Mi nombre es Daniela, algunos tal vez me recuerden por el relato de mi padre creo que les gusto mucho por que hasta la fecha sigo recibiendo mensajes y propuestas indecorosas pero bueno…esta vez voy a contarles algo que me paso antes de que me internaran (esa será otra historia) esto ocurrió una semana antes de que mi papá decidiera internarme en un centro de rehabilitación para las drogas pero como les dije eso se los contare después.
Pero no la dejé responderme me acerqué de nuevo y la empecé a besar mientras metía mis manos debajo de su bata, mi pene estallaba dentro de mi pantalón, la apretaba hacia mí y noté unos pechos pequeños pero hermosos, con unos pezones duros, rosados como los de una veinteañera, sus nalgas hermosas, su piel muy suave, la besaba y recorría su cuerpo con mis manos.
Por fin un jueves conocí a Alfonso, estuvimos chateando, obviamente la conversación fue caliente y yo estaba excitadísimo, hasta que nos dimos cuenta de que vivíamos muy cerca y me ordenó vernos…
Ayer por la tarde mi mujer y yo estábamos en el estudio de nuestra casa, ambos frente al ordenador, ella buscando artículos en Internet sobre un proyecto que preparaba para la empresa en la que trabaja, y yo en mi ordenador trabajando en un programa que estaba desarrollando.
Sin nada que lo sujetase, el vestido se deslizó por el cuerpo de María cayendo irremediablemente al suelo de aquella estancia, dejando ante mi la espalda desnuda de aquella mujer tan deseada, su culo que minutos antes había estado penetrado con mis dedos y las medias y zapatos que eran las únicas prendas que se mantenían sobre su piel.
El chico al que estaba lamiendo la polla, la agarró de la cabeza y comenzó a tensar sus músculos, vi saltar un chorro de esperma hacia la cara de mi mujer y en la de nuestra amiga y cómo ambas relamían los restos de leche que emanaba de aquella polla.
Yo estaba sobre aquellas dos hermosas mujeres que me habían dado una experiencia que no esperaba, lentamente saqué mi pene del ano de mi tía y ella se quitó de encima de mi mamá, Marina se quitó el arnés con un dejo de agotamiento, no era para menos, los tres estábamos agotados por lo que nos recostamos un momento, yo a un lado de mi mamá que me abrazo tiernamente.
Karina, mi tía, seguía mamándome deseosa de que yo finalmente terminara en su boca, mientras Marina (mi mamá) se cogía con un consolador frente a nosotros, esto me tenia a mil y yo ya no era capaz de soportar mas, así que con un gran espasmo me vacié en la boca de mi tía al tiempo que Marina se convulsionaba frenética ante los embates de aquel consolador que ella misma manejaba, mi tía deglutía mi semen gustosa...
Así lo hicieron, durante la comida charlaron de sus vidas en los últimos años, se contaron mil aventuras y rieron con los recuerdos que cada uno guardaba de su antigua relación. En la sobremesa, mientras tomaron café y algún licor, comenzaron a hablar de sus aventuras amorosas y enseguida recordaron su actividad sexual.
De pronto escuché una voz que me hizo dar un respingo en la silla: "Hola… las he visto mejores." Decía esa voz que se escuchaba por mis altavoces. Convencido de que cortaría de inmediato le respondí "¿Te gusta?", a lo que ella respondió afirmativamente.
Lucía una minifalda espectacular y un top que dejaba ver su ombligo y su vientre liso, pude observar con más proximidad el volumen de sus pechos, qué maravilla, estaban operados, sin duda, pero qué preciosidad, tan alta como yo, en este momento lo pude comprobar y con unas sandalias de tacón corto que realzaban aun más su figura y su cuerpo de pecado.
Estaba que explotaba de placer, parecía que no llegaba el momento de penetrarla. Me miró a los ojos, me sonrió y lentamente cerró sus ojos al tiempo que se iba sentando sobre mi polla tiesa. El ano no tardó en ceder a la presión de mi glande y pude sentí con nitidez como ese ano tan deseado se abría para abrazar todo mi glande.
Yo proteste pero entonces empezó a lamerme el culo ,me manoseaba las nalgas me lamia el ano todo sin tocar mi vagina mojada de placer, ella solo me lamia el culo pero lo hacia tan bien que deje de quejarme y como ella era la experta en sexo anal y no yo, la deje que me hiciera lo que quiera.
