, con una mano se restregó el clítoris y con la otra se pellizcó los pezones. Resultado: la rubita también se corrió.
Un matrimonio conoce a una pareja estupenda, tomaron unas copas juntos y pronto se les notó la cara de ambos de querer poseerla, ya que ella sabía muy bien la manera de ponerlos cachondos.
Proponemos un juego, ¿puedes dejar alguna idea, para mejorarlo?
Su esposo enseñó a un amigo unas fotos muy sexy de su mujer en ropa interior. La fantasía de ver a su mujer gozando con otro hombre se iba a hacer realidad.
Ella me dijo déjamelo una tarde, yo me hice el dormido y me puse a observar como lo haría ella, ella se puso a tomar el sol pegando la toalla de Jorge, era así como se llamaba este chico, a la de ella de manera que si giraba su cabeza quedaría enfrente de su coño, se puso a tomar el sol boca abajo y se ladeo la parte de abajo del bikini como si una ola lo hubiese movido...
Sucede que Ares y yo hemos hablado varias veces de mujeres, de lo que nos gusta hacer con ellas en la cama y de nuestras historias pasadas; así por ejemplo, recuerdo su preferencia por la pose en cuatro patas, lo que decimos en Cuba el perrito; me ha dicho que le encanta la visión del culo en esa posición y debe ser cierto, pues su esposa tiene un inmenso culo gordo enmarcado por unas caderas muy anchas.
Nuestros calientes amigos siguen con sus celebraciones a tres, esta vez celebrando el cumpleaños del compadre se prapara una follada monumental.
Finalmente, un día estábamos cogiendo, yo encima de ella, penetrándola con fuerza mientras la besaba en la boca y le decía "imaginate chupando una concha ahora mientras te cojo..." Ella estaba súper excitada y cuando empezó a llegar al orgasmo me dice "Siiii... quiero chupar una concha... siii... vamos a hacerlo..."
Como todo en la vida los años de matrimonio nos habían quitado de arriba las locuras de juventud y el sexo ya no era lo que había sido en su momento y menos con nuestro hijo. Lo cierto era que aunque lo seguíamos haciendo unas dos veces a la semana la pasión se nos había ido poco a poco.
Estábamos viajando por USA más precisamente California (fuimos por 10 días y nos quedamos 25) paseando llegamos a una zona donde encontramos varios porno shops, decidimos entrar en uno de ellos y veía como Gloria miraba con mucho interés los consoladores que había expuestos.