Mi madre tenía las faldas levantadas en los muslos, estaba agachada, en cuclillas y sus enormes y preciosas tetas le colgaban de una camiseta holgada que tenía puesta, su mano acariciaba las pelotas y la polla del perro, el animal nos miraba con la misma mirada de tristeza que al principio, le gustaba aquello, al cabrón del perro le gustaba que mi madre le tocara la polla.
Las uñas siempre las lleva larguísimas y de color rojo fuerte en sus delicadas y pequeñas manos a juego con sus carnosos labios y las de sus pies; y las joyas, que joyas todas de oro, haciendo un contraste increíble con su moreno, regalo de mi obeso padre para paliar sus largas ausencias debido a sus negocios de empresa y también a la falta de virilidad a la hora de montar a mi madre creo yo.
Mi madre apretaba la poya con suavidad, y mantenía un ritmo constante y agradable. En sus tiempos debía haber sido una pajillera experta, y me estaba haciendo la mejor paja de mi vida. Era un cosquilleo que me subía hasta las tripas, con un placer que yo ni había soñado. Todo el cuerpo me hormigueaba, y tenia convulsiones de puro placer. Placer en estado puro.
De vez en cuando la espiaba en el baño abriendo la puerta sin que se diera cuenta, la veía enjabonarse y ahí mismo me volaba la paja utilizando una crema lubricante especial que un amigo me había regalado y que había robado a su padre que es proctólogo, la untaba en mi mano derecha y me acariciaba la verga suavemente y despacio, luego esperaba el preciso instante cuando se agachaba a enjabonarse los pies para acelerar el ritmo, cerrar los ojos imaginado metiéndosela por ese enorme culo
Para ese entonces yo contaba con doce años, no era inexperto en las arte amatorias por ciertas experiencias que luego les cuento, pero me encontraba en una edad en la que la presión de evacuar mi necesidad sexual se siente en el abdomen, como un cosquilleo y desesperación tremenda.
Unos días después volvimos a coincidir, estaba yo nadando en la piscina cuando ella apareció, al llegar llevaba puesta la parte de arriba del bikini, y en la cintura llevaba un pareo que le tapaba hasta las rodillas, se sentó en la toalla y se quito el bikini, quedándose en top-less como de costumbre, pero al quitarse el pareo me lleve un pequeño impacto
Ella descubrió un seno del delantal, vaya que senos tiene ella! comencé a succionarlos, ella me decía, desde bebé que no me hacías eso hijo... seguí lamiendo y comencé a besarla luego. Fui bajando lentamente, levanté el delantal, vi que estaba ya húmeda, comencé a tomar sus jugos...
Fui donde mi hermana desnuda, y le abrí las piernas de golpe, -oh hermanita estás toda mojada-, comencé a tocar su clítoris, estaba húmedo luego pasé mi dedo por su boca para que lo lamiera, me quité la ropa y comencé a penetrarla, ella gozaba y gemía nos vinimos un par de veces, la dejé exhausta tirada en la cama...
Comencé a fijarme en su hija, una preciosa niña rubita de 18 años cuando yo tenía 23 y descubrí maravillado que tenía una madre que parecía su hermana y que todo el mundo se giraba para observarla el movimiento de culito, ella tenía en ese momento 40 años, no sé si inconscientemente por esa visión, acabé tirándola los tejos a su hija y nos convertimos en novios.
La mamaba como diosa, se trabaja mis jugos y la ponía resbalosa. Luego se paro en la cama y me puso su coño en la cara, era peludo, estaba mojado y le olía a pasión, empecé a chupárselo, a comérmelo como un helado, era la primera vez que me comía un coñito tan apetitoso.
Aquel día de verano, mi primo estaba de vacaciones y se había venido a pasarlas con nosotros, él se llama David tiene 13 años y es un chico bien guapo (incluso actúa de modelo de bañadores de su edad para algunas marcas) rubio ojos azules, el cabrón liga la ostia, estábamos echando unas canastas cuando mi madre vino para decirnos que se iba a la ciudad a hacer unas compras y que se llevaba al chofer así que nos tendríamos que que dar en casa todo el día.
Mi novia y yo pasamos una velada feliz, aunque yo estaba echo polvo y con pocas ganas de meterle mano, cosa que le extrañó por sé anómalo, aunque yo achaque ese desinterés sexual a mi dolor de cabeza que me impedía disfrutar del placer de su compañía.
