Capítulo 1
- Me presenta su mujercita para ser sometida por primera vez
Tocó el teléfono y viendo quién era ya me enojé.
– Ya te dije que en el es para que me llames por aquí…
– Perdón, disculpe, disculpe, pero es importante.
– Importante para vos, para mí que se joda. Bueno, … entrá en el canal a las nueve.
Era uno de los mansitos que mantengo controlados. Claro que me dejó intrigado.
Entonces a las nueve entré en el canal mal conteniendo mi excitación pero intentando en el demonstrarla, abrí un privado y comenzamos a charlar.
Directo al punto fue así :
– Se acuerda usted señor que le dije que mi mujer quería ser dominada? Bueno, charlamos bastante, decidimos que queremos ser sus esclavos, señor.
Eso de ‘señor‘ es idiota y en el fui yo quien lo exigió, más bien él creyó que fui yo y listo, a él le gusta.
Gracioso porque además de ganar mucho más que yo y su cargo ser más pomposo, Ro me buscó, hasta donde yo sé, bajo el consentimiento de su señora esposa. Él es bien blanco y flaco, de cabellos castaños y cortos, cara alargada y huesuda como su cuerpo, conmigo de ojos excitados y asustados a veces, aunque digan que es un gestor exigente y etcétera…
Su mujer, por lo que sé, es gerente de un área comercial de la misma empresa.
Pero parece que quería este tipo aquí que les escribe para pisar su auto-estima y tener un sexo loco, miren ustedes.
Hicimos otra llamada para hablar de reglitas y… a mí me pareció que ella sabía más de lo que aparentaba, y tenía claro lo que quería: dejarme hacerle todo lo que yo quisiera, con él mirando, basicamente. Solo se negó en un par de cosas que a mí tampoco me excitan, así que estábamos bien conversados.
Por más extraño que les pueda parecer, hago todo lo que mis esclavos me piden, sólo tengo que entender lo que desean y en el dicen, y ahí vale la regla de oro de la palabra clave para interrumpir al instante.
Hay momentos de dolor y placer, pero siempre hay límites y lo importante es que las reglas sean claras.
No vas a fumar en la cara de un tipo con asma por ejemplo, a menos que quieras interrumpir tu jueguito e ir parar al hospital…
Y con las reglas claras, mis esclavitos se babean todo y te piden más de lo que te esperás.
Yo seguro iba a divertirme, me encantan parejas sumisas, además de ser la oportunidad de conocer la pareja de Ro que me intrigaba.
Llegué a la cita un poco antes de ellos. Es un departamento prestado/alquilado de un conocido, y lo dejé todo listo.
Para que en el se preocupen com nada dejé listas todas nuestras necesidades alimentares, para que en el digan que soy un insensible.
Por las 7 de la tarde Ro llegó con Ma, su mujercita, bajita, de piel tostada por las eras, muy latina ella,
nariz pequeño, mirar penetrante y malicioso, cabellos cubriendo los ombros, sonrisa linda,
pechos casi saltando del top, tatuaje en el brazo derecho – y más tarde descubriría otros. Nalguitas llenitas y culito saliente, llenita pero bien puesta.
Tenía un vestido azul con una larga pollera branca y un top por abajo del vestido. Medio abierto porque le encantaba mostrarse.
Ro me la presentó sonriente, nos presentamos y les di 30 minutos para una ducha y prepararse, en el iba a tolerar desobediencia.
Ella sonreía pero parecía seria.
Se fueron a lavarse y cambiarse la ropa. Ro volvió de calzón como ordené. Le di un besote y lo senté en la silla de la sala.
Cuando Ma entró en la sala, él ya estaba atado con los brazos para atrás, sin poder mover las piernas y de boca muda com una ball gag negra en la boca.
Ella estaba de bombachita negra, una minifalda rosa, su obligo danzando, una blusita de renda donde asomaban sus grandes pechos, bien perfumada.
Sus ojos negros brillaron cuando vieron a su esposito atado.
