Yo no la amaba, pero amaba coger con ella. Me gustaba y suponía que podría ayudarme a pagar las cuentas. Ella, por otro lado me platicó que cuando las cosas empezaron a ir mal con su primer marido, se dedicó a coger con varios de los amigos y socios de éste, incluyendo uno negro, el primero con que lo hacía.
Un matrimonio conoce a una pareja estupenda, tomaron unas copas juntos y pronto se les notó la cara de ambos de querer poseerla, ya que ella sabía muy bien la manera de ponerlos cachondos.
Un joven conoce a una madurita muy sexy en la playa y dicide que tiene que follarsela. La mujer sacó un bote de crema bronceadora y se empezó a poner por todo el cuerpo empezando por sus perfectas piernas, haciendo un masaje en ellas, luego en sus pechos, vientre, brazos y cara.
Percibí en Isabel el avanzado estado de embriaguez. Pese a molestarme la altanería con la que me hablaba, quise seguirle el punto sirviéndome también un vaso lleno de licor y bebiéndomelo de un trago.
Roberto y yo continuamos nuestra relación, encontrándonos en las tardes tres o cuatro veces por semana. Eventualmente él alquiló un departamentito que tenemos lleno de sábanas de seda, juguetes sexuales, disfraces y otras cositas. Roberto también arregla los viajes de negocios y las conferencias y compartimos la habitación tantas veces como nos es posible.
Me duché y dejé mis braguitas en el cesto, como siempre. Me puse un liviano camisón que se transparentaba y unas braguitas negras para que se notasen bien. Mis pechos sin sujetador se erguían coronados por unos pezones endurecidos de la excitación que sentía.
Aquella noche iba vestido de mujer y sus planes se le habían echado a perder. Su taxista la intentaría consolar mientras unos representantes de la ley les interrumpían.
Inmediatamente a mi eyaculación, Ana se retiró de mí y empezó a lamer el culo de su prima para saborear mi semen caliente. Carlos sacó su enorme polla y se corrió en la boca de Marta, que no paraba de tragar y escupir semen mezclado con su saliva. Los fluidos de la boca de Marta caían por su cara y continuaban por su pecho.
Esto sucedió hace más de 5 meses en una ocasión en que como otras nos volvíamos a reunir un grupo de amigos los cuales nos visitamos muy de vez en cuando, pero lo que paso esa noche fue que sale como siempre cada cual con su supuesto acompañante de noche, sin pensar en que iba a suceder algo de sexo.
Mis rodillas estaban sobre la alfombra, note su pie entre mis rodillas, como las empujaba hasta separarlas, me sentía bien, cómoda sintiendo su fuerza sin dureza, su pie salió de entre mis rodillas, por un momento no supe donde se encontraba, hasta que note como la parte libre del cinturón de seda comenzaba a atarse a mis tobillos, mientras sus manos acariciaban mis piernas desnudas.