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En la playa I

En la playa

Desde hace un montón de años (casi toda la vida) en mi familia vamos de vacaciones a unos apartamentos en la playa.

Como tenemos dos apartamentos nos separamos, en uno nos metemos la familia de mi padre y en el otro la de mi tía, hermana de mi padre.

Yo siempre me he llevado muy bien con mi primo, que tiene mi misma edad, y siempre que íbamos de vacaciones nos pasábamos todo el día juntos.

Siempre estábamos jugando en la playa o en la piscina, a fútbol o a básquet o a la consola, sólo nos separábamos a la hora de dormir.

Aunque a veces ni eso, por que desde que tenemos 15 años nos vamos por las noches con los amigos que tenemos en los apartamentos y dormimos muy poco.

Este verano pasado nos volvimos a reunir allí.

Pero ahora las cosas son totalmente distintas.

Los dos tenemos 22 años y no podíamos pasar allí todo el mes por culpa del trabajo.

Así que nos organizamos como pudimos para coincidir todo el tiempo que fuera posible y al final resultó que sólo podíamos hacerlo en septiembre.

Pero claro, la familia no podía ir en septiembre, así que pasaríamos una semana acompañados de nuestros padres y demás familiares y luego estaríamos tres semanas solos.

O al menos eso pensaba yo.

Cuando yo llegué al apartamento mi primo ya estaba allí.

Yo tenía muchas ganas de verle, y después de instalarme mi madre me avisó de que él (que se llama Álex) estaba en la playa.

Yo me puse mi bañador, cogí una toalla y fui a buscarlo.

Al acercarme lo vi en la arena, me alegré bastante. Pero entonces él (que no me había visto) se levantó y fue hacia la orilla, se acercó a una chica la abrazó y le dio un beso. En ese momento sentí algo raro. Sentí celos.

Me paré en la arena mirando a mi primo ya la chica riendo y hablando. Y no entendía nada de lo que me estaba pasando.

Supuse que aquella era su novia, yo sabía que tenía novia, pero no sabía que la iba a llevar.

Pensé que no me gustaba que estuviera allí, que yo quería pasar aquel tiempo solo con mi primo y la idea de pasar tres semanas los dos totalmente solos me gustaba mucho, por que sabía que nos lo íbamos a pasar en grande.

Pero a parte de todo eso, me jodía que tuviera novia.

Y no sé por qué.

Yo hacía un par de meses que había cortado con una chica con la que había salido durante 6 meses, y ahora tonteaba con otra que estaba a punto de caramelo. Pero me jodía que mi primo tuviera novia.

Y me asusté al darme cuenta que me jodía por que tenía la idea de que hiciéramos algo que yo llevaba desde críos deseando.

Desde que éramos muy pequeños mi primo yo nos habíamos pajeado juntos un montón de veces.

Casi habíamos descubierto las pajas juntos y desde que lo hicimos pasábamos todo el mes de vacaciones pajeándonos casi siempre que podíamos.

Nunca habíamos hecho nada más, pero yo siempre había tenido una especie de sueño.

Quería quedarme un tiempo, al menos un día entero, con mi primo solos, en alguno de los dos apartamentos, pajeándonos o haciendo más cosas.

Quería hacer el guarro, pasarnos el día en pelotas, cascándonosla siempre que nos apeteciera. Incluso tenía la idea de ligarnos a un par de chicas y montar una orgía.

Pero con su novia allí, se me cortó el rollo. Me acerqué a ellos, nos saludamos, estuvimos hablando… Ella se llamaba Elisabeth y tenía un par de años más que Álex.

Al mediodía fuimos a comer al apartamento de mis padres toda la familia y hablando hablando surgió un tema que yo no esperaba. Mi primo y su novia estaban prometidos y se iban a casar.

A partir de ese momento me di cuenta de que la semana iba a ser muy aburrida.

Que hasta que no nos quitáramos a todos los familiares de encima (incluida la novia) aquello no tendría nada de diversión. No me atreví a preguntarle a mi primo si Eli se iba a largar el 31 de agosto, pero yo tenía la impresión de que sí.

El caso es que, efectivamente, la semana fue muy aburrida. Álex y Eli pasaban todo el día juntos y no tenía más familiares de mi edad con los que pasar un buen rato.

