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Mi tía y sus amigas

Mi tía y sus amigas

Mi nombre es nacho, tengo 17 años, soy de Buenos Aires, (siempre he tenido una hermosa y muy fuerte atracción por las mujeres de entrada edad) y a continuación detallare lo ocurrido en enero del ultimo verano (2002).

Esta historia es totalmente real (¿Quién les podría decir eso mas que yo?), pero no voy a dar a conocer los verdaderos nombres de los participantes por “respeto”.

Bueno, el pasado verano, fuimos junto a mi tía, de vacaciones a Mar del Plata.

Siempre visitábamos la misma playa (cerca del faro), y ya era un poco monótono ir siempre a la misma. Pero de un día para el otro, la vida dentro de la playa, cambio totalmente.

Llegaron a Mardel, un grupo de amigos de mi tía, que nos visitaron en el día de su llegada. Ellos eran dos matrimonios de entre 40 y 50 años.

Llegaron, nos presentamos, y yo ya estaba sorprendido por la parte femenina de estos matrimonios. Ellas eran: Ana (45) y Miriam (47).

Los invitamos a cenar, a lo que aceptaron con el pretexto de no tener donde parar para hacerlo. Fuimos todos los hombres en nuestro auto y las mujeres quedaron en casa bebiendo.

Fuimos a una rotisería cercana, y al regresar, vimos que las mujeres estaban un poco entonadas por el trago. Los mas grandes se miraron entre ellos, sin entender nada.

Al poco tiempo, los hombres también entraron en el alcohol, y la cosa comenzaba a tornarse interesante.

El sector masculino se fue un rato a la playa, a ver la noche y a jugar al tejo (en plena oscuridad, es claro el estado en q se encontraban) y mi hermanita se fue a dormir.

Quedaron las 3 mujeres en la cocina (aun bebiendo) y yo en el living mirando tv. Comencé a hacer zapping, y encuentro una película de las buenas para mi edad (se entiende).

Escena va, escena viene, mi miembro se empezó a erectar.

Mientras se sentían las carcajadas que venían desde la cocina.

Un rato después, un silencio colmo la casa, también la cocina, pero yo me encontraba totalmente compenetrado en la película.

De golpe, escucho unos susurros tras el sillón, me doy vuelta, y Ana se encontraba mirando la tele mas compenetrada que yo, junto con mi tía.

Mi pene estaba totalmente erecto y ellas ahí, mirando lo mismo que yo.

Mi tía dijo:

-Parece q ya no eres el niño que yo conocía.

Y Ana paso al otro lado del sillón. Se sentó a mi lado y quedo en silencio, mi tía hizo lo mismo.

Entre las dos se miraban, y sonreían. La situación era rara, pero excitante.

Mi tía puso música y dijo:

-Para q no se escuche nada.

Y “sin querer” le tiro encima un vaso lleno de agus a Ana encima.

-Que pena!!! dijo Ana

Esta muy fría, sácamela, sácamela!!!

sin poder pensarlo, retire la remera de Ana y ahí comenzó la verdadera aventura.

Me dijo que Oscar (su marido) hacia mucho que no la hacia sentir mujer y mi tía dijo,

-Igual que tu tío. Estamos necesitadas yo no podía parar de dirigir mi mirada a las tetas de Ana, impresionantes, era una mujer (al igual que mi tía y que Miriam) que estaba entrada en edad, pero que aun mantenía su vida de mujer…impresionantes.

Mi tía se quito la remera diciendo que tenia demasiado calor.

y juntas comenzaron a quitarme la malla, la remera hasta dejarme completamente desnudo. Mi tía se desvistió por completo y apareció Miriam, quien desvistió y fue desvestida por Ana.

Mi tía pregunto:

-hiciste esto alguna vez?

a lo que yo respondí:

-no, pero me encantaría.

Ana fue la primera en tomar contacto conmigo.

Se abalanzó sobre mi pene y comenzó a mandarse una mamada de aquellas. mi tía se dirigió a mi cuerpo en general, mientras que Miriam y yo nos fundimos en un eterno y jugoso beso..

Mi tía no pudo aguantar y saco de el primer cajón un consolador enorme y se lo introdujo a Ana por la concha. Miriam, saco de su cartera otro aun mas grande y lo mismo hizo con mi tía, y mi consolador (el verdadero) encontró entre los agujeros, el de Miriam, que comenzó a montar sobre mi pene.

Era increíble lo que estaba sucediendo, pero lo mas hermoso que me había sucedido en la vida. Tres impresionantes mujeres a mi disposición.

Como podrán imaginarse, practicamos todas las posiciones habidas y por haber, ya que los hombres no regresaron hasta entrado el amanecer.

Empezamos por Miriam arriba mío, la tía en mi cuerpo y Ana en la concha de la tía.

Luego rotaron posiciones.

Las tres elogiaban el tamaño de mi pene y pedían mas y mas a gritos.

Entre movimientos, nos encontramos los cuatro en una mirada, y Miriam dijo, nosotras ya te hicimos gozar a vos, ahora es tu turno.

Mi obligaron a recostarme en el piso, Ana puso su entrepierna derecho a mi boca, mi tía una de mis manos en su sexo, al igual que Miriam, mientras con los consoladores hacían gemir a Ana.

Era un juego que no quería que termine nunca.

Es impresionante, pero no puedo creer que una situación como esta se me haya planteado a mi a los 16 años!!!

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