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Hermanitas II

Mónica lo cogió y empezó a oler profundamente el perfume que emanaba, al tiempo que su vulva empezó a segregar gran cantidad de líquido. Se estaba poniendo realmente cachonda, por si eso fuera poco Susana había empezado a deleitarla con expertos movimientos de lengua en su conejito. Susana estiró un brazo y cogió algo de entre la ropa y se lo tendió. Eran unas bragas de seda, color crema, las palpó, sus pezones se endurecieron más aún; se acarició interponiendo las bragas entre su mano y su piel. Sus poros se iban abriendo al contacto de la suave tela mientras con la otra mano acariciaba el pelo de Susana y la atraía más hacia sí.