Todos eran mayores y o eran mis padres o eran primos casados y con hijos. Y para más INRI mis amigos no estaban por que todos se habían tomado vacaciones en julio.

Una noche le propuse a mi primo ir a bañarnos a medianoche a la playa. La tonta de la novia se acopló y se vino con nosotros.

A mí no me hizo ni puñetera gracia, pero no podía decirle que no.

Estuvimos un par de horas bañándonos, aunque nos costó Dios y ayuda convencer a Eli de que perdiera el miedo y se metiera en el agua. A eso de la 1 y media ella quería irse.

Yo quería quedarme un rato más y Álex, que se dio cuenta de que yo no soportaba a la novia, la convenció de que se fuera sola que él se quedaba un rato más.

En cuanto se largó yo me quité el bañador y me metí en el agua. Álex hizo lo mismo y empezamos a nadar y a hacer un poco el subnormal.

Que si ahora te ahogo yo, que si ahora me ahogas tú. Empezamos a nadar y fuimos hasta una plataforma que había a unos 20 metros de la orilla y nos sentamos en el borde, con los pies en el agua.

Empezamos a hablar de nuestras vidas, de mis novias, de Eli… Yo fui tirando hacia el pasado, quería recordarle nuestra época de pajilleros. Como no conseguía llevarlo hacia donde yo quería, lo solté sin más.

Tengo ganas de hacerme una paja.

¡Pues háztela!.- dijo Álex.

Yo, ni corto ni perezoso, cogí mi polla y me la empecé a sobar.

No tardé en conseguir una erección poderosa que me hizo descapullar rápidamente.

Mi nabo mide unos 18 centímetros y es bastante gordo.

Empecé a pajearme lentamente, me recosté un poco hacia atrás y exageré mis gemidos para llamarle la atención.

Entonces me estiré completamente y seguí pajeándome.

Vi que Álex también se estiraba, pero de costado, mirándome y entonces cogió mi polla y siguió cascándomela él.

Yo no dije nada, simplemente actué como si aquello fuera lo más normal del mundo.

Estábamos acostumbrados a masturbarnos el uno al otro (aunque hacía tiempo que no lo hacíamos) y por eso le dejé hacer. Él empezó a hablar.

¿Así que no tienes novia?

No, rompí con una chica hace un par de meses.

¿Y novio?

Le miré asombrado, me extrañaba que pudiera pensar que yo era gay. Le pregunté por qué lo decía y él dijo que era una pregunta tonta y que no pasaba nada si le decía que sí. Le dije que no, que no había tenido ningún novio.

“Pues yo hace un mes me lié con un tío” Yo me incorporé de golpe y me aparté, mi polla salió disparada de su mano.

Al ver el susto que me llevé me lo explicó todo.

Había salido una noche de fiesta sin Eli y se había emborrachado mucho, y el caso era que sin saber cómo había acabado en el lavabo con un tío comiéndole la polla.

Cuando terminó de correrse el otro tío le obligó a que se la chupara a él y cómo iba tan borracho no se pudo resistir.

El tío se corrió en su boca y se fue, y él se quedo en el lavabo sin saber qué hacer. Decidió guardarse el secreto y yo era la primera persona a la que se lo contaba.

No me atreví a decir nada.

Él me miró y se tiró al agua. Yo me acerqué al borde y al mirar en el mar vi que él no estaba.

Entonces salió de debajo del agua y antes de que yo pudiera hacer nada se metió mi rabo en su boca.

Empezó a sorber con fuerza y a mí esa sensación me gustó mucho. Con los brazos sobre mis piernas se aguantaba para seguir chupando.

Lamía mi tranca con gula y con bastante traza, me hizo dudar si sólo se había comido una polla en plena borrachera.

Marcaba sus dientes en mi carne y se la metía hasta el fondo, cuando notaba su aliento en mi vello púbico me daba muchísimo gusto.

Después de estar un rato chupándola se la sacó y empezó a lamerme el capullo. Lo hacía con rápidos movimientos de la lengua, sin ningún pudor.

A mí aquello me gustaba tanto que no quise detenerlo en ningún momento.

Fue bajando su lengua por el tronco de mi rabo y luego empezó a chuparme los cojones. Yo puse una de mis manos en su nuca y con la otra empecé a pajearme.

Él chupaba mis huevos, se los metía en la boca y los sorbía haciendo presión. Mordía mi escroto y me besaba los muslos.

