Cierto día que estábamos en el cuarto los dos, pues ella solía estar en mi cuarto viendo la TV se me ocurrió decirle que hace días mientras ella dormía la había besado y quien sabe qué otras cosas más aunque en realidad eran mentiras y saben ahora estoy seguro de que ella lo supo siempre y la rete a que no sería capaz de hacer lo mismo cosa a lo que ella respondió de inmediato a que lo haría y de hecho lo hizo ya se podrán imaginar lo emocionado que estaba pero esa tarde no paso nada mas.
Los costados de mis senos aparecían claros y nítidos, la línea que separaba mis montículos, quedaba desnuda. Me sentía extraña... y excitada… Consulté el reloj, apenas faltaban quince minutos para la hora de la cena. Rápidamente pasé revista: Mis hijos con su abuela, el asado estaba en su punto, el vino perfectamente helado, el postre en su caja de la repostería... todo estaba a punto.
La historia de una mujer en un día perdido en el Palacio de Versalles en la Francia del Absolutismo. Perdida en sus grandes y verdes bosques y su encuentro con un guardia del rey.
Todo empezó un día que hacia calor, mi madre estaba solo con una playera, que le quedaba muy pegada, y resaltaba su 95 de senos, y un calzoncito blanco liso muy lindo, yo estaba en un pequeño short y un top, desde unos días antes estaba algo inquieta porque me sorprendí a mi misa viendo a mi madre, apreciando su trasero, sus cintura y todo, yo no lo podía creer, en la noche no podía dormir pensando en su cuerpo, y me ponía peor lo cariñosa que es con migo, pero me lo negaba a mi mismo, no podía tener fantasías con mi madre!!!
No pude hacer otra cosa que gemir por la excitación de poderla observar desnuda en todo su esplendor, la mire caminar meneando su cadera, sobando su hermoso falo semi erecto acercándose a mí poco a poco, parecía como una ninfa salida de la mitología mientras yo permanecía hincada en el sillón con la falda arremolinada en mi cintura, sobándome la entrepierna y mi rostro enrojecido por la lujuria.
El solo veía mis senos porque el dejar que imaginara el resto por mis movimientos lo mantendría ahí, frente a la ventana, por más tiempo, deseando que un día le mostrara el resto. Lo más valioso de esa locura era nuestro silencio. Ni durante el acto ni cuando nos cruzábamos en el pasillo del edificio había una palabra entre nosotros.
La abracé y la besé apasionadamente estábamos bien calientes, mis besos iban bajando, llegué a quitarle el brasier primero, qué hermosos pechos, sus pezones rosados, comencé a lamerlos, como gemía de placer, seguía bajando, le quité la prenda de abajo, pensé: -las extranjeras son diferentes, está tan rosado...-
Esta tarde era un fin de semana y por lo regular descanso de las tensiones de la semana y como estaba sin pareja por el momento tenia unas ganas enormes de poderme desahogar con alguien, me imaginaba una mujer con quien estar esa tarde y buscaba en mi memoria alguien con quien poder coger de forma deliciosa y sin descanso.
Sus piernas divinas casi completas (la camiseta le llegaba al borde de los calzoncitos) ante mi vista, sus pequeños pies, sus senos ondulantes bajo la camiseta y sus pezones deliciosamente agresivos dibujando perfectamente su forma y permitiendo ver su color.
Se puso de pie y sus senos comenzaron a encogerse con el viento; caminó despacio hacia la orilla, con toda la naturalidad de la que fue capaz, y se metió en el agua. No pudo hacerlo de golpe, estaba demasiado fría, aunque quería hacerlo lo antes posible dado que sabía tener clavados muchos ojos.
Eso definitivamente hizo que me excitara mucho ya que pues bueno estábamos solos (a excepto de los vigilantes de la entrada), y con una platica medio erótica, en fin yo sin mas ni mas le pregunte que si no le gustaría intentarlo, a lo cual me respondió con mucha simpatía.
Paso el tiempo y cada vez penaba mas en aquellas tetas y en aquel culo, un día se me hizo tarde para entregarle unos papeles y cuando llegue a su oficina ya no la encontré, así que le llame al celular y me dijo que estaría fuera, que se los podía llevar a su casa pero ya tarde como a las 11:00 de la noche pues a esa hora regresaría.
Así cuando esculpas en el mármol carnal mi cuerpo, cuando tus dedos recorran las incógnitas de mi torso, y me moldees como si fuera arcilla, sentirás como nacen de tus senos las auroras, como tus pezones se agitan y se convierten en pétalos irisados, en flores nocturnas, en madreselvas.
