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Un buen samaritano

El era un caballero de unos 45 años que trabajo toda la vida en el banco estatal y ella toda una señora de 40 años con unos labios carnosos, unas tetas que reventaban un culo enorme las piernas que te cuento y yo ahí que solo la miraba, ahh ellos tenían dos hijos uno de 13 y una niña de 15 años.