La suerte me sonrió un día que conteste el teléfono y era para ella, según me entere mas tarde era de la escuela de su hijo para avisarle que había roto una cosas y que era necesario pagarlas para que no la expulsaran, después de un rato de bla bla bla, de que pasa, porque esa cara, conseguí que hablara, y entre llanto me lo explico, además de decirme que entre lo que ganaban su esposo y ella a penas les alcanzaba
Yasna cayo hacía atrás y plegando sus piernas, abrió sus muslos de terciopelo, su conchita era como un platillo rosado que presentaba a mis ojos un manjar celestial, como si fuese una sopa deliciosa, de origen divino, ella con sus dos manitos se abrió sus rosados labiecitos hinchados y gemía ...
Todo empezó un día que hacia calor, mi madre estaba solo con una playera, que le quedaba muy pegada, y resaltaba su 95 de senos, y un calzoncito blanco liso muy lindo, yo estaba en un pequeño short y un top, desde unos días antes estaba algo inquieta porque me sorprendí a mi misa viendo a mi madre, apreciando su trasero, sus cintura y todo, yo no lo podía creer, en la noche no podía dormir pensando en su cuerpo, y me ponía peor lo cariñosa que es con migo, pero me lo negaba a mi mismo, no podía tener fantasías con mi madre!!!
A partir de ese día no volvieron a dormir separados. A las amigas de Elsa les extrañaba que un chico tan guapo siguiera sin tener novia. Alguna que otra hasta admitía que pudiera ser gay. Elsa, cuando le preguntaban si ya tenía novia, siempre contestaba – Hija, no lo sé, me imagino que no, pero vete tú a saber... de todas formas la universidad no le deja mucho tiempo. Ya llegará el tiempo... - ¿Y tu, Elsa, no piensas rehacer tu vida, con lo joven y guapa que eres? – Pues no. Un día quise a un hombre que me engañó miserablemente... no me interesa nada de eso.
Cuando empezó a masturbarse era siempre ella el objeto de su pensamiento. La amaba, la deseaba y curiosamente no se sentía culpable. Era un sentimiento tan puro y tan sincero que no podía ser pecaminoso. Cuando llegaba a casa la cubría de besos, acercándose progresivamente a la comisura de sus labios, hasta que ella prudentemente se separaba.
Saqué mis libros y los puse sobre la mesa, la mire y ella me miraba de vez en cuando sonriéndome, la verdad es que era preciosa, perdonad pero aun no os la he descrito físicamente, tenia el pelo negro largo y algo ondulado, ojos castaños, bastante grandes, su figura estaba muy bien cuidada para sus 37 años, la verdad es que estaba muy buena, unos pechos impresionantes, bastante paraditos para su edad, una cintura estrecha, y una cintura y un culo bien puestos.
No podía creer que estaba magreando el delicioso culito de mi hermana, ella estaba con su shorts de lycra y tanto su almejita como su trasero se delineaban muy bien, levanté la banda elástica de la prenda y metí mis manos para sentir su suave piel, Yasna se separó de mis labios con ojos vidriosos, estaba excitada – soy virgen – me dijo manteniendo sus ojos en los míos, no sé si me pedía que hiciera algo al respecto o me estaba implorando de que la dejara ir
Estábamos vientre con vientre y mi pene descansaba en su estómago, mamá apretaba mi miembro con su pancita − ¡ay! hijo … pero tu pene jamás descansa … está siempre durito ¿verdad? … como le gusta a mami ¿verdad? … − mamá me besaba y hablaba, mi juventud hacía que mi pene conservara casi en toda su plenitud su erección y ella se regocijaba de esta particularidad mía
Comenzó a besar mi cuello. Buscó mis pezones con leves mordiscos, recorrió con su lengua todo mi cuerpo, mientras yo intentaba con el desorden propio del desenfreno, guiar su boca hasta mi cáliz de pasión. Bebió de él y luego me enseño su propio rumbo.
He de decir que siempre fui una persona solitaria y los antecedentes de mi primer contacto con mi lado femenino comienzan cuando tenia 3 o 4 años mi madre nos llevaba a mis hermanos y a mi a bañar juntos (mis dos hermanas y mi hermano) generalmente llevaba ropa limpia para todos pero en una ocasión no lo hizo, llevaba las cuatro mudas de ropa
El viajo a Argentina cuándo yo tenia 15 años y un poco mas y desafortunadamente murió en un asalto haya eso destrozo a mi familia durante mucho tiempo el balance de mi familia quedo roto y cada uno siguió su camino durante meses mi madre se lanzo a la bebida y yo salía a paliar a la calle y vagaba todo el día y llegaba solo de noche a la casa muchas veces para encontrar a mi madre tomando borracha y llorando mirando un álbum fotográfico.
Le acompañe y ayude acostarse, mientras sacaba su ropita, traje una crema y le pase por la zona castigada, sentía en mis manos el calor que su piel irradiaba en cada una de las marcas que su cuerpo tenia, surcos rojos que cruzaban su nalgas, algunos se perdían en su entrepierna, otros recorrían desde arriba hasta debajo de las pantorrilla, una maraña de marcas, surcos de color Rosado y rojo que se cruzaban sobre una piel blanca. cuya suavidad se había perdido por las magulladuras que la varilla le había provocado.
Al otro día mi madre me dijo que le hubiera quitado la ropa ya que se durmió con todo y zapatos toda la noche, ya que mi madre tuvo que llegar hasta temprano ya que la tía esta en los últimos días, creían que posiblemente los dolores llegaran de noche y no habría quien la cuidara mientras iban por la partera, ese permiso fue muy agradable para mi.