Me senté en el sofá y mandé que venga. Ella vino seria, moviendo las caderas porque así era su cola, mostrándose en su minifalda corta. Se agachó besándome largamente con Ro mirando y gemiendo. La besé acariciando su sexo, sintiendo que comenzaba a mojarse. Ella aprovechó para mirar al maridito que gemía. Me levanté sin aviso y sujetándola de los senos, mandando que se agache hasta quedar a la altura de mi pija.
Yo de jeans, un miembro duro y pulsante en mi bragueta, pero quería que sintiese mi presencia, y así la iba a dejar más fogosa.
La dejé un tiempito apretada en mi pija, levanté su blusita de renda, tomé un clip y se lo puse en los mamilos. Primero reclamó un poquito y después suspiró hondo. Pero en el me olvidé de su pedido, agarré el latiguito, y lo bajé firme en sus nalgas.
– Cada vez que reclames, el látigo zumba! Y si continuás es en las mejillas!
– Sí señor! – Dijo, y le di otro para ver si ya era una lección aprendida. Pareció incomodada, entonces la dejé así de cuatro en el sofá, enfrente a su maridito impotente que gemia, le saqué la faldita y comencé con nalgaditas suaves , después más fuertes, acompañadas de golpes del látigo en las piernas. Después de la sessión ‘controle su gozo’ fui a ver la conchita, ella arrullándose en mis caricias como un gatita siamesa muy putita. Ya estaba loca para darme esa concha pero iba a dejarla todavía un poquito más loca…
Pasé un gel entre los dedos y así se los pasé en la conchita acariciando su cajetita dura (el coño durito de esta putita zorra), metiéndole abusado después dos, tres dedos, más hondo, explotando mientras ella gemía. Entonces cuando se veía que se venía, paré para verla jadeando y comenzando a sudar sus tetas rollizas y blancas.
Tomé uno de los dildos negros y embadurnado de gel se lo pasé por la conchita y después el culito, de cuatro, jadeando en el sofá.
– Viste cómo se pone putita tu mujercita? -le pregunté al cornito de Ro.
«MMmmm mhhhmmmm» la respuesta.
Me agaché y la pasé mi lengua, primero en la concha carnuda, después en el ano alavadito y que se abría un poco más a cada lenguarada, gemiendo y yo con el latiguito de vez en cuando.
Pegándole con el dildo en la nalga, se lo pasé después en la puertita del culo, y comencé a metérselo.
Fui sacando y metiéndolo más y más, ella moviendo el culo hasta dejar que entre entero, despacito y siempre.
Así que tenía cierta experiencia… Esse dildo tiene un aro, donde amarré una cuerda y la cuerda en el collar de cuero
en su garganta. Así quedó su cabeza atada al dildo en su culo.
Así la dejé y fui a ver o nuestro cornudito manso que lloraba y se deliciaba con la visión de la esposa sumisa.
Lo levanté de la silla, tomé un vibrador y fui relajando con los dedos ese culito que ya comí en otras ocasiones, y le metí
el vibrador sentándolo de vuelta, de calzón vibratorio. Y ante su mirada estupefacto, le di el control del vibrador para la sumisa -que tenía un que de mandona también. Ella me agradeció con la mirada, lo testeó haciendo seu amorcito vibrar e pestañar loquito.
Me saqué el pantalón, colocándolo en la cabeza de Ma y sirviendo de arnés. Mi potrita.
Volví a ver esas nalgas rechonchitas que estaban deliciosas con ese dildo enterrado en el orto, deliciado le metí
al látigo sujetando del arnés hecho con mi pantalón, cuando ella soltaba gritos y gemidos, mi pija recontra dura, me la pasé en la concha carnuda y se la metí casi de un saque.
Que conchita deliciosa… le agarré el dildo y iba y venía con él, y ella parecía asentir con la cabeza!
A cada metida en esa concha, ella apretaba el control, y el corno gemía también, entrecerrando los ojos.
Cuando ya estaba cansando, tiré el pantalón para cualquier lado y fui enfrente de ella.
– Quiero ver si la chupás bien. Te la chupa bien, Ro ?
