Se trataba de una señora con el pelo rubio de unos 40 años tendida en el suelo totalmente desnuda y que se estaba metiendo un consolador negro por el coño y otro más chico asomaba por su culo , nosotros dos ocultos tras la maleza nos estábamos poniendo a cien, yo en particular estaba notando que mi pija se estaba hinchando y pedía a gritos que la sacara y la masajeara hasta sacar toda la leche que tenía dentro.
Vivo con mi madre de 70 años que además esta un poco imposibilitada, por esto todos los sábados recibimos la visita de una limpiadora que nos arregla la casa, ella tendrá unos cuarenta años como yo pero he de admitir que es un poco gordita pero también es verdad que esas son las mujeres que me ponen a cien y siempre que tengo dinero fresco busco en el periódico algún contacto sexual con este tipo de mujeres.
Como era de esperar cuando le toco el turno a mis calzoncillos apareció un pene erecto y con su cabeza que parecía que iba a estallar de lo roja y brillante que estaba además se podía ver asomando unas gotas de liquido transparente y viscoso, dando una idea bien precisa de mi estado de excitación.
Todos deseariamos pasar un fin de semana asi, pero por desgracia no todos lo tendremos.
Entonces dio comienzo su vaivén bucal con los labios bien apretados como si no quisiera que se escapara aquella estupenda golosina, por desgracia aquello no duro mucho porque al poco de empezar con aquel juego maravilloso sentí como de mi pene salía un chorro de leche que mi vecina no dudo en tragárselo, como luego pude comprobar.
Y eso fue el disparo de salida para mi, así que empuje con fuerza y de un golpe seco de riñón le partí el culo a m abuela pues le introduje mi polla hasta que mis testículos chocaron con sus nalgas. Entonces ella lanzo un grito entrecortado.