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Intercambio

Obsesionados mis padres con la idea de que yo aprendiese a relacionarme; a abrirme a la gente habían quedado con unos amigos de Brasil en enviarme a un familiar, un chaval, para que pasase el mes de Agosto conmigo. Mis padres se iban a la playa de vacaciones y yo me quedaba estudiando por haber suspendido los exámenes.

Ellas/os

Después de un rato en esa situación, mi polla debido a los cuidados de Carola está a punto de reventar, esta al notarlo paró en seco su mamada y dándome dos buenos azotes con la mano, le dijo a Adela: Deja que me chupe mi polla que tengo ganas. Adela bajó de encima de mí y en su lugar se puso Carola con su enorme polla.

Las vecinas

Era un día frío de enero cuando vi un camión de mudanzas que aparcaba en el portal de mi casa, yo vivía por aquel entonces en un pequeño apartamento en Londres, cuál fue mi sorpresa cuando escuché unas voces en mi idioma, hablaban en español, la alegría era muy grande, al ver que además eran dos chicas españolas.

Aquella mujer

Era rubia ojos verdes y bien formada, tenia unos pechos no muy grandes pero firmes, no llevaba sujetador y se adivinaban unos pezones pequeños y prietos, yo no dejaba de mirar, ella debió de darse cuenta, y se subió la falda dejando ver sus muslos.

Sorpresas bajo la falda

No se como pero de repente me encontré con una de aquellas enormes pollas dentro de mi boca, entrando y saliendo, estaba excitadísimo, ellas se dieron cuenta de ello, y me preguntaron es tu primera vez, les dije que si, bueno pues no te preocupes demasiado y déjanos hacer a nosotras, aquella polla que entraba y salia de mi boca estaba a punto de estallar

Atardecer junto al Mediterráneo

Orgía con dos travestís brasileños una tarde junto al Mediterráneo. Una aburrida tarde de domingo, un chico se encuentra dos travestís tomando el sol desnudos en un lugar apartado. Uno de ellos es un viejo conocido. El sol de la tarde, el rumor del mar, el calor y los cuerpos desnudos, conducen a un número a tres a pleno día, frente al mar.

En una discoteca conozco a una travesti sudafricana muy guapa

El placer era indescriptible. No era capaz de pensar en nada, únicamente en las sensaciones que sentía: la polla de Bianca dentro de mi culo, deslizándose muy adentro, sus caderas y su vello púbico golpeando rítmicamente mis nalgas, el roce de sus durísimos pezones, su cabeza apoyada en mi espalda y sus manos pellizcando mis tetillas. Me despertó un gemido y unas palabras confusas en inglés. Supe que se había corrido dentro de mi.

Marcela I

Brotó en tal cantidad que pensé que me iba a atragantar. Lo mantuve en la boca, mientras ella continuaba bombeando cada vez con menos potencia. Unos momentos después dejé que esos fascinantes y calientes néctares goteasen desde mi boca y resbalasen por su polla. A medida que perdía consistencia, continué chupando su polla con su leche.