Anoche había ido a un boliche a tomar algo, estaba vestida provocativa como siempre, ya que me gusta atraer a los hombres, con una mini muy corta de látex negro, unas votas de charol negras con tacones de aguja bien altos, medias con portaligas rojo también de látex, y una remerita muy ajustada de terciopelo rojo...
Al ver al muchacho próximo en la fila subirse al caballete y realizar montado en éste, ejercicios de tensión de brazos y piernas, sentí que al llegar mi turno no sería capaz de exponerme de esa forma, sobre todo al ver que en el área de las entrepiernas, la fábrica del short del muchacho apenas resistía la tensión.
Dos noches después, nos encontrábamos en la habitación que se nos asigno a mi amiga y a mi, discutiendo y analizando la información de las actividades del día y una vez que concluimos el reporte, Ricardo propuso que jugáramos a la botella, le dijimos que eso estaba bien para jóvenes, pero que nosotros debíamos intentar algo diferente
"Mi padre me prohibía llegar a casa después de las diez, justo a las diez que es cuando empezaba la gente a ser divertida.... Recordé aquella carta que mi padre me descubrió cuando yo tenía 14 años, (era una carta de amor, sin maldad), recordaba sus guantazos en mi cara, sus gritos, y las discusiones que tuvo con mi madre reprochándole que ella me había educado muy mal y que ella era la culpable... Y todo, por una simple carta..."
Desde aquel memorable polvazo en el parking, después de meses practicando cibersexo por chat en el trabajo, no habíamos vuelto a tener contacto físico, y sinceramente, lo echaba de menos.
Entré en dos habitaciones ocupadas por parejas follando, hasta que, cansado ya de probar, me quedé en la tercera, ocupada por dos morochas infartantes que se estaban cepillando a un asqueroso pero seguramente muy adinerado gordo.
Después de un rato al ya tenerla completamente parada, la bese desde su base hasta la punta, saboreando su glande, nuevamente la bese y chupe incluyendo sus huevos a quienes también bese y finalmente me lleno mi boca con más semen, que nuevamente saboree y trague. Qué rico sabor tiene el semen, sobretodo cuando lo depositan en tu lengua para que una lo disfrute y lo saboree.
Nunca se habían fijado el uno en el otro como objetivo sexual, porque se llevaban bastante bien, pero se llevarían aún mejor cuando por motivos de trabajo hicieron juntos un viaje.
Llevaba ya uno año divorciada y prácticamente, salvo aventuras esporádicas, volcaba todo mi tiempo en el trabajo y en la educación de mis hijos. Soy una mujer atractiva y pretendientes no me han faltado nunca. Mis amigos comentaban que el divorcio me había sentado muy bien, estaba radiante.
Nos besamos desnudos en el archivo. Ya no tenía miedo que nos encontraran desnudos en pleno coito pues estaba con mi amor y sabía que él me protegería.
No tardamos mas de diez minutos hasta que nos vimos las caras mientras nos corríamos, ella no paraba de jadear y temblar como una hoja, yo empujaba tan fuerte que creía que iba a meterme yo dentro de ella enterito.
Ella fue mí adorada compañera y esposa por casi 16 años. Estos relatos son verídicos de nuestra vida junta. El erotismo de nuestros momentos de amor y sexo que aún no puedo olvidar.