Me quedé helada. Le dije, nena, mira, tú sabes que yo soy sola, tu hijo es lindo y yo lo quiero mucho, realmente comencé con él porque me sentía muy sola, yo le gusto y él me gusta y de hecho desde que estoy con él no salgo con más nadie. Te juro que no lo voy a lastimar ni a engañar, no voy a jugar con sus sentimientos, te lo juro.... yo ya no sabía qué decir.
Mi tía le dijo que si ya tenia novia, y mama le dijo que aun no. Mi tía se rio y le dijo que seguro yo ya me hacia pajas, mama le dijo que si y que ella ya me había gozado en la cama, que yo tenia una pija grande y gruesa, que cualquier mujer quisiera sentir.
Les quiero decir que no me importa, que la quiero y que voy a seguir con ella". Mi madre, la madre de Minerva y Minerva misma se quedaron con los ojos de plato. Después de la sorpresa, reaccionaron compungidas: "Esa lagartona te va a arruinar la vida, es una loca (supongo que querían decir puta, pero era natural, porque aún no me había cogido a mi madre), divorciada, amargada, vieja, tiene muchos mas años que tú, no tienes futuro con ella, etcétera, etcétera, etcétera.
Ella estaba recostada y las demás chicas a su alrededor, Cristina se quejaba que tenía una punzada en su costado izquierdo y cada vez le dolía más, entre todas llegamos a la conclusión que había que avisar, pero si alguna iba nos delataríamos que de noche nos encontrábamos, y Cristina no podía ni moverse, las chicas dijeron que yo era la que tenía que ir ya que mi habitación estaba al lado de la de Cristina entonces yo diría que la escuché quejarse.
Empezó a tocarme las piernas y al mismo tiempo empezó a lamerme el ombligo y finalmente bajo a mi rajita, su lengua jugó bastante rato conmigo, empezó muy despacio a meter el dedo, se dio cuenta que era virgen por eso siguió chupándome, yo sentía que algo me pasaba, algo que nunca había sentido así fue cuando mi clítoris exploto en el primer orgasmos.
Empezó a chuparme las tetas mientras me acariciaba mi coño con su mano. Yo estaba que me moría de placer, entonces cogí su polla y comencé a mamársela. No lo había hecho nunca pero me gustó mucho tener esa verga enorme en mi boca.
Aquella mañana Tania subió a la azotea del edificio a tender la ropa y de paso se sentó a tomar el sol y leer una revista de modas que había encontrado cuando de repente una sombra se posó sobre ella, cuando Tania levantó la mirada vio a un hombre alto, parado justo detrás de ella, con la cara pálida, mirándola de fijo mientras se sobaba mecánicamente su "cosa" extraída del cierre del pantalón.
Ese verano varias de sus amigas se iniciaron en el sexo, sintiendo que cada vez estaba más cerca su momento, analizaba sus actitudes de mirarle el sexo a los varones,! esos bultos!, las ganas de espiar a su hermano, escuchar las historias de sus amigas, la hizo comprender que estaba pasando una revolución, imaginaba su sangre a borbotones de ganas, la química de ella estaba pronta y buscando.
Tanto desear a mi prima y pensar mil formas para llegar a ella, pero no me atrevía, hasta que después de una fiesta donde se emborracho todo cambio a mi favor. Ahora es mi mujer diariamente.
Mientras mamá bajaba a la cocina a preparar una estimulante bebida para apaciguar mi dolor yo me hacia a la idea de que tenia que contarle todo, era la única manera que yo tenía para sentirme aliviado, no pasaron muchos mitos hasta que mamá llego con las copas.
Cuando mi madre notó mi primera convulsión también gritó, sus uñas se clavaron en mi espalda y mordió con fuerza mi hombro para intentar sofocar su chillido de placer. Me dolía ,pero el gusto era tan intenso, notando el enorme cuerpo de mi madre abrazado al mío, sintiendo como ella se convulsionaba por su orgasmo, como yo su hijo la estaba haciendo correrse de gusto, que el dolor se convirtió en una sensación alucinante.
Cada una tenia lo suyo, todas eran bonitas y bien formadas, sus cuerpos responden a cualquier regla de buen gusto o lascivia , en esos meses decidieron estudiar en Buenos Aires, pero la crisis golpeaba, lejos podrían pensar en vacacionar, las reuniones en la casa María Luisa les dejaba lejos la única solución de salir de la chatura del pueblo, una estrategia, un camino a seguir , buscar una oportunidad de poder ser profesionales, las unía aún más.
Parece que la discusión se terminó y Paula se fue al servicio. La madre, Sandra puso un disco. Puso a Dionne Warwick . Se abalanzó sobre mí y nos echamos un bailecito. Me cogió de la mano y se la llevó debajo de su falda. Yo metí mano por debajo de las bragas y acaricié su sexo empapado.
Un día mi padre me dijo que ella estaba muy triste y arrepentida y que deberíamos solucionar las cosas entre nosotros, que no era normal que una madre y su hijo ni se hablaran y que ella a pesar de su forma de ser me quería mucho.
Mi madre tenía las faldas levantadas en los muslos, estaba agachada, en cuclillas y sus enormes y preciosas tetas le colgaban de una camiseta holgada que tenía puesta, su mano acariciaba las pelotas y la polla del perro, el animal nos miraba con la misma mirada de tristeza que al principio, le gustaba aquello, al cabrón del perro le gustaba que mi madre le tocara la polla.
Las uñas siempre las lleva larguísimas y de color rojo fuerte en sus delicadas y pequeñas manos a juego con sus carnosos labios y las de sus pies; y las joyas, que joyas todas de oro, haciendo un contraste increíble con su moreno, regalo de mi obeso padre para paliar sus largas ausencias debido a sus negocios de empresa y también a la falta de virilidad a la hora de montar a mi madre creo yo.