Se metía mi polla por completo en la boca, la sacaba, me lamía las pelotas, era increíble. En esto se puso de píe, se apoyó en el capó del coche, apartó el minúsculo tanga, y me ofreció su depilado conejito. Me arrodillé frente a ella y me puse a lamérselo como un poseso, mi lengua recorría toda su raja, penetraba en su húmeda raja, mordía su abultado clítoris, estaba tan afanado, que ni cuenta me di cuando se corrió.
Lo conocí en casa de un amigo, el cuarto estaba lleno de gente pero fue como si estuviésemos solos, sentí como si me hubiera despertado de un largo sueño o que en ese momento se iniciara un sueño, solo lo veía a él y supe que nunca había visto antes a un hombre, que allí había recibido el don de la vista y del sentimiento.
Al día siguiente no hice nada pero estuve pensándolo todo el tiempo. Al fin de cuentas si mi mujer quería tener un affaire con Rafa que lo tuviera. Me calentaba en cierta forma ello y puedo decir, con cierta morbosidad de mi parte, que me gustaba la idea de presenciar su unión sexual.
Comenzó a lamerla y a humedecerla con su saliva. Con mucha suavidad la recorría de abajo hacia arriba, deteniéndose placenteramente para mí en el surco que separa el tronco del pene con su cabeza.
Que, aunque disimulara y pareciera una mina recatada, le gustaba mucho coger y que sospechaba que lo podía estar haciendo con otros así que hacía un tiempo que trataba de conseguirle machos que fueran de su agrado y sobre todo amigos porque sabía que serían discretos y no divulgarían nada de lo que aconteciera con ella.
Me dijo que me sentara en su mesa, se colocó entre mis piernas y continuo con su mamada recorriendo mi verga con su lengua y con una cara de estar muy caliente, subió un poco y lamio con su lengua mi vientre a la vez que apretaba mi polla entre sus tetas moviéndose arriba y abajo haciéndome una cubana de la cual cada vez que me acuerdo se me ponen los vellos de punta.
La cogí por detrás, pegándome a ella y diciéndole que la deseaba al oído, en ese momento ella me aparto me dijo que no podía, lo siento, me pareces atractivo pero., yo no podía aguantar mas, estaba ardiendo, la cogí por la cintura y la pegué a mi, intente besarla y ella se aparto, la idea de que se resistiera me estaba poniendo mas cachondo en ese momento mi paquete estaba muy duro, le cogí su mano y se lo puse en mi paquete ella la aparto dijo que lo sentía.
Esos ojos azules que me volvía loco cuando me miraban mientras me hacía una buena mamada. Me vinieron en un momento todos los recuerdos, todas las noches de sexo, todas las situaciones morbosas, todo el deseo de querer tenerla.
Era una nota de tono romántico para suavizar la situación, le contaba como hacia tiempo que observaba su belleza desde la ventana de mi aula y lo mucho que me apetecía charlar con ella en algún lugar tranquilo para poder expresarle mis sentimientos. Le di el numero de mi móvil y le dije que me llamara si aceptaba el convite.
Luego se encabalgó sobre mi barriguita y comenzó a rozarme los pezones con las yemas de los dedos, pues sabía que los tenía muy sensibles, con el fin de excitarme, de ponerme la polla dura y poder así clavarse de nuevo. Sin embargo, no lo conseguía con la suficiente dureza como para volver a penetrarse y por mucho que se esforzaba no conseguía que se mantuviera firme.
Por cierto que bien que la chupaba y que hombría la de mi marido que aguantaba sin correrse. Yo tengo una teoría de que los verdaderos hombres son los que aguantan en la cama, y además saben imponerse a los demás aunque tenga que dar una buena hostia.
Su cuerpo ya tenia las marcas del embarazo de más de cinco meses, sus ganas de sexo con su marido no podían satisfacerse por estar viviendo en la casa de la suegra, durmiendo dos o tres veces por semana en la misma pieza con su cuñado, el embarazo fue el efecto de dos años en pareja , no podía creer estar sola en la ducha y ponerse los dedos en su vagina para sentir esa lujuria perdida.
La ducha unió los cuerpos en caricias de agua y jabón, sus dedos primero y su falo penetraron en ese cuerpo deseoso, el coito termino en una acabada bajo esa ducha apoyando sus nalgas en la ingle, al secarse se besaron, era el principio no el fin de una aventura.
Y volví a sentir el trallazo de la correa, mientras mi pito apuntaba ya directamente a su coño y ella me sonreía y me besaba, llena de felicidad porque había conseguido su propósito. Así es que me la cogió, se la metió en su coño y me dijo a mí que me autorizaba a que me corriera y a su amante que siguiera azotándome.
Estuvimos durante un largo rato besándonos, hasta que ella se apartó de mi, y poco a poco se fue desnudando, hasta quedar solo, con un diminuto tanga de bikini. Luego se acercó hasta mi, y empezó a desnudarme, mientras besaba cada parte de mi piel que quedaba al descubierto.
Como si hubiera adivinado las intenciones de Junior, nos dijo que nos esperaría en la habitación y que no tardáramos. Nosotros optamos por quedarnos un poco más en la sala. Nuestra intención era que ella se impacientara lo que haría que, cuando estuviésemos a su lado, sintiera más las ganas de poseernos. Pero hay que admitirlo, los impacientes éramos nosotros.
Fue entonces que dirigió su mano hacia la entrepierna de Carlos, le bajó el cierre del pantalón y le sacó el miembro, que a esta altura estaba casi por estallar. Lo empezó a acariciar suavemente subiendo y bajando su mano con lo que provocaba que la piel se deslizara de arriba a abajo, dejando al descubierto la rojiza cabeza y excitaba sobremanera al hombre.
Durante unos segundos dudé, y luego cerrando los ojos asentí con la cabeza e instintivamente mis manos fueron resbalando sobre los muslos de aquellos jóvenes, y una vez allí no tardé en encontrar unos enormes y alargados bultos que palpitaban bajo la cremallera de cada uno de los pantalones.
Le pedí que se acostara en el piso y al hacerlo me imaginé la figura de un velero con su poderoso mástil. Me senté sobre él y de a poco, tratando de vivir cada tramo de esa caliente carne, me deslicé hacia abajo y eso me ponía más loca.
Empezó a acariciarme la verga y fue bajando hasta ponerse entre mis piernas como lo hace siempre metiéndosela casi toda en su boca y dejando su culo y su conchita paraditos apuntando para fuera de la cama como si estuviera esperando algo.