Ese día algo paso en mi cuerpo y en mi mente, diecisiete años, con un cuerpo que frente al espejo y el de otras chicas totalmente desnudo se siente atrayente, (para algunas), es de imaginar que para los hombres debe ser presa a batir, nos terminamos de bañar en el vestuario después de la clase de gimnasia
Luego de tanta risa y morbosidad, Mónica una de mis mas bellas compañeras propuso que nos quitáramos la ropa, e incluso ella fue la primera en empezar a hacerlo.
Todo comenzó cuando Valeria y yo teníamos 12 años, ya había pasado un mes de lo que me estaba pasando con ella, Valeria en ese entonces era una chica muy linda, rubia de ojos celestes, era mas bajita que yo.
Todo empezó a principios de Junio, el verano no terminaba de entrar y aunque las temperaturas no llegaban de subir el periodo estival ya se hacia notar en el ambiente.
Unas anchas y lujosas escaleras cuya alfombra atenuaba sus pasos. No se soltaban de su brazo, por lo cual no podía buscar a la fotógrafa que tenía en su poder la instantánea en la que besaba a otra mujer.
No se que me pasó.
En esta ocasión les contare lo que me ocurrió un día en un bar de tantos que hay en el la ciudad de México donde conocí a Carolina, una chica muy sensual, ella es de mediana estatura, morena, cabello largo lacio, delgada, piernas torneadas y senos medianos pero firmes y redondos. Además también les mando mi foto y la de Carolina.
“El relato trata de cómo las circunstancias pueden presentarse sin premeditación, haciendo posible el descubrimiento de la oculta identidad sexual de una de las protagonistas”.
Era un bonito lugar caribeño, una isla rodeada de playas enormes de finas arenas y aguas transparentes, palmeras, buena gastronomía y sobre todo hermosos y hermosas nativas de la isla a las cuales era imposible que tanto los ojos de Nuria como los míos no se perdieran en sus curvas y en su tez morena.
La idea de ser eternamente joven, guapa y seductora, así como de alimentarse de hembras le fascinaba. Le pedí que se levantara y que fuera al baño del avión, en un par de minutos iría yo, solo veía esa posibilidad para poder consumar el acto de la transformación.
Estaba esperando a que subiera María, la botones rubia de ojos azules con el pedido de refrescos a mi habitación, estaba ansiosa y hambrienta, llevaba casi dos días sin alimentarme de flujos vaginales y eso el cuerpo lo notaba, acababa de ducharme así que solo llevaba puesta una bata de seda roja anudada con una cinta y que llegaba hasta un poco antes de las rodillas.
La historia que quiero relatarles hoy es del primer acercamiento que tuve con el lesbianismo, fue en el año de 1998, tenía 23 años, estaba de paseo con mi novio un día que nos salimos de la universidad, el plan que teníamos era ir a desayunar y luego visitaríamos uno de nuestros hoteles preferidos.
La tarea de la ecuela me hace darme cuenta de mi verdadero sexo y mi mejor amiga me ayuda a comprobarlo.
Mierda no queda café, voy a matar a María, mira que dejarme sin café, sabe que sin él no tiró por las mañanas, cojo la carpeta, la bolsa y me dirijo hacía el metro, parece mentira que Barna, este tan muerta a las seis de la mañana
Es curioso como puedes pasar conviviendo con compañeros de trabajo durante años y de pronto descubrir un buen día que te sientes atraída por ellos, o que te han sabido seducir.
Exhaustas físicamente, despertaron tarde, el ruido de la ducha despertó a Luna , su prima Laura enjabonada era una diosa emblanquecida con jabón, algo como la imagen del espejo, trajo a su mente el goce de sus dedos
Soy de Aguascalientes, México, y me encantaría convidarles acerca de cómo mi expareja me conquistó, mi linda ejecutiva de cuenta bancaria.
Susan me follaba como una posesa y no podía parar de gritar y decirle cosas inconexas, porque me volvía completamente loca y acabé corriéndome, sintiendo que al estar así de pie, doblada, me corría mi flujo por el interior de los muslos y un poquito de sangre.
El sexo con Raquel, la hermana mayor de Silvia, era naturalmente muy distinto de las relaciones con la pequeña.
La tomó de la mano y la llevó lejos, a un porche trasero de la mansión. Aquel lugar estaba bastante oscuro. Subieron un par de escalones y entraron por una puerta. Antes de entrar, le dio tiempo de ver a dos chicas en el porche. Una sentada en una silla y la otra arrodillada frente a ella.