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La primera experiencia

La primera experiencia

Hoy quiero contarles la apasionante historia que me ocurrió siendo todavía un niño, aunque no por ello no sintiese el deseo y el interés por el sexo.

Tenía por aquel entonces 13 años y mi experiencia del sexo era totalmente cero, es decir que hasta esa fecha me mantenía virgen.

Vivía en una de esas casas adosadas con un trozo de jardín en la parte trasera, justamente en la casa que estaba junto la mía vivía un matrimonio con dos hijos, un chico de mi misma edad y una chica dos años mayor, es decir con 15 años.

Por esa época estábamos en época de vacaciones veraniegas y por lo tanto apetecía estar en el jardín jugando, tomando el sol o tirándose agua con la manguera como solían hacerse mis dos vecinitos cuando los padres solían estar en el trabajo.

Paula que así se llamaba la chica era pelirroja y con muchas pecas en la cara lo cual le hacía parecer graciosa, no era muy guapa pero si que tenía un cuerpo bien formado o por lo menos es lo que me pareció el primer día que la vi.

Llevaba puesto un vaquero de esos ajustados y que le llegaba justo por la ingle y le marcaba un chochito que a mí me pareció pero que muy apetecible, la parte de arriba se la tapaba con una camisa blanca sin mangas y solo abrochaba un par de botones de manera que si se agachaba podía apreciar unos pechos no muy grandes de esos que tienen la mayoría de quinceañeras, de punta.

El chico se llamaba Andrés, era moreno y aparentaba tener mas edad que yo ya que estaba bastante mas desarrollado y hasta incluso podía permitirse el dejarse una pequeña barba con los pelos que ya le salían en la cara.

Por esos días hacía mucho calor y en cierta ocasión que estaban jugando con la manguera, como que los patios no eran muy grandes, el agua me mojó por completo, hasta el libro que estaba leyendo tumbado sobre la hierba quedó empapado.

Los dos se acercaron a la valla para pedir disculpas, les dije que encantado del baño ya que estaba empezando a sudar y me apetecía mojarme, nos presentamos y me invitaron a pasar a su jardín y estar un rato con ellos.

Como mis padres tampoco estaban salté por encima del seto, lo primero que hizo Paula fue arrearme un par de besos en la mejilla, Andrés por su parte me estrecho fuertemente la mano y de esa forma quedó soldada lo que sería una gran amistad.

Me dijeron si quería seguir mojándome con la manguera y refrescarme, les dije que sí y apenas dije eso cuando Andrés me enfocó con ella y me puso chorreando de arriba a bajo, lo mismo hizo con su hermana que tras quedar empapada pude apreciar tras la tela mojada esos senos que en mas de una vez ya me había imaginado y hasta incluso habían sido motivo de alguna que otra paja.

Noté que me estaba empezando a empalmar y tenía miedo de hacer el ridículo, acto seguido Paula se abalanzó sobre Andrés con el fin de quitarle la manguera, note que entre ellos había como una cierta atracción, no se trataban como hermanos si no como una pareja de adolescentes que juegan a tocarse con cierta intimidad llegando hasta ciertas partes del cuerpo donde entre hermanos no deberían tocarse.

Eso aumentó mi erección y como llevaba puesto unos pantalones cortos de deporte me era muy difícil de disimularla.

Al final los dos terminaron rodando por el suelo, los cuerpos mojados marcaban la forma de los dos, Andrés me pidió que le ayudara a quitarle la manguera a Paula, con cierto recelo acabé como ellos rodando por el suelo, en un momento quedé boca arriba y mi polla quedó como un mástil levantada.

Los dos se pusieron a reír, al principio sentí mucha vergüenza y entonces pasó algo que me dejo inmóvil, Andrés me la sacó y empezó a lamerla como si de un caramelo se tratara, Paula que se le había desabrochado la camisa estaba con los pechos fuera y quedaban a la altura de mi boca, ella me los arrimó y sin dudarlo comencé a lamérselos y chuparle los pezones que se le habían puesto muy duros.

Yo estaba a cien, Andrés no paraba de chupármela, Paula jadeaba en cada chupetón y empezó a masturbarse por encima del pantalón, ella me sacó la camiseta y bajó para meterme toda su lengua y juntarla con la mía, entonces su hermano comenzó a bajarle los pantalones a ella y al poco rato estábamos todos desnudos sobre la hierba.

Yo al ver a Paula totalmente desnuda y de frente no pude reprimir la tentación de comerle el chocho, tenía un clítoris muy rosado y estaba lleno de flujo vaginal con lo cual me puse todavía más cachondo, mientras el hermano estaba detrás de mí dándome lametones en el ojete, todavía no sabia cual eran sus verdaderas intenciones cuando noté que me echaba saliva y estaba intentado de introducirme un dedo, como siguiendo sus pasos hice que la hermana se volteara y empecé a lamerle el culo, viendo que estábamos a tope y que no tardaría mucho en correrme, le introduje la puntita de mi polla en su culo, por detrás estaba Andrés haciendo lo mismo, estaba dándome por el culo, como el placer era mayor que los perjuicios que pudiera tener le dejé que siguiera, de esta forma estábamos los tres enlazados por nuestras pollas y culos, el orgasmo no tardo en llegar, fue como si se hubiese abierto un grifo y los tres empezamos a corrernos como locos quedando exhaustos tendidos junto al otro.

Nuestra energía y juventud nos ayudó a volver de nuevo a la carga pero esta vez al revés, al principio fue Andrés el que comenzó comiéndole el coño a su hermana, yo tan solo de ver esto se me puso como una piedra y comencé a acariciar al hermano por la espalda lo cuál noté que daba cierto placer y por primera vez pude ver bien el cipote que tenia mi nuevo amigo, era algo mas largo que el mío y casi el doble de gordo, tenia la cabeza roja y brillante, ver esto me dio cierto cosquilleo y no pude aguantar la tentación de saborear tan exquisito manjar, así que me puse debajo y comencé a chupársela, de nuevo estábamos los tres unidos por el placer. Yo veía como Paula se retorcía de gusto y se retorcía para comerme de nuevo la polla y los huevos, para eso era un experto y parecía que no era la primera vez, ahora comprendía la actitud entre los dos hermanos, resulta que llevaban mas de un año practicando sexo siempre que tenían ocasión.

Ahora Andrés había levantado por la cintura a su hermana y le metió su picha hasta lo más hondo, ella gemía, Andrés se retorcía y me dijo que se la metiera por detrás igual que había hecho él conmigo, entonces me arrodille y poco a poco fui introduciendo mi polla que al no ser muy gorda entró con mucha facilidad, con un ritmo casi igual los tres fuimos bombeando placer y más placer, yo apunto de correrme se me vino un deseo, que era correrme en la boca de Paula, sin mas la retire de culo de Andrés y me puse de rodillas frente a el y con mi polla en la boca de su hermana, vi como se la tragaba hasta lo mas profundo, Andrés me cogió de la cabeza y me metió la lengua hasta la garganta, así de esta forma nos corrimos, yo en la boca de Paula y Andrés en el coño de su propia hermana.

Estos encuentros duraron hasta que mis padres por motivos de trabajo tuvimos que cambiar de ciudad, nunca mas he vuelto a saber de Andrés y Paula, pero los recuerdos de mi primera vez perduraran para siempre.

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