«Mmmmm, mmmmmm»
Ella sentó en el sofá y yo me quedé parado, pasando mi pija por sus cachetes, y por su boca. Ella lo lamió, saboreando mi carne,
e lo fue metiendo en la boca toda. QUería ir despacio, yo la agarré del pelo contra mí, ela casi sin respirar y aguantaba mi pija toda hasta la garganta, así que decidí ver hasta donde ella iba.
-Mirame -y se esforzaba en mirarme con la pija entera en la bocota, yo la sacaba para que tome aire. La orientaba moviendo los prendedores de mamilos parra arriba y encajando mi pija , metía y sacaba y ordenaba que me mire.
A ella le gustaba porque só una vez me empujó por no conseguir más la pija entera hasta el cogote. Tossió, limpié mi pija haciéndola babar y pasando todo en su rostro, y yo estaba ya extasiado.
Que mansita linda me había conseguido! Estava en el momento de prestigiar el corno.
– Ahora andá hasta él.
– Sí señor.
– Chupáselo a él, y mostrame ese culito de putita.
Ella podía sólo ir de cuatro, de rodillas, con el dildo en el culo y amarrado en el pescuezo.
– Apurate !
– Sí…
– Sacale el calzoncillo.
Ella se lo bajó. Le di una nalgada fuerte. «SACALE ESE CALZÓN, PUTITA!»
Ro se levantó y ella fue sacándole el calzoncillo, mojadito claro, mientras yo la incentivaba con mi latiguito en sus nalgas, Ma se moviendo como podía. Su culito redondo rojo y moviéndolo a cada zamarrada, las rodillas también de andar de cuatro…
Ella tenía tatuajes en las piernas que talvez o Ro nunca había visto tan coloradas, su pija subiendo rápido.
Ella se arrodilló de frente de ese miembro tieso del marido mansito, y ella se lo engulló experiente.
Yo la sujetaba del pelo, obligándola a ir y volver más rápido, Ro delirando. La visión de ella chupándolo de culito relleno era deliciosa, pero faltaba algo.
Le puse a ella puños de cuero y até sus brazos fuerte por atrás, amarrando junto la cuerda del pescuezo, empujando com mi pie a la putita en la pija de Ro, ella enloquecida porque soltó un longo gemido de placer chupando el pene roijzo de su amado conmigo empujándola.
Saqué despacio el dildo del culito y la dejé bien de cuatro, solté un pouco a Ro para que la sujete de los brazos. Ella no podía hacer nada porque estaba bien atada. Embadurné mi pija de gel y se lo fui metiendo en el ano redondito como lo dejó el dildo todo ese tiempo. Aún así la metía despacio, sacándola un poquito, enterrando más, y así fui metiéndola con placer en ese culo, con ella gimendo y él danzando con la pija de su maridito en la boca entera.
Empalada lindo y fuerte mientras se lo chupaba al marido pude ver cómo le estaba gustando, la llamé de putita, le
dije que era una puta deliciosa, me deliré metiéndosela con todo, mis pelotas golpeando con gusto su conchita,
hasta llegar al clímax, cuando se la saqué y fui hasta ellos, mandando que los dos me la chupen.
– Ahora me la chupan, vos cornudito y vos putita, que los voy a inundar a lo dos…
Me la chupaban y se besaban, compartiendo mi pija…!
Uuuhuummmmm -él
Dámela mmmmm grsspppp hmmmm-ella
…con gusto, hasta que me corrí mucho semen en ella y en los cachetes de él.
AAAAaaaaahhhhh ! Que gozo encima de los dos mansitos.
– Ahora limpiala, y vos limpialo a él
– Sí señor -coreaban, y se limpiaban migozada en los dos.
Bueno, se portaron bien, así que mandé que se siente él en el sofá, y a ella la solté pero poniéndola encima de él.
Ella se metía al maridito en la conchita con su ano coloradito yendo y viniendo mientras yo a los latigazos tiernos en las nalgas rojas.
Y así se corrieron los dos, ella primero y después lo ayudó a ella a correrse dentro de ella.
Mandé que se bañen sucios de mierda, y después comimos y comentamos todo lo ocurrido, reviviendo todo y prometiéndome un próximo día de placer juntos.