Últimos relatos eróticos:

Sandra y el dueño de la casa

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A Sandra le lloraban los ojos, había dejado de masturbarse y solo trataba de coger un poco de aire por la nariz. No sabía cuanto tiempo llevaban así pero parecía una eternidad. Al final, su boca se lleno de semen que tuvo que tragar para poder respirar.

La conferencia

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Soltero sin compromisos y con un buen sueldo, invertía parte de él en multiplicar mis eyaculaciones y ponerme al día con el atraso que traía de la casta Buenos Aires.

Analismo

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Venerables señoras que cumplían la importantísima función de iniciar a los hombres en el sexo y luego solucionarles todos los problemas de insatisfacción que les producía el matrimonio.

La venganza

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Les voy a contar una historia verdadera. Me llamo Ramón. Tengo 33 años. Tengo dos compañera de trabajo. Ambas creo que tienen unos 24 años. Las dos son muy atractivas. Miriam es rubia, de ojos verdes y con un cuerpo parecido al de Britney Spears.

Espectacular encuentro

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Sin nada que lo sujetase, el vestido se deslizó por el cuerpo de María cayendo irremediablemente al suelo de aquella estancia, dejando ante mi la espalda desnuda de aquella mujer tan deseada, su culo que minutos antes había estado penetrado con mis dedos y las medias y zapatos que eran las únicas prendas que se mantenían sobre su piel.

Me he vuelto una cachonda

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Me llevo a una esquina y me saco la tira del tanga y me masturbo con sus dedos tanto en el coño como en el culo, me beso y morreo y me puse cachonda perdida, estaba deseando que me follara como a una puta.

La dulce princesa Serena

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Esta historia fue creada sobre la base de una idea que me daba vueltas en la cabeza desde que vi como Seiya se enamoró de su dulce Bombón y se quedo solo sin poder cumplir su sueño de hacerla suya. Bueno este relato es como la reivindicación de ese amor imposible.

Otro viaje afortunado

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Originalmente el viaje no me incluía, pero mi compañero y amigo me animó a ir con él... me convenció cuando me habló de un regalo durante el viaje... Y vaya que fue un regalazo.

Cambio de personalidad

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Yo estaba en el cuarto y bajé porque escuché que habían entrado; yo estaba vestida con una camiseta de él, sin brasier y un short. Bajé descalza y le reclamé por el estado en que venía, empezó a insultarme y les decía a sus amigos que yo estaba bien buena pero que no me atrevía a mostrarlo a los demás.