Gran sorpresa se llevo al saber que no se lo metería en el coñito sino en su dulce y virgen ano ella solo dio un gemido muy fuerte lo cual despertó al niño pero ese no fue el problema ya que no le saque la verga del ano para nada mientras ella dormía al niño y gemía al mismo tiempo yo penetraba su ano minutos después de que ella durmiera al niño ella seguía disfrutando mientras metía cuatro de mis dedos en su vagina sintiendo todo el calor
Se quedó como un tronco. Aproveché ese momento para sentarme encima de él moviéndome como si cabalgase , sobre su pene de 17 centímetros, elástico, gordo y firme, pero no totalmente erecto. ¡Que placer! Me volvía loca.
Pero ella quería mas y mas, al momento que me separe de ella, me dijo que quería subirse arriba de mi para montarse en mi pene, para lograrlo ella empezó a jugar con mi pene de nuevo, le daba besitos en la punta, y luego bajaba hasta los testículos, que eso a mí me pone a mil.
El se movía como un loco y gemía y gritaba del placer que estaba disfrutando, yo le acompañaba en sus movimientos muy pegado a sus nalgas para que no se le saliera ya que sus movimientos eran muy violentos y mi verga aunque gruesa y cabezona tendía a escurrirse fuera y era lo que ninguno de los dos deseábamos en ese riquísimo instante de goce inenarrable...
Como siempre hago ejercicio tengo un cuerpo bastante firme y de buenas proporciones, muy blanca, de pelo y ojos color cafe claro, mi rostro es bastante atractivo y aunque soy muy bajita, apenas 1.51m, participe de muy chavita en concursos regionales de belleza y conseguir destacar en algunos.
Cada día mas y más la quería tener pero no podía era su amistad la que no quería perder y no podía decirle nada por temor a que todo acabe, al fin me decidí a contarle que era la mujer más maravillosa que conocí en mi corta vida y que daría todo por ella.
Mientras la mujer se metía mi pene en la boca ellos se desnudaron, el mas joven tendría un pene de unos 25 ctms, y el otro no era mucho menor pero más grueso, mientras la mujer me la chupaba, los tres hombres empezaron a hablar entre ellos sin que yo pudiera oírlos.
El roce con su piel me hizo vibrar... con un poco de esfuerzo y su voluntad lo logré... al instante ella se dio vuelta y nos mostró sus pequeñas tetas erectas... se apoyó en mi hombro y lo usó de bastón para sacarse la tanga y dejar al descubierto ese hermoso culito que yo había notado al entrar y mucho antes en la oficina. Volvió a virar y la pelambre de su pubis me deslumbró.
No me detengo durante cada una de mis descargas de placer, al hacerse más espaciadas y suaves, me dejo caer, agotada, manteniendo su verga bien dentro de mi, sintiendo como su semen inunda todos los rincones de mi adolorido recto.
Le comencé a meter mi pene en su ano el cual mi lengua había penetrado que rico fue mientras yo me balanceaba hacia delante ella lo hacía hacia atrás, quería que se la enterrase en el fondo de su esfínter,
Martina y yo chupamos ese delicioso trasero provocándole varios orgasmos hasta que mi verga estuvo dura una vez mas la acerque a su ano, apoye mi glande en su entrada y agarrándola por los pechos la metí hasta el fondo, evidentemente ella estaba acostumbrada porque no se quejo y solo dejo escapar una grito de placer.
Mi mujer seguía masturbándome cuando vi que un hombre de mediana edad entraba en el salón y se quedaba como yo sorprendido. Mi mujer rompió el silencio diciendo al hombre que se acercara que tenia ganas de tenernos a los dos a su disposición, como en los relatos que leíamos en Internet.
Mi pene totalmente erecto saltó ante su cara, ella con total normalidad lo tomó con su mano y lo empezó a masajear. Tiró la piel hacia atrás una y otra vez hasta que colocó la punta en su boca. Lamió un poco la cabeza y lo fue introduciendo poco a poco hasta meterlo todo. Comenzó una mamada como nunca me la habían hecho.
Johana se acercó a su armario y saco un látigo no imagine para que era cuando de repente sentí un latigazo en mis nalgas fue muy doloroso y di un grito ayyyyy... porque me pegaste mis nalgas me ardían me di vuelta y pude ver la marca del látigo en mi culo; me dijo pediste una verga y te la traje así que no es el momento de arrepentimientos dejaras que Albert de folle, me dio temor puesto que si no aceptaba Johana me podría dar otros latigazos