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8 consejos para escribir un buen relato erótico en 2024

escribir relato erótico

Escribir un buen relato erótico no es fácil, pero nosotros vamos a intentar ponértelo algo mas sencillo con estos 8 consejos rápidos que te serán de gran utilidad:

Es un relato erótico, no uno porno.
Evidentemente, depende del estilo de cada uno, pero la idea es que, por ser contenido sexual, no es menos literatura.

No se trata de describir la acción tal cual, sino de meter al lector en la escena gracias al dominio de las palabras.

Tampoco tiene que ser una prosa tan sofisticada que el lector no sepa si está leyendo una escena erótica o un tratado antiguo.

Simplemente hay que adornarla y enriquecerla para que la persona que está al otro lado de la historia se deleite como si formara parte de la acción.

Poner un poco de sentimiento
La literatura erótica es erótica y no tiene por qué ser romántica. Sin embargo, a menudo se piensa que todos los sentimientos tienen que ver con el romanticismo. Error de Craso.

Escribir un relato erótico significa narrar lo que sienten los personajes, para que la persona que lo lea pueda identificarse.

No basta con decir que se acarician, sino que hay que explicar cómo e incluir lo que eso les hace sentir.

Un escalofrío, una sensación de calor, de miedo, de poder, de vergüenza, de deseo, de sentir que todo el estrés desaparece, que recargan las pilas o sí, también que mueren de amor.

No todo el mundo es multiorgásmico
Si quieres escribir literatura erótica y no ciencia ficción, tienes que intentar ser realista.

Es decir, entender que el cuerpo humano es complejo y que el proceso de erección y lubricación no funciona con un simple botón o unas palabras mágicas.

Igualmente, si se quiere hacer honor a la verdad, los personajes no deberían tener infinitas sesiones de sexo sin, qué menos, tener sed, ganas de ir al baño o hambre. Por tanto, habrá algunos personajes, como la vida misma, que sepan disfrutar del multiorgasmo sin pudor, pero seguramente no todos.

Un poco de innovación
Que sea realista no significa que un relato erótico describa la rutina sexual de una pareja que lleva años juntos sin hacer nada más que el misionero (o sí, pero quizás debería haber alguna evolución en algún momento).

La idea es que el relato pueda ser excitante y, para ello, es bueno añadir toques de innovación.

No sólo orgías, infidelidades y swingers locales; a veces es tan sencillo como incluir lo que puede hacer un juguete erótico, montar una escena de sexo en público o inventar un juego sexual que luego se pueda aplicar en la vida real. Siempre se aprende de los libros.

Cuidado con las posturas imposibles
Si la innovación que se va a incluir va a venir de la mano de alguna postura conocida, o al menos que haya sido estudiada en el Kamasutra, habrá que tener cuidado al describirla.

Muchas veces, en ese juego de ropas caídas, manos agarradas y piernas enredadas, el lector se da cuenta de que los protagonistas deben estar flotando porque han perdido cualquier punto de sujeción.

Eso o que probablemente tengan una mano más o una pierna menos para que lo descrito tenga sentido.

Diálogos difíciles
Como en cualquier narración, es habitual que durante el relato erótico se intercalen descripciones de los hechos con diálogos de los personajes.

Y no siempre es fácil escribir un diálogo.

Hay que tener en cuenta que lo que digan los personajes debe parecer una conversación que realmente se pueda mantener, que no sea especialmente repetitiva con las ideas ya expuestas y que aporte algo a la historia.

Pues bien, lo mismo hay que aplicar al diálogo durante una escena sexual, donde, se entiende, el diálogo no siempre será muy extenso, pero puede dar algunas de las claves del momento.

Los sinónimos ridículos
Durante la descripción de un acto sexual es obvio que hay palabras que se repetirán, sin ir más lejos los sustantivos que describen los genitales.

Si no quieres sacar al lector del momento y que se corte el rollo, utilizar palabras que suenen demasiado mal o demasiado cursis puede ser una ruina.

No olvides que un pene es un pene, y sin embargo una vulva no es lo mismo que una vagina, y aunque socialmente hay un acuerdo para no hacerlo, lo cierto es que puedes llamar a cada cosa por su nombre.

Pero llegará un momento en que tendrás que tirar de sinónimos, sin que eso signifique que se abuse mucho de las expresiones “tu miembro”, “tu zona húmeda”, “tu erección” o “tu oscuridad más íntima”.

No caigas en lo personal
Quien escribe sabe que es muy difícil separar las historias de uno mismo.

Hasta las ficciones más surrealistas tienen una pizca de experiencia personal.

Pero ojo, cuando cuentas una historia de ciencia ficción, los lectores que te conocen no pensarán que tiene que ver contigo; las escenas sexuales sí.

Y eso puede tener mucho más que ver con la ficción.

Así que, para curarse en salud, siempre es bueno echarle toda la imaginación posible, o si no, siempre puedes disfrutar de la envidia.

Si quieres leer buenos relatos eróticos escritos por nuestros lectores, ya sabes este es tu sitio.