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Al principio ya fue orgía (Carla)

Nos invitaron a una quinta y allí fuimos, fuimos al baño , al salir nos encontramos con ambos con el torso desnudo, automáticamente me abrace con el , me beso y me llevó a una habitación, me desnudo suavemente, me lameteo , todo el cuerpo y la vagina, chupándome el clítoris, me abrió de piernas y despacio me penetro, cuando mi himen se desgarró, sentí que esto de ser mujer, era fabuloso.

Mi gran cuñado

Y lo abracé, sentí como su verga se levantaba y medio la introduje en mi vagina, ambos estábamos sin chones, ya que él los había guardado en el jardín como nuestro recuerdo, así que metió sus manos bajo las gasas que cubrían mis nalgas y tomo lo que era suyo, así que con sus manos en mis nalguitas, su verga entre mis labios vaginales, mis brazos rodeando su cuello

Noche de brujas

Había apagado el televisor y había ido a la cocina a tomar un sorbo de Coca Cola porque quería sentir la agresión del gas en la garganta, y al volver a mi alcoba vi que la misma estaba iluminada completamente con velas, estas estaban acomodadas en un círculo alrededor de la cama donde duermo

Mi sobrina Eva

Contemplé el cuadro que formaba yaciendo empapada con los brazos en cruz y comprendí que ya no podía evadirme más y que iba a comenzar a hacer el amor a mi sobrina Eva, con las inevitables consecuencias que ello iba a acarrear.

Claridad

Y me hablaba de humedades, de su piel cálida, de la forma como movía sus caderas y sus muslos y sus brazos y me hablaba de longitudes y de grosores y de sensaciones de profundidad y de temblores que la habían recorrido y de la forma como ella se fue dando sin premuras y que casi no hablaron que todo era labios y ningún dolor

La espía que me amó I

Yo estaba avergonzado y más colorado que una grana, aquella chica me desconcertaba absolutamente, era totalmente desinhibida y no se cortaba por nada, el dominio de sí misma y las situaciones para mí eran totalmente desconcertantes, no obstante me sobrepuse y trate de coger las riendas de la situación.

La guerra del diablo II

Aquella fiesta de estudiantes estaba tocando a su fin. Casi todos se habían ido, excepto lo borrachos que esperaban que alguien los llevara de regreso a casa. Entre ellos estaba Li-Shen, veinticinco años, estudiante de intercambio procedente de Corea, quien pacientemente esperaba a que su amigo Ash ,también de veinticinco años, terminara de despedirse.

La guerra del diablo I

Por un momento queda maravillado. Luego escucha una armoniosa voz cantando en una lengua que no entiende, pero que le transmite un mensaje de paz. Al mirar detenidamente descubre a una chica, vestida de blanco, con un largo cabello rubio curiosamente peinado, ella mira con dulzura todo lo que la rodea, y él se siente en paz en su presencia. De pronto todo estalla en un mar de fuego y sangre.

Secuestrada II

De la palma de la mano que acariciaba la vulva se separó el dedo corazón que se dedicó a castigar el clítoris. Pronto la niña estaba lista para otro orgasmo pero de pronto todo se paró. Las manos que la hacían tan feliz abandonaron su cuerpo y aquel orgasmo que estaba a punto de disfrutar se desvaneció y esto no le gustó.

Hembra insatisfecha

Mi mujer no lo dudo un instante, ya desnuda se puso a cuatro patas delante del uruguayo y se introdujo su miembro en la boca, el gemía de placer mientras miraba abajo y contemplaba el espectáculo. La boca de mi mujer se trabajaba su polla, mientras la lengua le daba el mayor placer que se pueda uno imaginar.

El cumpleaños de la abuela

Mi edad (13) no reflejaba el falo que la naturaleza me había provisto, en ese momento tenia 11 cm. y en verdad siguió creciendo, la cama de por suerte era de plaza y media y podríamos dormir, no me extrañe que a esos de las tres de la mañana me había despertado, extrañaba mi cama y ese cuerpo de mujer, me recordaban que ya era hombre, pense que era mi hermana, pero me acorde que estaba en el mismo lugar que su novio, exactamente de la misma manera, cuando puse mi dedo en su sexo, como me había enseñado la puta, de esa manera que asentado un poco mas arriba de la raja le gustaba a las mujeres

Recibió en su correo electrónico una invitación muy tentadora que no podría rechazar

En la Junta en la que me eligieron, recibí la invitación a cenar en casa de un matrimonio ya de cierta edad, que son los decanos del lugar. Por el aquel de no hacerme antipático, accedí, aunque no me apetecía. La realidad confirmó mis sospechas: yo era el único hombre sólo, entre media docena de matrimonios. Sé que se han celebrado otras cenas. Pero no he vuelto a ser invitado a ninguna de ellas.