A mis catorce años las vacaciones eran la principal fuente de contacto entre los primos. Siendo chico recordaba mis juegos, desde introducirme cosas en mi ano, las pajas desde que me empezó a saltar semen...
Me fui comentándole a mi mamá que quería ir a dar una vuelta del otro lado, pero en realidad me fui al cuartito donde pasé la noche con mi primo y por fortuna toda la ropa y maquillaje
Me puse un ligero negro de una sola pieza y el vestido, solo hacían falta unas zapatillas y ahí estaban, había pensado en todo.
Me gustaba la ropa interior femenina pero me termino gustando también la verga, este fue mi inicio gay por accidente.
Cabía por completo en mi boca y la succioné con fuerza, poco a poco fue creciendo dentro de mí hasta llenarme por completo
En mi relato anterior describí los inicios de mi deseo por sentirme mujer y como fui descubriendo que era posible hacerlo. Descubrí una serie de increíbles sensaciones al jugar con mi cuerpo y la exploración comenzó.
En este relato contare como me fui dando cuenta de que yo debía de ser Julieta y no el niño que me habían impuesto, desde pequeño siempre desee ser diferente de lo que realmente era, no gustaba mucho de los juegos bruscos ni de coleccionar cosas raras como bichos o piedras, yo prefería ver cosas hermosas como los vestidos de mi hermana y de las demás niñas que lucían tan coquetas.
Me invitó un trago y del servibar sacó una bebida que empecé a tomar. Empecé a relajarme un poco y a platicar, le dije que era soltero, que admiraba su show porque se convertían en verdaderas mujeres y podrían seducir a cualquier hombre, que le había tomado muchas fotos.
Bueno una vez dentro se me acerco, me toco la pija, y me dijo, que paso, (yo la tenia muerta en ese momento) le dije, y como querés que este, me hiciste esperar como 30 minutos allá afuera, se me paso la calentura, y ella me dijo, bueno vamos a ver que podemos hacer, y me empezó a desabrochar el pantalón, saco mi pija afuera, y la empezó a sacudir, le dio un par de besos, y se me empezó a parar, a medida que se me paraba me dijo, en serio la tenés grande, no se si decia la verdad, pero no le creí, pero no es que me importara tampoco que me diga eso obvio.
Entre a un segundo cuarto en donde se veían dos dormitorios con camas, hacia mucho calor, en eso entraron dos mujeres, una morocha de rulos, mediana de estatura, estaba en ropa interior roja, con medias, la otra estaba vestida de jeans y camisa negra, era mas alta y corpulenta, cuando las mire a la cara me di cuenta que no eran mujeres eran hombres, travestis operados, la que estaba casi desnuda era mas femenina que la otra.
Al principio su reacción fue de enojo pero, cuando quiso darse cuenta, se encontraba apoyada en el quicio de la puerta con la bata en el suelo, las piernas abiertas, dos dedos de su mano izquierda dentro de su coño, frotándose el clítoris con el dedo corazón de la otra.
No pude hacer otra cosa que gemir por la excitación de poderla observar desnuda en todo su esplendor, la mire caminar meneando su cadera, sobando su hermoso falo semi erecto acercándose a mí poco a poco, parecía como una ninfa salida de la mitología mientras yo permanecía hincada en el sillón con la falda arremolinada en mi cintura, sobándome la entrepierna y mi rostro enrojecido por la lujuria.
He de decir que siempre fui una persona solitaria y los antecedentes de mi primer contacto con mi lado femenino comienzan cuando tenia 3 o 4 años mi madre nos llevaba a mis hermanos y a mi a bañar juntos (mis dos hermanas y mi hermano) generalmente llevaba ropa limpia para todos pero en una ocasión no lo hizo, llevaba las cuatro mudas de ropa
A mis 17 años yo tenia el cuerpo ya casi completo de madurar, tenia mis pechos que crecían y se formaban redonditos y paraditos como yo deseaba y era caderona mi cintura llamativa a la vista de todos los hombres y lo que sí me enorgullezco son mis hermosas piernas que hasta luzco con felicidad, eran un par de piernas bien formadas con mis muslos que de pequeños a grandes hasta llegar a mi culo era algo bello verlas y causa de muchos problemas con los hombres por eso que no salía de casa muy seguido paraba encerrada sin salir.
Lucía una minifalda espectacular y un top que dejaba ver su ombligo y su vientre liso, pude observar con más proximidad el volumen de sus pechos, qué maravilla, estaban operados, sin duda, pero qué preciosidad, tan alta como yo, en este momento lo pude comprobar y con unas sandalias de tacón corto que realzaban aun más su figura y su cuerpo de pecado.
Entonces comenzó a moverse lentamente y su pene comenzó a "masturbarse" por entre mis nalgas, lo cuál a mí me hizo ver las estrellas y sentía una sensación tan extraña como erótica en mi plexo solar, hasta que de repente su pene, sin querer, tocó la entrada de mi ano; le pedí que ahora sí me penetrara, entonces D se detuvo y comenzó a presionar un poquito, pero no pasaba nada, pugnó por entrar, y sentí un dolorcito chiquito.
Yo proteste pero entonces empezó a lamerme el culo ,me manoseaba las nalgas me lamia el ano todo sin tocar mi vagina mojada de placer, ella solo me lamia el culo pero lo hacia tan bien que deje de quejarme y como ella era la experta en sexo anal y no yo, la deje que me hiciera lo que quiera.
Ese día me estaba bañando en la vivienda que habitaba junto con mi tía y dos de mis primas, ellas son un poca mayor que yo, se abrió intempestivamente la puerta, era mi prima Mary... ¡Perdón pensé que estaba lucero! Me dijo, pero su mirada se posó en mi pene pues lo tenia erecto pues empezaba mi pubertad, yo sin saber que hacer solo medio tape mi desnudez.
Obsesionados mis padres con la idea de que yo aprendiese a relacionarme; a abrirme a la gente habían quedado con unos amigos de Brasil en enviarme a un familiar, un chaval, para que pasase el mes de Agosto conmigo. Mis padres se iban a la playa de vacaciones y yo me quedaba estudiando por haber suspendido los exámenes.
Nos besamos como si nos conociéramos de toda la vida y nos sentamos a comer. La velada fue muy divertida, pues parecía que fuésemos dos amigos que llevaban mucho tiempo juntos y salían a comer.