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Iniciándose con mami III

Dijo en voz alta a su hijo, el que llego y como era más alto se puso tras suyo en punta de pies y se estiro para alcanzar la fuente, pero al hacerlo flor se hecho hacia atrás y el muchacho perdió pie y se fue hacia adelante, quedando apegado a su madre, sintiendo a la altura de sus entrepiernas el suave roce de la seda de la bata, lo que lo excito de inmediato.

Diario de vida VI: Soledad 1

Toda duda respecto de sus intenciones habían quedado respondidas cuando la vi a través del espejo introduciendo su mano en el interior de su falda para alcanzar su calzón y masajear frenéticamente su sexo hasta alcanzar el orgasmo, mientras yo la excitaba metiendo mi verga a la muchacha de la casa, dejando a su vista mi palo que entraba y salía de la gruta de la morena.

Iniciándose con mami II

Sumida en la fiebre del deseo, flor comenzó a imaginar situaciones con su hijo para lograr lo que quería. Entre todas las posibilidades que pasaron por su afiebrada mente, finalmente se decidió por aquella en que ella instruía a su hijo en educación sexual y le hablaba de las relaciones entre hombre y mujer, ya que sabía bien que aunque Raúl ya estaba en edad de saber de esas cosas, su padre no le había dicho nada ni nunca le diría una palabra al respecto debido a su falta de carácter.

Diario de Vida V: Claudina

Claudina era una muchacha que ayudaba en las labores de la casa. Era la típica niña de pueblo de pelo negro, piel tostada por el sol, bajita y robusta. En ella llamaba la atención sus caderas gruesas y un culo fuera de serie. Era de piernas delgadas aunque de muslos robustos. Y además era muy agraciada y siempre andaba con la sonrisa en los labios, como si la vida fuera para ella una permanente diversión.

Diario de Vida IV: Mi tia Clara

Vivía sola con mis abuelos, pues seguía soltera, aunque nunca le faltaron pretendientes dispuestos a casarse con ella, pero mi tía resulto demasiado exigente con ellos y finalmente termino por desanimarlos uno tras otro. Por lo que supe, mi tía había tenido una desilusión amorosa con su primer pretendiente y eso la había marcado para siempre.

Iniciándose con mami I

La relación de ellos había empezado a enfriarse debido a la frialdad de Manuel en la cama, la que se traducía en una falta cada vez mayor de actividad sexual, lo que Flor resentía y le tenía en estado de permanente insatisfacción. Y a su edad, que ahora se empinaba a los 37 años, esa situación era explosiva y sus deseos de satisfacer sus ansias sexuales cada vez eran mayores, con todas las implicaciones que ello tenía.

Diario de Vida III: Ivonne

Habíamos terminado de hacerlo y ella había acabado dos veces seguidas. Yo estaba tirado a su lado, de espaldas, con una sonrisa de satisfacción, mientras ella me miraba. Al cabo de un rato, dirijo su mano a mi entrepierna y tomo mi verga, que empezó a masajear. Esta reaccionó de inmediato, adquiriendo dimensiones respetables.

Diario de Vida II: Natalie

En los días siguientes mi actividad sexual con Sofía y catalina me mantuvo muy ocupado, pero logre satisfacer a ambas plenamente, ya que mi despertar sexual había sido tan imprevisto que solo podía pensar en coger, pues no veía nada más interesante en la vida que el sexo. Y lo tenía con dos hembras como mis hermanas que no se satisfacían fácilmente, las cuales también vivían tan intensamente como yo el frenesí sexual en que nos habíamos sumergido.

Diario de Vida I: Sofia

Me quedé cavilando en lo que había hecho mi hermanita y mientras más pensaba en ello más a gusto me sentía con lo sucedido. El recuerdo de mi instrumento raspando el calzón de Sofía mientras se metía en su grieta me excitó y me vi de pronto tomándome la verga y masajeándola hasta lograr una total eyaculación.