La sensación de poder, de dominar, de tener el absoluto poder sobre una mujer es una sensación que la mayoría de los hombres sentimos como una de nuestras grandes fantasías, pero ¿y si fuese al revés? Ser el dominado.
Como habréis supuesto, nada volvió a ser lo que era con Dani; Aparte de que el se imaginaba que su mejor amigo y yo manteníamos relaciones sexuales (yo mas bien diría que follábamos como obsesos), estaba el hecho de que yo lo veía por primera vez como hombre y no como mi hermano mayor.
No pude más que empezar a chupar sus dedos. Olían a sales de baño, por lo que pude deducir que o mi hermanastra siempre estaba preparada o aquello no era espontáneo.
Cuando los vendemos a ustedes, nosotras les damos un entrenamiento a sus nuevas dueñas sobre cómo se les debe tratar y el porqué se les debe tratar así, de igual forma les entrenamos sobre cómo los deben cabalgar, así que vete acostumbrando a esto ya que estarás en esta situación por mucho, mucho tiempo…"
Cansadas de morirnos de asco decidimos salir de marcha un sábado a pasarlo bien. Nosotras lo llamamos salir de caza. Nos ponemos nuestros mejores uniformes. Esos que atraen a las presas sin tener que hacer demasiado:
A la mañana siguiente me desperté con el sol dándome en la cara, nunca había dormido mejor. Me giré y vi a mi madre al lado de la ventana dándome la espalda, el sol bañaba su cuerpo desnudo dándole un tono cobrizo.
Poco a poco el garaje se fue convirtiendo en un templo, un lugar oculto a miradas curiosas donde adorar a una verdadera diosa; de hecho, cualquiera que pasara por fuera, al lado de la puerta, no podía imaginarse siquiera que se usara aquel recinto.
Mi nariz quedaba a la altura de su sexo, presionando sus braguitas, pero ella metió la mano entre sus piernas, separando la tela y permitiendo que mi nariz quedara enterrada entre sus labio vaginales.
Como yo no gusto de él ni mi hijastra gusta de mi, pensé que lo mejor sería retirarme a ver televisión en la sala del segundo piso hasta que mi mujer volviera y así lo hice dejando a la pareja acomodados en el sillón del primer piso. Ella me preguntó que yo que iba a hacer y le dije que a dormir, así que seguramente se sintieron a sus anchas.
Tuve que concentrarme para asegurarme que lo que estaba viendo era cierto, y mientras mas miraba, mas me convencía y mas nervioso me ponía. La mujer estaba sentada en una banca del parque un poco dentro del área mas boscosa y parecía concentrada en un libro que leía; estaba hermosísima.
Me di la vuelta, me sentía observado, humillado y cachondo a la vez. Todo junto. Odiaba y amaba esa sensación que tenía cuando Santi me "obligaba" a hacer lo que él quería. Era una sensación extraña, no me trataba como esclavo, pero parecía que tenía autoridad sobre mí. No sé si sabréis lo que quiero decir.
No la tenía muy larga pero su grosor compensaba la falta de centímetros, su glande rosado resaltaba sobre el color oscuro del resto de la piel, ya que brillaba debido al líquido que lo empezaba a cubrir, lo cual provocaba aquel sonido tan característicos de polla en movimiento.
Llegue a espiarla cuando se duchaba, verla toda desnuda recorriendo su cuerpo con el jabón, fregándose las tetas, ver sus pezones de color marrón claro, su concha con poco pelo que casi se podía ver su raya, y su culo redondo hacia que me pajeara hasta quedar seco.
Comenzó a serrucharme suavemente, y empezó a cogerme con una calidad pocas veces vista. Abría mis nalgas con sus manos para observar como su pija entraba y salía de mi culo, mientras yo apretaba con él esa carne dura que tanto placer me estaba dando.
Mancharé toda tu carita y esas enormes tetas con mi leche, para luego limpiarme la verga con él y acompañarte hasta que encuentres al baboso de tu marido que seguramente estará esperando por ti en el aeropuerto., para que así pueda él darse cuenta la clase de cochina que tiene en casa, que no sabe ni siquiera tomar un sorbo de leche con proteínas sin embarrarse toda la cara y ropas.
Bueno pues sácamela para que veas, claro que yo no era tan confianzudo y pues le dije que el se la sacara, pero el insistía en que yo lo hiciera, y aunque me moría de ganas de hacerlo, pues no lo hice total de que pasaron los días y una noche llega de un partido de basket todo sudado y con una película en la mano
La verdad que yo también quedé impresionado, porque nunca se la había visto en vivo y en directo como en ese momento. Piru me había contado maravillas de Miguel pero uno siempre supone que a veces ellas exageran un poco para ponernos un poquito celosos y realmente no había mentido nada.
Contemplé sus pezones sonrosados y me abalancé sobre ellos succionándolos con avidez. Ella me acariciaba el pene y sobre todo el glande con suavidad, llevándose la mano a la boca lamiéndolo provocativamente y con ganas mientras se dejaba arrastrar por mis lametones y apretones en sus senos. Bajé la punta de mi lengua por su esternón, su estómago, su ombligo, su coño depilado en una sugerente línea de pelos cortos.
Se lo recorrí íntegramente con mi lengua húmeda y escuché entusiasmada como escapaba un suspiro de los labios de Juan cuando me acariciaba el pelo mientras le lamía el duro tronco. Utilizaba mi lengua lentamente hacia arriba, hasta llegar al glande, metiéndola en su agujerito de la punta y luego volviendo nuevamente a la base. Llegaba hasta los testículos y los mordía muy suavemente, lo quería excitar al máximo.
La cogí por detrás, pegándome a ella y diciéndole que la deseaba al oído, en ese momento ella me aparto me dijo que no podía, lo siento, me pareces atractivo pero., yo no podía aguantar mas, estaba ardiendo, la cogí por la cintura y la pegué a mi, intente besarla y ella se aparto, la idea de que se resistiera me estaba poniendo mas cachondo en ese momento mi paquete estaba muy duro, le cogí su mano y se lo puse en mi paquete ella la aparto dijo que lo sentía.
La posición en que me tenia le permitía acomodarme a su gusto a pesar de mis pataleos y corcoveos estaba entrando en mi y sentía con dolor como se derrumbaba el estado de mi virginidad anal ya que con cada empujón en mi traste sentía que esa arpía ganaba terreno victoriosamente.