Lo sentí muy estrecho, y ella disfrutaba, aunque fuese su primera vez. Era una explosión de su morbo. No dejaba de toquetearse el clítoris. Cuando la saqué salió semen con algo de agua y restos.
Mi madre se puso una falda de esas típicas de verano, ancha y muy finita, no se molestó en ponerse bragas, y una camiseta blanca con tirantes, tampoco se puso sujetador, yo tampoco me puse calzoncillos, me coloqué unos pantalones cortos de deporte que me llegaban a la altura de las rodillas.
Una pareja de hermanos mellizos se reencuentra, desnudos y sobre una cama, sus padres los descubren y los ayudan a intensificar ese reencuentro, participando de él.
Mi tía Carla estaba entusiasmada con la polla de Paco pero mama le cambió el puesto para probar la de Paco y Carla a su vez se lo cambió a Elisa que paso a chupármela a mi, después volvimos a cambiar las parejas hasta que Paco se corrió en la boca de mi hermana Elisa, Curro en la de mi madre y yo en la de tía Carla.
Todo comenzó una noche, que parecía ser una noche cualquiera, yo tengo solo 18 años, y mi madre 38, ella me tuvo a sus 19 años, soy hijo único, y mis padres se separaron hace ya un poco de tiempo.
Este es la historia de una amiga que encuentra a su madre poníendoles los cueron a su padre con varios amantes y decide vengarse con sus hermanas y su padre. Totalmente real.
Tuve la intención de separarlos pero extrañamente aquello me excitó aun más, no se si debido a los pollazos que le estaba metiendo mi padre o por los pechos de mi madre enrojecidos por los arañazos o porque aun estaba cachondo del polvo que estaba echando con ella antes de que él nos interrumpiera.
Entonces vi que mi madre me miraba con una sonrisa y no se levantaba. Yo soy moderno, me levanté completamente desnudo, entré en el salón, cogí de la mano a mi madre y la llevé a mi habitación. Esta vez si que cerré la puerta.
Además había unas cuantas habitaciones decoradas para ambientar mejor algunas fantasías sexuales, así teníamos un aula de un colegio de monjas, una celda y también una cámara de tortura medieval, además de una biblioteca provista de una increíble colección de novela eróticas y de revistas pornográficas y una sala solo para ver las películas porno.
Este relato lo tengo presente en mi mente con toda claridad a pesar de haber pasado varios anos. Recuerdo que una noche regresaba de la universidad como a las 10 de la noche y como de costumbre me acerco a la ventana del dormitorio de mi madre que daba a la calle para pedirle la llave de la puerta principal, pues la mía la había perdido.
Bueno un día en que yo estaba con mi madre solas en el departamento, le pedí que me contara ese secreto que me tenía con muchas dudas, y ella me contó, que lo que escondía es que ella y su cuñada habían tenido encuentros sexuales a escondidas y me invitó a participar, de lo cual acepté inmediatamente.
Elisa es mi prima en ese momento tenia 17 años y un año más que yo, ella no sabía de mis relaciones con mi padre (todavía creo que no las sabe), el momento , nuestra empatía, esa facilidad de escuchar confesiones, secretos o simplemente su necesidad.
Mi hermano me invitó a curtir, inmutable , pero expresándolo con deseos, ganas, me estaba seduciendo, recordando mis masturbaciones por el, mis ganas contenidas, quería y sabía que era para pasar un rato, pensé en las olas que llegaban y se escondían , accedí, enfilo a un motel que con seguridad él conocía.
Estaba un poco gordita, aunque conservaba un buen cuerpo. Se quitó el sostén y la bragas. Ante mi aparecieron dos pechos no muy grandes, algo caídos por la edad, con unos pezones enormes y oscuros. Su coño era peludisimo.
Mamá estaba preciosa en aquella pose, me entraron ganas de dejarme caer de la viga y subirme sobre ella, y penetrarla, mi madre es una mujer preciosa y tiene un cuerpazo de miedo, además su sexualidad es muy potente y seguro que cualquier hombre disfrutaría con ella como con ninguna.
Llegó la hora de dormir, y mi madre ni corta ni perezosa me dijo que como solo estaba su cama y la habitación de los muchachos que esa noche la pasaría con ella, y que al día siguiente arreglaríamos la otra habitación.