La maestra se volvió aprendiz
Sonia es una experta en el arte del amor. Y cuando creía saber todos los secretos del sexo, encuentra a quién le enseñará nuevas lecciones.
Relatos eróticos
Sonia es una experta en el arte del amor. Y cuando creía saber todos los secretos del sexo, encuentra a quién le enseñará nuevas lecciones.
En la estación del metro abordamos un taxi y nos dirigimos a recoger el coche que estaba en el taller mecánico y en el camino le dije que estuviera atento para cuando lograra llevar a los mecánicos al cuarto de herramientas entrara y me diera por el culo, su cara se ruborizo y pose mi mano en su pantalón sintiendo la reacción en su pene…
No había duda que los dos lo habíamos disfrutado, pero quedaba la cuestión de haber dado el paso temido: haber sido ella de otro, que para hacernos sentir peor moralmente, era un total desconocido y además, lo había hecho ante mucha gente.
Al día siguiente me estuvo llamando por teléfono y no respondía a sus llamadas o pedía que me negaran y así pasaron dos días después me llamó y por fin le respondí y de nuevo me pidió disculpas y me convenció de que fuéramos a cenar para hablar y le dije que si…
Hasta este momento ella no había pronunciado ni un sola palabra. La habitación contaba con un jacuzzi a un lado de la cama, me levanté toma la botella de champaña y le pedí que se metiera conmigo me pidió que la esperara un poco se levantó fue al baño y tomó una rápida ducha regresó y se metió al jacuzzi tomamos unos copas más y la comencé a besar y su respuesta fue más apasionada que al principio, ya había perdido un poco la pena de saber que estaba siendo infiel.
Hay veces que debo controlarla un poco, si no parece que me la parte, y después de un rato follando, la sacó y se la pongo en su hermosa boca, para que ella la acaricié, chupé, y me saque todo mi semen.
Yo a este punto estaba con una erección tremenda, que ya me quemaba dentro del slip, y como tenía un pantalón de lino, ya que aquí es verano y nos toca usar ropas livianas, se hacia mas que evidente la cual no trate de disimular, me había invitado a su casa y estaba jugando un juego de seducción evidente, puse música suave en su equipo de música y nos dispusimos en la mesa a cenar
En ese momento mi polla se tensó al máximo y al sentir el calor de su leche en mi interior y lo que se escapaba de mi ano resbalando por mis huevos mi polla empezó a soltar leche sin parar.
Después de un rato nos fuimos a la cama de mi tío que era muy grande , encendió la televisión y puso un vídeo porno el cual nos calentó y culíamos nuevamente, quedando exhaustos , hasta el extremo de quedarnos dormidos.
Ese día fue tan bonito y me dijo que me quedaría con él por una semana yo le dije que no traía ropa y él me dijo que el paquete que mi tía me dio era mi ropa interior y luego me mostró toda la ropa que me había comprado en USA, comimos, paseamos, salimos de compras, yo me sentía como una princesa ya había cumplido los 17 años
Después de unos 30 segundos de mirarnos me comencé a acobardar, y comencé a alejarme del edificio, pero ella me llamó y al llegar a mi lado me besó, un beso que mi novia de dos años nunca me dio.
Cenamos, y a los quince minutos volvieron a apagar las luces, esperé que su marido se durmiera y volví a la carga, nada más que esta vez ella no dormía, me atreví igual a ver que sucedía, comencé acariciándole las piernas, y subía hasta sus bragas, ella abriendo sus piernas.
Me gustaría que si puede leer esto, me dijese algo el viernes y quedar con ella, y poder repetir esa velada tan agradable, quedaría en su casa donde vive, o si fuera muy difícil en algún lugar que pudiésemos los dos.
Vanesa se sentó en el sofá con las piernas abiertas y Juan se puso de pie, poniéndole todo el rabo a la altura de la cara, yo me puse de rodillas en el suelo, puse enfrente de mi boca el coño de Vanesa, ya enrojecido por las caricias de Juan, entonces oí unos gemidos de hombre y pensé que Pedro se había corrido y en efecto Pedro se corrió
No tuvimos tiempo de llegar a una cama porque ahí mismo en el suelo y en el sofá de su casa tuvimos nuestro primer orgasmo que nos llevó a veinte escasos metros del paraíso.
Se subió sobre mí, como hacía habitualmente cuando me cabalgaba, solo que esta vez mi polla no apuntaba a su sedoso coño oriental, sino a su cerradito y virginal culo, y poniendo en juego todo su sacrificado espíritu se empalo toda mi polla en el culo mientras yo acariciaba sus diminutas tetitas y las lagrimas de esfuerzo y dolor
Luz acerca su mano enguantada al pecho derecho de Diana y ahueca este levantando más su pezón y la pinza que todavía lleva fijada. Entonces tira un poco de la pinza sin quitarla pero de pronto vuelve a estirar esta vez mas fuerte que quita la pinza y estira el pezón al máximo.
Yo la seguí hasta su piso, era un piso antiguo que lo había reformado tenía un amplio salón, que servía de comedor estar y estudio, un dormitorio con una cama muy amplia, una cocina y un aseo.
Me saco su verga de mi boca y cambió su posición, levanto un poco mis piernas acomodó su verga en mi vagina y de un solo impulso me la metió hasta el fondo.
La folle con ganas, calentandome con su habitual sarta de incoherencias entrecortadas, sintiendo el calor de su coño en mi polla y como su gruta se anegaba con su corrida mientras le metia un dedo en el culo, cuando se tranquilizó después de correrse se la saque y abriendo sus kilométricas nalgas se la enfile en el culo