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La profesora era su tía

La profesora era su tía

Era una tarde hermosa de fines de verano, las primeras hojas amarillas sobre el césped de la quinta que cayeron con la lluvia, daban ese brillo especial a todo el parque digno de un cuadro impresionista de la escuela francesa, la ronda de juegos cedió su paso a las distintas cosas que nos contamos entre el grupo .

Mí tía Penelope la menor de las hermanas de mi madre, tiene hoy 35 años, es una mujer de 1,65 cm. de altura y 54 kg de peso, una cintura chica y un hermoso cuerpo, es profesora en el secundario de Geografía, escuchándola quedamos absortas, su historia estaría encuadrada dentro de los rubros de confesiones, sexo de maduras o amor filial, por supuesto que dijo que una amiga le había contado sospecho que estando yo presente si fuese ella nunca lo podría confesar, pese a que conoce mi historia y la del pequeño grupo en esta oportunidad reunidos.

La amiga era profesora, sus alumnos chicos del último año del preuniversitario, hacían lo imposible para lograr diálogos más intimistas, la edad de los chicos entre 17 y 18 años, su edad según ella un año menor que ella, hacían que sintiera deseos encontrados, ganas de ceder y ganas de imponer respeto ante la actitud primitiva de estos chicos.

El problema más serio era un sobrino de ella, que ella sentía estaba en la misma onda en un grupo de cuatro en total , de esos alumnos que nos les importa nada más que pasarla bien, pero que tienen el carisma para seducir teniendo éxito con las chicas y cualquier mujer creo se sentiría atraída.

En las clases todo transcurría normalmente, salvo esas miradas lascivas de los cuatro, siempre en el rincón , sin que otra persona los viera.

Esto la incomodaba, puesto que ya había intentado, frenarlos en forma normal, diciéndoles que querían decir, haciendo silencios.

Invito a su casa a Esteban (su sobrino) para poder dejarle en claro que la situación era insostenible que nunca le había pasado algo parecido con los alumnos y que era imposible como actuaban el y sus compañeros.

Para ella la situación era complicada, falta de buen gusto y que podía tener complicaciones inimaginables para todos.

Cuando llego esa tarde toco el timbre, no pudo dejar de morderse los labios al mirarlo por la mirilla , pensando que estaba hermoso y fantaseando con el olor a hormonas que debía exhalar de su piel, tuvo que tomarse su tiempo para recomponer su postura, se sintió como perra en celo totalmente alzada y esto era difícil de entender para ella siempre tan ordenada en sus correrías .

Cuando entro, la actitud de el, era verdaderamente insospechada en un chico de su edad (18), al dejarlo en living, no pudo contener otra vez de morderse los labios inferiores entrando en la cocina en busca de un refresco, armo la bandeja y al darse vuelta se encontró con él, que tomando la bandeja la dejo sobre la mesada y sin más, la beso, un beso de sexo y pasión que no pudo contener devolver, las manos del chico rápidamente entraron en juego de abrazos y tratando de desnudarla, atino a decir vamos al dormitorio, como a sus dieciséis años cuando con un noviecito dejo de ser virgen, se entrego y dejo hacer, la penetración fue el buscado efecto de todas las caricias que ambos se repartieron sentir que su falo era proporcional al deseo que le despertaba su sobrino, la hizo sentir totalmente dominada.

El sobrino la sodomizo totalmente, haciéndole decir toda clases de alabanzas al falo y ruegos para que la penetrara como quisiera, ella no entendía pero sentía que debía asumir que no podía hacer nada, no estaba dispuesta a perder ese goce por nadie, el sabia que era así, sumisa accedió a cada uno de sus pedidos.

Era lo que tenia miedo que pasara, estaba pasando y no podía detenerlo, su calentura era mucho más fuerte, su sumisión era el efecto de la atracción sexual que sentía por ese hermoso cuerpo.

Su manera de hacerla gozar le parecía inigualable, allí estaban tía y sobrino de plena fiesta, cualquier extraño a la escena diría que ella se aprovechaba de él, siendo todo lo contrario, ella era la sometida.

Toda esa semana, le pidió y logró todo lo que quiso, fue el Sábado de la segunda semana, que verdaderamente el sobrino mostró que su tía era alguien a quien seducir, esa tarde apareció con su compañero de banco, otro chico de 18 años, como sabiendo que era inevitable, no dijo ni hizo nada en la ducha recibió un baño de crema acariciada como nunca por esos dos chicos, encontró su voz, pidiendo sexo, mientras la penetraban, mamaba con lujuria el falo, que le ponían frente a su boca, el grueso de su sobrino o el largo del otro alumno, hicieron de la “tía” una perfecta esclava sexual, mientras ella gozaba y seguía sin entender.

La dominación llegaba a tal grado, que parecía una drogadicta, pidiendo algo de droga, su sexo quedaba impaciente, esperaba esas tres horas todos los días , en la cual creía estar directamente perdida en la perversión y el goce desmedido, los dos o uno se hacían presentes, ella era la entrega total.

En su mente trataba de recomponer las cosas, que ella misma no lograba entender , sabiendo que estaban fuera todo cauce, fuera de toda lógica, ella era la sometida por dos chicos, a un grado de dominación que nunca hubiese imaginado podría existir.

Aproximadamente al mes de esa situación , una noche de viernes el grupo de los cuatro la fue a visitar, ella trato de ponerse firme de no aceptar, pero entro nuevamente en la trampa de creerle al sobrino.

Primeramente la llevo a la cocina, donde no pudo contener que la sedujera, hizo entrar a Carlos y otra vez estaba entregada a sus juegos, a los pocos minutos ya totalmente sometida, su sobrino hizo entrar a los otros chicos , siguieron haciendo de ella todo lo que se puede hacer , ella ya pedía sexo, sin importar quién o quienes eran la que la consolaban.

Su vagina, recibió a los cuatro, a los cuatro mamo, fue penetrada tanto en el recto como la vagina, mientras mamaba, después de un largo rato, otra vez se encontró pidiendo más, más.

El sobrino se quedo toda la noche y a la mañana, le exigió que lo mamara y por supuesto tragara toda su leche, para ella era un deleite.

Las clases continuaban, los cuatro alumnos y la esclava , no dejaban traslucir la relación que mantenían y eso le permitió justificar su condición de profesora.

En los pueblos chicos, todo se sabe y esto también , la profesora pervertía a sus alumnos y fueron los padres de los tres chicos (no parientes) quienes presentaron el sumario y pruebas de los hechos, como uno de los últimos tenia 17 años, la detuvieron y echaron del trabajo.

Creo que mi tía era la protagonista y los últimos párrafos fueron para despistar y más creo que mi primo la sigue atendiendo y bien, porque tiene una figura espectacular y se ve que disfruta el goce sexual.

Y muchas veces cuando ve un chico pintón, se muerde los labios inferiores ¿Casualidad?

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