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Lios de familia II

Mi madre, escondida tras unos arbustos, quedó sorprendida con el tamaño de mi instrumento y la invadió una desazón que recorrió todo su cuerpo. No podía apartar la vista de ese aparato que se exhibía impúdico, lleno de venas colmadas de vitalidad, de un tamaño que la sobrecogió, en parte porque mi sexo es más grande que lo normal y en parte porque hacía muchos años que no veía uno. La curiosidad fue más fuerte en ella y en lugar de salir a enrostrarnos nuestro proceder siguió callada observando mi herramienta que se aprestaba a trabajar.

Mi vecino de enfrente II

Nos acariciábamos, las piernas, los muslos, las nalgas de Manuel eran maravillosas a pesar de sus años (tenía unos 45), tenía un culo que no dejaba de pedirme ser penetrado, y fue él quien dijo yo seré el primero para que mi hijo aprenda como se hace, solamente nos miramos y esbozamos una risita cómplice con su hijo y dándose la vuelta me ofreció el culo, me puse a besarle las nalgas, a lamérselas, abriéndoselas encontré su agujero, y me dediqué a meterle la lengua, él rabiaba de placer, mientras Rodrigo nos miraba y se masturbaba.

Iniciándose con mami III

Dijo en voz alta a su hijo, el que llego y como era más alto se puso tras suyo en punta de pies y se estiro para alcanzar la fuente, pero al hacerlo flor se hecho hacia atrás y el muchacho perdió pie y se fue hacia adelante, quedando apegado a su madre, sintiendo a la altura de sus entrepiernas el suave roce de la seda de la bata, lo que lo excito de inmediato.

Es mi hijo II

Le metí un dedo y este resbalo como en mantequilla, mi madre dio un salto y dijo: no pares corazón-, yo seguí metiéndolo y sacándolo y mi mama estaba como loca, sus gritos se escuchaban en casi todo el cine, pero ni a ella ni a mí nos importaba, me detuve y le dije: CHUPAMELA- ella se inclinó y la metió en su boca, - NO MAMA, QUIERO QUE TE PARES Y TE HINQUES DELANTE DE MI-, ella no dijo nada, solo se paró y puso sus rodillas en el piso y se metió mi sexo en su boca, chupaba como desesperada, nada parecido a lo anterior,

Una madre cede su sexo porque ama en exceso a su hijo

Me quitó el sostén y besó todo mi pecho, mamando de los pezones durísimos. Miré al techo y eché un suspiro de emoción y placer, y mi chico me lamió de arriba abajo mi estilizado cuello. Quedé sólo en bragas y él sólo con su camisa. No era justo, mientras me lo pensaba, le desnudé a él y tomé mi parte: Le besé su pecho sin pelos todavía y así él sobaba mejor aún mis pechos, caídos por la postura, en todo su esplendor.

El incesto de Ana, padre e hija

Se bañaron juntos, al salir de la ducha, no pudo evitar mamarlo nuevamente, se besaron como dos enamorados, su padre no le dijo palabra, hablaba el sexo, ambos se deseaban, ambos gozaban, sin palabras, al despertar a la mañana, el padre le hizo el desayuno, la llamo, se acercó al lecho y le dio un beso, se sentó de golpe, le saco el flácido pene, mamándolo como una profesional, lo hizo acabar en poco tiempo, trago toda su leche, y sus primeras palabras fueron , que lindo desayuno.

Lavando el auto

Hacía años que su marido no le satisfacía sexualmente y aquel día lavando el coche con su hijo se excitó, sintiendo que era deseada nuevamente.

Iniciándose con mami I

La relación de ellos había empezado a enfriarse debido a la frialdad de Manuel en la cama, la que se traducía en una falta cada vez mayor de actividad sexual, lo que Flor resentía y le tenía en estado de permanente insatisfacción. Y a su edad, que ahora se empinaba a los 37 años, esa situación era explosiva y sus deseos de satisfacer sus ansias sexuales cada vez eran mayores, con todas las implicaciones que ello tenía.

La historia secreta de una madre muy cachonda

En un primer momento me asusté, pero abro despacio la puerta, y pude ver a escondidas que mi hijo menor, Néstor, se estaba masturbando. La escena me produjo un morbo increíble, por lo que me quedé escondida mirando como mi hijo se satisfacía sexualmente. Observé como con su mano sostenía un respetable miembro al que sacudía con cierta violencia, sentado en el borde del inodoro, con sus ojos cerrados apuntando al techo.

Al Salir del baño II

Madre e hijo parten de viaje a la playa donde se encontrarán con unos amigos. Pero la casa es pequeña y duermen en un hotel ambos se acuestan desnudos en la cama y el chico consigue que su madre, mientras le roza las tetas por su espalda, le masturbe de forma inigualable.