relatos eróticos madres

relatos eroticos sobre madres

252 relatos

Un castigo ejemplar II

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Me volví a mi cuarto, me quité la bata, apagué las luces y me volví a acostar. Pasaron horas hasta que entró mi madre con una bandeja con comida. Encendió la luz, y vi que eran las ocho de la tarde. Puso la bandeja en una mesita, me levanté y mientras yo comía me hablaba.

Un castigo ejemplar I

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Yo seguía muy excitada, y entonces Juan, recordando cositas que hacíamos en los viejos tiempos, me propuso algo que hacíamos bastante a menudo, yo me colocó boca abajo sobre sus rodillas, y él mientras me va dando unos azotitos más bien suaves, con la otra mano me da masajes en mi coñito hasta que me corriese.

Me quedo solo con mamá cuando mis hermanas se van a la playa

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Ella me pedía que no siguiera recorriendo su caso sexual, pero él al encontrar la entrada de la vagina cálida y húmeda, hundí dos, tres dedos en la misma y Lola gritó mi nombre, atenazando con sus músculos íntimos esos intrusos que la hacían temblar de gusto, aumentando hasta límites insoportables los caldos que brotaban desde el interior de su conejito.

Tiempo perdido IV

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Cuando me corrí dentro del culo de mi madre, tenía metidos dentro de su coño tres dedos y sentí su orgasmo casi simultáneo al mío. Me retiré agotado y mi madre se dio la vuelta bajándose la falda. Me miró con lujuria y me besó en la boca.

Es algo para vivir

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El pasillo de la universidad esta lleno de nuevos estudiantes! que jóvenes me parecen! ya hace más de tres años que termine la carrera y hoy fui a saludar a Marisa, la chica (52) que trabaja en la biblioteca, ella me ayudo mucho en conseguirme ese libro de derecho constitucional, al encontrarme en su oficina, estaba ella, morocha delgada, su busto bien formado y el traje entallado, decían a voces de sus ejercicios fue Marisa quien me la presentó, su nombre Soledad, pensé enseguida que no le quedaba bien, pero al escucharla

Algo especial I

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Desde muy pequeña tengo una amiga, se llama Elisa, y hasta ahora hemos compartido todas nuestras experiencias, en el cole, el instituto y la universidad, en la pandilla y hasta en nuestros novietes.

La leche de mamá II

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Sin decir ni una palabra abrazo por detrás a su madre y agarro sus pechos Por encima su vestido. Alargó su mano hacia el frente del vestido de su madre y resbaló su mano hacía de su sostén, sintiendo el calor del pecho desnudo de ella.

La leche de mamá I

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Despacio, tiró al elástico. Estaba listo para sacar su mano si su madre mostraba la mínima resistencia, pero continuaba retorciéndose contra él sin darse cuenta de nada. Él empujó su verga en los calzones de su madre. El elástico resistía firme contra su pene, pero no era una sensación desagradable. La punta de su verga halló la entrada a la concha de su madre. Estaba húmeda, y emanaba un caluroso y maravilloso olor.

Es mi hijo V

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Después de varios meses de relaciones intrafamiliares, mi tía magda y mi primo pablo eran cada día mas felices, nadie se había dado cuenta pues eran muy discretos y solo acudían a nuestra casa con mas frecuencia que antes.

La madre de su novia

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Con el paso del tiempo, de los años, mis relaciones sexuales han mejorado de forma importante. Así, de ser un chico algo tímido y con experiencias sólo satisfactorias en el plano físico, he pasado a conseguir plenas actuaciones que nos dejan satisfechos en lo físico y en lo emocional tanto a mi pareja como a mí mismo.

Es mi hijo IV

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Incline a mama sobre la mesa y le pegue la cara a ella, estábamos a menos de un metro de distancia de mi tía, que estaba sorprendida, tenia a mi madre empinada con las tetas y la cara pegados a la mesa y mostrándome su enorme y apetitosa culo, sin piedad volví a clavarle mi polla en so coñito.

Linda

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Ahora podía tocarme sin problemas. Mi cuerpo fue excitándose por momentos. Cuando iba a llegar a mi clítoris oí la puerta que se abría. Me aterroricé y salí corriendo hacia la cocina para hacer como si estuviera fregando.