Le cogí del pelo y estiré, y volví a guiarle para que me volviera a chupar el rabo. No tardé mucho en correrme, después del primer trallazo él se la sacó de la boca y me corrí en su cara. Él mi miraba sonriente.

En ese momento sentí miedo, miedo de que él quisiera que yo hiciera lo mismo.

Nos estuvimos mirando un rato y me preguntó si quería chupársela. Le dije que no, que como mucho le haría una paja. Me tiré al agua y me puse a su lado.

Cogí su rabo, que estaba a punto de explotar y empecé a pajearle. Estábamos los dos cara a cara, notaba su aliento en mi cara.

Él abrió la boca y vi que aún tenía algo de mi leche en la lengua. Sin saber por qué abrí la boca y dejé que me besara.

Entonces fue cuando noté que se corría. El gimió, y mientras pegaba trallazos de lefa me abrazó y empezó a besarme en el cuello.

Cuando terminó permanecimos abrazados un rato.

Luego nos separamos y nadamos hacia la orilla, sin decir nada. Nos pusimos los bañadores y fuimos hacia los apartamentos.

Mientras caminábamos él me confesó que llevaba mucho tiempo esperando el momento de hacerme una mamada.

Yo le dije que no le decía nunca que no a nadie que quisiera chuparme el rabo. Nos reímos y seguimos hacia los apartamentos, sin decirnos nada.

Aquella noche no pude dormir. Como duermo solo en una habitación pequeña me pasé la noche pajeándome pensando en Álex.

Y sobre todo, sobre todo, deseando que la tonta de la novia se largara el día 31.

Al día siguiente Álex pasó a buscarme bastante temprano para ir a comprar.

Nos había tocado ir a hacer la compra, y como nosotros nos íbamos a quedar más tiempo teníamos que ir los dos para comprar lo que nos diera la gana.

Mientras íbamos empujando el carrito Álex me llevó a la zona de droguería y me dijo que buscara unos condones que sirvieran para penetración anal.

Yo le miré asombrado, sin saber qué hacer y entonces me acerqué a él y le susurré que no le iba a pedir que se pusiera condón para follarme.

Él se asombró aún más y me dijo que los condones eran para usarlos con Eli, que le gustaba que le dieran por el culo. Yo me puse rojo, me dio muchísima vergüenza.

Pero Álex me sonrió me miró fijamente y me dijo que si quería que me follara sin condón, lo haría.

Mientras volvíamos en el coche no me atreví a decir nada. Álex conducía, paró un momento en la cuneta y nos quedamos allí un rato. Al final me miró y me dijo:

Si quieres que nos lo montemos en serio lo hacemos. Eli se irá la primera semana de septiembre. O sea que tenemos dos semanas para follar siempre que queramos.

Pero es que no sé si es lo que quiero.

Claro que lo quieres.- y puso su mano en mi paquete- esto te delata.

Álex tenía razón.

Yo estaba tremendamente cachondo, llevaba todo el camino empalmado y no podía ocultar mi polla debajo del tejano que llevaba.

Él empezó a desabrochar los botones del pantalón y vio con alegría que no llevaba calzoncillos.

Cogió mi rabo y empezó a pajearme.

Yo me recosté en el asiento y cerré los ojos. Disfruté como pocas veces lo había hecho durante una paja.

Pensé en avisarle cuando fuera a correrme, para no mancharme. Pero justo cuando noté la leche a punto de salir sonó el móvil de Álex, los dos nos pusimos nerviosos y toda mi lefa salió disparada hacia mi camiseta.

Cuando terminé de correrme Álex descolgó.

Era Eli que quería no sé qué.

Cuando colgó miró mi camiseta y le entró la risa.

Arrancó y volvimos a los apartamentos.

Para disimular yo me había quitado la camiseta y la puse corriendo en el cesto de la ropa sucia.

Mientras Álex y yo descargábamos la compra los demás estaban en la playa.

Cuando terminamos de ordenarlo todo fuimos a ponernos los bañadores, yo me quedé en mi apartamento y Álex se fue al suyo.

Antes de salir me miró y me dio un beso en los labios.

Cuando cerré la puerta me di cuenta de que aquel iba a ser el mejor verano de mi vida.

Y lo fue.

Ya lo veréis.

Continúa la serie En la playa II >>

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