No estaba seca de ganas de vivir, se sentía a gusto con su amante con el cual recorría el ahora curso lleno de aguas blancas , al mirarlo la metáfora de su vida con el río le llevaban a recordar a Mariela su amiga de noches de caricias y orgasmos yermos, las rocas defendían el avance de las rocas, como sus pruritos lo hicieron la primer vez con ella, infructuosamente , sus goces y deseos se parecían a esa roca ahora un canto rodado que río abajo descansaría en el lecho.
Muchas fueron las veces que fui infiel a mi marido, así todo el divorcio (en lo físico) se produjo cuando descubrimos con Clara que nuestros maridos eran pareja, a igual que nosotras aceptaban envites de mujeres y hombres , ahora haciamos un cuarteto de bisexuales con cierre perfecto.
La semana en que mi amante, fundándose en su apreciación de que mi biorritmo estaba bajo y había que excitarlo, me mantuvo sexualmente abstinente mediante un cinturón de castidad me obligó a utilizar la socorrida disculpa de la jaqueca con mi marido.
Y si a eso sumamos que como travestí homosexual que siempre asume el papel pasivo y además muy sensual, pues no es fácil exigir una pareja que reúna características del hombre ideal.
Por circunstancias que no recuerdo tuve que ir sólo, transportar el equipo ya fue una complicación. Además no me gustaba trabajar sin compañero porque, si bien la mayoría de los clientes eran recomendados, uno nunca sabe con que loco se puede encontrar.
El caso que puso a mi amiga bocarriba, él se colocó cerca de su rostro, y apuntó su mástil a la boca de mi amiga; mientras le daba de mamar, la tomó por los tobillos levantándole las piernas en todo lo alto; así que mientras ella mamaba, me pidió que me la cogiera.
Sus veintidós años, reflejados en su cuerpo, con senos más grandes que los de hace dos años, su mirada al ver su andar sensual indicaban que las ganas de avanzar sin contemplar diferencias de edad, por las curvas de esa hermosa mujer, decían a gritos que la relación no había sido por amor
A los treinta y ocho años en esa mañana de domingo la vista del jardín de la quinta (heredada de sus padres) a la media mañana, contemplando por la ventana el parque tan bien mantenido, lleno su mente de recuerdos, cayo como otras veces desde los 19 años en la autosatisfacción
Siempre estoy deseando que me torture ella. La idea del amo es una orgía, con juegos sado incluidos, zoofilia y lluvia dorada que tendrá como condición el que todos los hombres eyaculen dentro de mi ano. Esther, mi hija, como reverso del uso de su vagina, no tendrá derecho a semen por ningún agujero.
Gabriel se sonrió y volvió a besarme en los labios. Entonces lo monté y, cuidadosamente, me preparé para la penetración. Guié la verga hasta la entrada de mi vagina y con un movimiento leve de descenso, logré que entrara la punta.
Esa tarde cuando la llevaba al centro sintió su mano sobre la pierna al invitarla a estar solos, comprendió que era su oportunidad, lo miro asintiendo, en un santiamén estuvieron en una casa desconocida para ella, su fragilidad manifiesta ante ese cuerpo, era compensada con una relajación natural
Empezó a acariciarme la verga y fue bajando hasta ponerse entre mis piernas como lo hace siempre metiéndosela casi toda en su boca y dejando su culo y su conchita paraditos apuntando para fuera de la cama como si estuviera esperando algo.
Desde que llegó no hubo día que no requiriera de sus servicios de copias, charlábamos unos breves momentos, me hablaba de sus hijos, de la monotonía de su vida etc., siempre ella sacaba mis copias volteada a mí mientras yo me deleitaba con sus formas pensando en ese soberbio culito y lo que podría hacer si fuera mío.
El pasaba siempre en su auto enorme, saludando parcamente, mi marido se iba al trabajo muy temprano a las seis de la mañana volviendo a las siete de la tarde de lunes a viernes, mis fantasías fogueadas con mis visitas a la pornografía, cada día me llevaban más cerca de caer en el pecado, en el sexo caliente que en mis venas sentía fluir.
Me excitaba tanto la idea de que el tipo se la cogiera que se lo dije abiertamente y la convencí de que lo llamara pero que el creyera que yo no sabía. Al fin lo logré y oí la conversación; él le recordó la primera vez y hablaron de cuando la desvirgó en un paseo en el baño de la finca de recreo en una madrugada.
Tanto represión, explotó esa tarde, el calor de noviembre en la ciudad de Santa Fé, mi hermana había viajado a Rosario, la pileta nos unió a tomar sol, siempre lo hacíamos, pero mis padres mi hermana y yo, mi cuñado ese día no trabajaba , su cuerpo mantenido en el gimnasio, verdaderamente se me fue una mirada, de esas de malos pensamientos, creo que por sus ojos entreabiertos me vio.
Sin piedad alguna, y mientras yo le susurraba "para, por piedad, para", mi amante multiplicaba sobre mis nalgas un diluvio de golpes que me provocaban un escozor atroz.
La agente, con una sonrisa satisfecha, se tomo con bastante tranquilidad lo de ponerse la camiseta de nuevo, mirándonos con cierta insolencia mientras se abrochaba los botones. Sin importarle nada, al parecer, que tanto su compañero como yo vieramos de nuevo sus pechos desnudos...
La noche va ganando su batalla, el atardecer más temprano ya no deja tiempo para caminar con claridad, si bien el estado físico ella sabe se lo debe a su apetito sexual insaciable, nunca dejó de hacer su caminata, fue la que le proporcionó más de un amante circunstancial.
Entre mi hermana y su amiga me abrieron las piernas y el chico que se estaba masturbando se acercó a mi y directamente me metió su polla hasta el fondo, de una vez, sin contemplaciones. Entonces soltaron mis piernas y empezaron a chuparme los pezones, uno cada una.
Nos vestimos, su amante había regresado, ella no dejaba de besarlo y agradecerle con su mirada el despertar sexual de su nuevo agujero, como si yo no estuviera, como sino existiera; el me miraba a mi con prepotencia de saberse mi condición de cornudo sumiso consentido y humillado
me despertaron sus caricias en mis pechos, y de manera increíble, mi cuerpo aun quería más guerra, jorge bajó por mi espalda, hasta mi culo y lo comenzó a besar me tiendo un dedo, luego dos y hasta tres cuando me dijo ponte en cuatro patas, lo hice y comenzó a penetrar mi ano, ese que solo había sido tuyo se lo entregué a otro sin dudarlo, me penetró lentamente, su cabeza por su tamaño, me dolía pero se comenzó a mover lentamente y ya sentía sus testículos golpear mi clítoris que me desembocó en orgasmo salvaje
Cuando él se montó en mi auto me pregunto que para donde íbamos y le dije que no se preocupara que solo íbamos a dar una vuelta y luego lo llevaría de regreso a recoger su auto, pero el ajeno a mi plan se quedó tranquilo y no dijo más nada.
Desde que empezó el año 2001 me la pase viajando por cuestiones de trabajo hacia el sureste de la Republica, tenía que ir durante dos semanas de cada mes, a veces estaba fuera hasta tres semanas seguidas. Estando en uno de esos viajes al consultar por la noche de un Lunes mi correo, encontré un mail de mi esposa donde me contaba que el fin de semana se había acostado con otro hombre.