La crisis

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Alex nos presento junto con otras chicas, la casa amplia de varias habitaciones, estaba ambientada , las personas (los clientes) eran todos entre 30 y 50 años eran seis en total, las otras cuatro chicas eran de mi edad.

Papá y su niño I

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Todo comenzó estando yo en mi habitación, después del enfado de mi padre, solo tenia ganas de relajarme, así que ojeaba una revista de chicos gays y me masturbaba con total tranquilidad cuando oigo que mi padre se acercaba a mi cuarto, de repente y de un salto, me enfundo los slips, no sin antes guardar la revista en mi mesilla de noche.

Puta y esclava familiar I

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El cornudo no pudo soportar más el morbo y frotando la polla se acerco a ella, la tumbó con las tetas sobre la mesa y le insertó la herramienta en el ano de un empellón, menos mal que estaba lubricado de cuando alojó la de Juanito, si no se hubiera dejado la piel del capullo.

Le dí mis conocimientos y mi leche

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Cuando terminé fui al baño y le limpié la almeja para evitar que se diese cuenta. Le puse las bragas en su sitio, el camisón y la metí en la cama, no sin antes besarle por última vez su coño recién regado, sus pezones aún erectos y sus labios de miel.

Tiempo perdido III

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He agarrado una de ellas con la mano y he empezado a dar lametones a su aureola, pequeños y en círculo, para que mamá se estremeciese. Se le han puesto enormes y durísimos y ha seguido gimiendo.

Voracidad maternal I

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Entonces vi como ella se metía dos dedos en el coño y cuando los sacó relucientes de los jugos de su placer se dispuso a pasarlos por encima de su ano para lubricarlo y luego se metió primero un dedo, luego otro y luego, se metió el consolador poco a poco.

La amiga de mi madre

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Y cuando tenia que bajar a mi casa a por algo (casi todos así que yo estaba empezando a fantasear con ella y solo pensaba en situaciones morbosas, como que bajara a mi casa cuando estaba solo y tocara al timbre cuando yo me estaba masturbando, y al salir a abridle la puerta se fijara en mi paquete, o que íbamos a la playa y yo le daba crema por el culo con la excusa de darle en las piernas.

Andrea I

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Ya no solo me pajeaba con sus bombachas, sino que seguía todos sus movimientos, revisaba los cajones en los cuales guardaba su ropa interior, y oliéndolas me la imaginaba y terminaba acabando sobre sus prendas.

Ellas no decidían III

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Ella me contestó que estaba encantada de la forma en que la estaba follando y lo que le decía, porque cuando le contaba a su marido lo sucia puta que le hacían considerarse en aquella casa, éste se excitaba enormemente y ayudaba a mantener vivo su matrimonio.

Sumisión e infidelidad morbosa I

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Estaba enamoradísima de Daniel y jamás le sería infiel, pero si él me lo ordenaba, por que no disfrutarlo. Parece que la niña pensaba igual, pues ella misma era la que pretextando inclinarse para ver si se habían bebido los whiskys, dejaba las tetas a su alcance muchas veces. !Cuan similar a su madre había salido la muy zorra¡

Tiempo perdido II

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En cuanto tuve oportunidad entré clandestinamente en su despacho y efectivamente, el relato no estaba donde yo lo había dejado. Ya no había vuelta atrás. Mamá sabía que la quería follar. Sabía que estaba loco por ella.

Viaje ajetreado en autobus

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Mi madre se había comenzado a desesperar por la tardanza del bus y yo ya estaba cansada de esperar, por lo que decidimos, que sin importar si nos tocaba de pie o sentadas, igual nos iríamos, ya que no desperdiciaríamos el tiempo invertido en la fila, al retirarnos a casa sin visitar a los abuelos, al fin al cabo de unos minutos arribo el ansiado bus, de inmediato la gente se dio a la tarea de abordarlo

Madre puta III

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Yo no podía creer lo que estaba ocurriendo, que todo eso estuviese pasando ante mis ojos, en un boliche con gente que los conocía y que si los descubrían se armaba un quilombo de la gran puta, y sobre todo no podía creer que esa guarra fuera mi madre.