Le pasé la mano por la espalda, pero esto solo hizo que temblara más. Se dio la vuelta y me dijo Méteme la polla todo lo duro que puedas. Casi mejor recogemos y vamos a casa que está cerca, aquí la arena es un coñazo.
Yo dejé las braguitas en el cajón de la cómoda y salí hacia el bar, ya era la hora de mi cena. Miré dentro, había otras dos mesas ocupadas, me dirigí a mi mesa y me senté en ella. La sola idea de ver aparecer a María en cualquier momento me tenía tenso y excitado
Al cabo de un rato, llamaron a la puerta, y la propia Silvia se encargó de abrir, encontrándose con una impresionante rubia de unos 25 años, de cerca de 1,80 de altura y con unas impresionantes curvas que resaltaban sobre su vestido de lycra color beige. Ambas mujeres se miraron de arriba abajo
Sujetando con fuerza sus caderas aceleré todo lo que pude, sabía que eso me llevaría a un rápido orgasmo, pero valía la pena. Mi polla se enterró en su estrecho coñito.
Era media tarde cuando alguien llamó a la puerta. Era Estela. Encontrarse frente a frente las hizo sentir vergüenza, cada una por motivos diferentes. Su amiga entró sin esperar que Ángeles le dijese nada y la abrazó con fuerza.
El hombre le sujetó por las caderas, le miró a los ojos y lentamente le fue penetrando hasta tocar su útero con la punta de la polla. Megan, gimió, gimió largo, hondo y desgarrado, se sintió llena y le miro a los ojos, de sus labios salió un tenue ruidito.
María gritaba y sus piernas se le doblaban con cada una de mis acometidas violentas. No paré, seguí metiéndosela con todo el vigor que mi movimiento de cadera me permitía, haciendo mover su cuerpo contra el sofá y que su cara chocara con el respaldo
Al llegar a casa solo sentía ganas de estar sola, no le apetecía ver a nadie. ¿Con qué ojos podría mirar a su amiga, sabiendo que su Andrés la había follado y la había hecho correrse varias veces?
Dos pollas se posaron sobre mis manos, una en cada mano, a la vez que otra no de pequeño tamaño se colaba en mi boca. La de mi coño seguía restregándose sobre él,
Estaba de farra con unas amigas en uno de los tradicionales pubs de la ciudad y la verdad es que estábamos bastante entonadas por el alcohol. Nuestra idea era poder ir a alguna discotheque a bailar y ver si encontrábamos a algunos chicos para pasarla bien (sin necesariamente tener sexo), que dicho sea de paso, yo aunque he tenido mis pololos y he recorrido y me han recorrido todo mi cuerpo, aún soy virgen.
Un ejecutivo esclaviza y somete a su secretaria a su antojo. Hace que ella conteste a sus preguntas mientras aloja en su boca o ano la polla de su Amo.