Ella se levantó y yo me acosté boca arriba en la improvisada camilla. Ella se quitó el polo y sus senos, realmente soberbios, quedaron cubiertos por un sostén con encajes que realzaban su belleza; los pezones se apreciaban a través de la tela y amenazaban romperla.
Llegue tarde y ya la clase había terminado, fui para la oficina de la profesora y le plantee lo que había sucedido y me dijo que no había problemas , tomo las llaves y nos fuimos para el salón, yo estaba extrañado no sabía que iba hacer la profesora, cuando llegamos al salón, entramos y luego lo cerró con llave, yo ya estaba medio preocupado pero lo mejor se acercaba.
Al poco tiempo ya estaba mi esposo sacando mis pechos del sostén y al rato estaba yo con el vestido completamente abierto mostrándome en sostén y bragas, y mi esposo quitándome el sostén para que viera la caída del seno, en este momento yo estaba completamente mojada y al agarrarme mi esposo e iniciar sus masajes en mis senos quede a sus ordenes, hasta que sentí que mientras mi esposo me besaba y acariciaba mis tetas Luis estaba bajándome las bragas
Tras un rato mas de esto me dijo que me subiera a la cama; para continuar con el juego yo le dije que no que ya era suficiente, y el me tomo por la muñeca y me haló sin ningún esfuerzo al lecho. Entonces me ordenó que me pusiera de cuatro patas que así me quería coger y yo obedecí.
Entonces, luego de analizar todo esto con mi esposa, decidimos que ella seria la elegida y empece a realizar visitas a su apartamento, yo siempre trataba de acercarme a ella y con el mayor descaro del mundo intentaba tocarle sus senos o su trasero, que siempre permanecía cubierto con unos jeans que lo marcaban perfectamente y que cuando la veía de frente, también marcaba claramente la deliciosa concha que ya deseaba tener entre mi boca.
Yo soy flaca de mediana estatura con un pompi regular y hasta el año pasado tenía muy pocos senos, problema que se soluciono gracias a unas prótesis muy bien puestas. Después del implante y los estupendos pechos que me pusieron, imagínense la emoción que tenia que comencé a comprar nuevas camisetas que permitieran que mis pechos se vieran provocativos, ahora que ya eran míos.
A mí me gustaba escuchar sus historias las cuales cada día eran más eróticas y eso me emocionaba y quería escuchar más, porque cuando mi hermano se pasaba para su cama, sentía calor en mis senitos, me los acariciaba y me tocaba mi cuca y mi clítoris, hasta humedecerme toda y así podía dormir plácidamente.
Salí me puse el traje de baño y fuimos a otro lugar mas solo de la playa, sin mas me desnude besándolo locamente y volviendo hacer una mamada con ese miembro que no era muy grande pero si muy gordo, ahí jadeamos hasta que se vino y me voltee y lo lanzo en mi culo y en mi espalda fue sensacional me dejo su teléfono
Levantó sus pies, los puso alrededor de mi cuerpo y se prendió a mí con una fuerza increíble, moviendo su cuerpo de manera que mi pedazo de carne salía y entraba de ella a medida que su cuerpo avanzaba o se retiraba.
Después apunte a su ano, y así con más lubricante que su saliva la penetre despacio... esto para mi era la gloria es la posición que más me encanta penetrarla y era tanto el gozo que vio en mí, que me dijo soy tuya!!
Ella se despidio de mi dándome un beso en la boca, quedándome el sabor de mis jugos vaginales, y me dijo la próxima vez que no veamos te las regreso y veras que es lo que te tengo preparado.
Como una zombi, en sostén y tanga entré al baño con su ropa. El estaba bajo la ducha, su verga erecta casi vertical, tremendamente larga y gruesa, y cuando me vio en la plenitud de mi belleza, semidesnuda, con mis tetas bien al frente, tembló: "Ven, mami, ayudame a jabonarme". Sin decir palabra me acerqué y el agua me mojó todo el cuerpo, pero no me importaba, comencé a jabonar sus partes mientras él acariciaba mis senos por sobre el sostén
Me dice entre sollozos, mientras recupero el aire, pero ver sus lagrimas rodar por sus mejillas es un acicate para mis instintos salvajes y reanudo la violación metiendo y sacando mi trozo de carne de su peluda gruta, que ya no se agita desesperada sino que se deja hacer, totalmente vencida ante el hecho de que haga ella lo que haga yo terminaré violándola a mi regalado gusto.