Cuando cruzo la entrada, se aparta ligeramente y noto como sus manos, vestidas con guantes negros, me acarician por detrás y se detienen en mis nalgas.
Ella percibe su olor, lo siente, es un olor agradable. El desconocido le tapa los ojos con una venda de color negro, la venda tiene su olor. Él la acaricia; ella se asusta y cree que va a ser violada. Pero él lo hace suavemente, sin prisa; le besa levemente el cuello, los labios, los lóbulos de las orejas. Lo hace tan suavemente que Sara llega a sentir un escalofrío.
Me levanto y le ofrezco mi mano, se levanta y me sigue me meto al baño, el abre el agua y nos damos una ducha juntos en la que no faltan besos ni caricias, nos enjabonamos el uno al otro, nos calentamos mucho mas de lo que estábamos y hace que me gire contra la pared, así como estoy dándole la espalda me penetra sin previo aviso y me embiste bruscamente, yo suelto un alarido de sorpresa, pero me excita mas, el agua cayendo y nosotros disfrutando cada movimiento.