No tardamos mas de diez minutos hasta que nos vimos las caras mientras nos corríamos, ella no paraba de jadear y temblar como una hoja, yo empujaba tan fuerte que creía que iba a meterme yo dentro de ella enterito.
Ella fue mí adorada compañera y esposa por casi 16 años. Estos relatos son verídicos de nuestra vida junta. El erotismo de nuestros momentos de amor y sexo que aún no puedo olvidar.
Última entrega de esta pequeña serie de confesiones, videos y sexo con Gabriel.
Siempre había deseado ir a una playa nudista, pero nunca me había atrevido porque ningún amigo o amiga quería venir. Así que un sábado, prontito por la mañana, decidí ir yo solo.
Poco a poco, seguía el camino indicado por Gabriel
Un joven relata un encuentro con una apetecible hembra deseosa de ser tratada al antojo de su hombre.
Como les conté antes me fui a la casa de mi tío sin avisar, él vive en el sur de Chile.
Clara tenía 18 años y vivía con sus padres, su hermana Mariana de 19 y su hermano Abel de 20. Sus hermanos siempre la molestaban con esa tendencia que tuvo desde pequeña hacia la religión, siempre dijo que sería monja, que su vocación religiosa estaba por encima de cualquier cosa y ellos se burlaban, no podían entender como Clara prefería quedarse horas y horas en la parroquia antes de estar jugando con sus amiguitas o sus muñecas.
Su tío le narra como tuvo su primera experiencia homosexual tras la muerte de su esposa. Se aman varias veces más hasta que el tío parte a su casa.
Era el primer verano que salía fuera de mi casa, y sólo conseguí permiso para pasarlo con una amiga de mi madre en la ciudad. Fue un viaje con muchas expectativas, yo tenía 18 años y había vivido en un pueblo relativamente pequeño, salvo esporádicas visitas a la casa de esta amiga.