Vecina Yola II

Después de aquel encuentro con mi vecina Yola y su especial amiga Alex decidimos quedar para otra ocasión , pero en un sitio más cómodo. Pasaron unos días y yo no me quitaba de la cabeza aquel encuentro , la imagen Yola encima del capó del coche con sus piernas abiertas y su sexo brillando desafiante se entremezclaban con la imagen del cuerpo perfecto de Alex.

Telefoneé a Yola y le dije para no ofenderla que estaba deseando volver a verla, aunque mi mente estaba pensando más en Alex que en ella, Yola me respondió que ella también pensaba mucho en nuestro encuentro pero que le gustaría estar los tres de nuevo, Alex que trabajaba en una productora de cine viajaba con frecuencia y justo estaba pasando unos días en Madrid, yo le respondí enseguida, qué te parece si nos lo montamos y nos vamos a Madrid . Yola se quedó pensativa y me dijo: yo puedo dar una excusa, ¿tú cómo lo tienes?, bien, respondí yo, me monto una reunión de negocios rápidamente. ¿Mañana? Me preguntó. Vale, hecho respondí.

Al día siguiente aparecimos en Madrid a eso de las 4 PM. Nos encontramos en la cafetería del aeropuerto, Yola estaba espléndida una gabardina marrón sobre los hombros cubría un vestido de color crudo que acababa sobre las rodillas y una abertura lateral dejaba ver las bonitas piernas cubiertas por unas finas medias de seda , su pelo negro recogido en un moño informal, unos zapatos de un largo y fino tacón daban el colofón a una imagen seria y sensual como pocas, a pesar de no ser ninguna vedette no había hombre con el que se cruzase que no se girase a mirarla mejor. Hola vecina dije, estás absolutamente espléndida, creo que soy el hombre más afortunado de todo Barajas. Gracias respondió, eres muy amable. Cogimos un taxi y nos dirigimos hacia un apartamento que tengo en la Castellana , al llegar la cogí de la mano haciendo dar una vuelta sobre sí misma le dije: estás para …, ella me dijo ¿qué tal si esperamos a encontrarnos todos?, me parece bien pero Yola una mujer como tú se merece toda mi atención , ella estaba de espaldas a mí mirando por la ventana, me acerqué y puse mis manos sobre sus hombros y suavemente besé su cuello, pasando mi lengua muy despacio por detrás de sus orejas, mientras mis manos lentamente bajaban por sus brazos hasta sus manos, poco a poco mis manos se dirigieron hacia su cintura y suavemente pero con fuerza tiré de ella hacia atrás, de forma que notara en su bonito y redondo culo mi paquete totalmente duro, en ese momento soltó un pequeño suspiro y ella misma apretó con fuerza y empezó a mover su culito restregándolo contra mi pene, mientras mis manos habían subido hasta encontrar sus pechos para pellizcar suavemente sus tiesos , grandes y duros pezones, a cada pellizco un gemido , cada uno más fuerte que el anterior, sudando de excitación la volteé y ya de cara a mí nos besamos con una lujuria inusual, mientras ella me desabrochaba la camisa, el cinturón y mis pantalones, yo introduje mis manos a través de la abertura de su vestido para notar en tacto fino de sus medias e ir subiendo hasta su precioso y potente culo, Yola muy excitada se quitó de golpe el vestido y dejó ante mí la visión de una mujer espléndida, zapatos corte salón, medias cortas, liguero, tanga y sujetador de color crema, sin más la puse espaldas contra la parte trasera del sofá abrí sus piernas y apartando la fina tela del empapado tanga sorbí y lamí el sexo de mi vecina al tiempo que introducía mis dedos en su vagina produciendo en Yola unos espasmos de placer y una secreción de líquidos que sólo una hembra de su categoría es capaz de producir, entre verdaderos alaridos de placer y meneando su culo como una zorra en celo me ordeno: clávamela de una vez o mátame.

Obediente donde los haya apunté con mi polla y empujando de un golpe sumergí mi pene en aquel agujero mojado hasta sus entrañas y empecé a cabalgar con fuerza sacando por completo mi polla y volviéndola a meter con fuerza y cada vez más rápido, Yola gritaba de placer, su pelo sin orden, sus pechos saliéndose por encima de la copa del sostén a cada embestida, cada vez que golpeaba contra su culo sus pies perdían contacto con el suelo, no puedo más gritaba me estas matando, yo estaba como loco pero en ese momento paré y la saqué , Yola quedó sobre el sofá, su vientre en el respaldo sus piernas completamente abiertas y su culo con el tanga medio arrancado era una invitación a seguir, me agaché y empecé a lamer todo aquello llegando esta vez hasta el ano, cuando estuvo bien mojado me levanté y pregunte: ¿cómo estas Yola? Destrozada me respondió. ¿Qué haces? Me dijo al notar que la punta de pene apuntaba hacia su ano. Ni se te ocurra me dijo. ¿Qué? Respondí, que no, ah…. hijo de puta gritó mientras le metía mi polla irremediablemente hasta el fondo de su culo, calla y siente toda mi carne dentro de tu culo le dije, Eres un cabrón me respondió, yo empecé a meter y sacar mi polla de aquel precioso culo con fuerza mientras mi vecina me maldecía pero impotente y sin remedio se rendía a mi enculada, sus improperios hacia mí se fueron tornando poco a poco en gritos y estos en gemidos y pasamos de «hijo de puta» a fóllame más fuerte hijo de puta, rómpeme el culo so cabrón , con más fuerza, yo embistiendo cada vez más y golpeando el culo de Yola con mi mano estaba a punto de reventar y solté un grito de placer, Yola se movió hábilmente, se la sacó del culo para girándose al tiempo que se agachaba metérsela en la boca, me la apretó con mucha fuerza levantó la vista y me dijo: ahora dámela toda. Y al soltar mi pene explotó con una fuerza que jamás había visto y unos chorros de leche inundaron la boca de Yola para seguir escupiendo toda su cara, mientras ella lamía y relamía tan preciado liquido.

Destrozados nos tendimos en el sofá y Yola me dijo: lo que has hecho con mi culo virgen ha sido una violación en toda regla y si no quieres que te denuncie esta noche tendrás que volver a hacerlo, ha sido el placer más bestia que he sentido jamás.