Capítulo 1

Capítulos de la serie:

El perro de mi vecina me cogió cuando estaba borracha I

Mi nombre es Ana, vivo en Argentina, más precisamente en la Ciudad de Buenos Aires. Es un lugar enorme y muy lindo, pero por sobre todo, hay tanta gente, que todos pasamos desapercibidos, porque cada uno está en la suya y nadie le presta atención a nadie más.

Esto que les voy a contar ahora, paso hace un tiempo atrás, no hace mucho, pero tampoco podría decirse que fue ayer… hace un tiempito…

Esa noche volvía de una fiesta que hizo una amiga en su casa.

Solíamos juntarnos una vez al mes en casa de alguna de las chicas o chicos de la facultad para hacer una fiesta. Ese fin de semana tocó en casa de Claudia, era la primera vez que la hacíamos en su casa.

Ella vive a 15 minutos de mi casa, en otro barrio, pero es tan lindo como el mío. Su casa era muy grande, con muchas habitaciones y un jardín verdaderamente grande y sobre todo muy hermoso, lleno de flores y plantas que se notaban bien cuidadas. El pasto recién cortadito… era sencillamente un lujo ese jardín.

Hace varios meses que me gusta un chico de la facultad, me lo cruzo en algunas clases, y me encanta, no se porque, tanto él como yo somos muy tímidos. No solemos hablar mucho debido a eso, pero sí muchas veces cruzamos miradas a lo lejos, o a veces levanto la mirada y lo veo que me está mirando, y enseguida dirige su mirada hacia otro lado.

Después de varios meses de buscarnos con la mirada, finalmente esta noche nos acercamos y pudimos conversar a solas, sin los tiempos corriéndonos ni la presión de que una clase estaba a punto de comenzar. Y la verdad que hablar con él era más agradable de lo que yo me imaginaba.

Una cosa fue llevando a otra, y con el correr del tiempo nos fuimos entendiendo más, descubrimos que teníamos muchas más cosas en común de lo que pensábamos. Hacía mucho que yo esperaba este momento, y finalmente se nos dio.

Él es alto y flaco, muy flaquito, con muy pocos músculos, o directamente sin músculos, usa anteojos igual que yo, es super divertido, más de lo que yo podía imaginarme, y quizá un poco nerd, como yo también.

Yo soy más bien bajita, mido 1.60, tengo pelo negro corte carre. Ojos color miel y una sonrisa hermosa, dicho por varias personas. Un interesante lunar al lado de mis labios que hace juego con unas pocas pecas. Tengo un físico normal, no soy ni flaca ni gorda, apenas rellenita. En su momento era algo más gordita, pero baje unos cuantos kilos, y eso además de claros beneficios para mi salud, me dejo como recompensa unas tetas grandes (de copa 110) y una cola redondita y grande también. Modestia aparte, cuando camino por la calle, depende de cómo me vista y que ropa me ponga, los hombres suelen mirarme con muchas ganas.

Además de todo esto, soy muy divertida y simpática, sobre todo con la gente que conozco, también se puede decir que soy algo nerd ya que me gusta estudiar, y además uso anteojos, y eso me da un look distinto.

Esa noche finalmente después de varios intentos, nos besamos mientras bailábamos un lento (que vuelvan los lentos) … no se si habrá sido la música, la insistencia de mis amigas, o la cantidad de alcohol que tome esa noche para sacarme la vergüenza (no suelo tomar mucho, porque no lo resisto, y esa noche me zarpé) … La cosa es que al final nos besamos durante una hora aproximadamente… hubo algún que otro toqueteo también, sobre todo porque yo iba vestida bastante provocadora.

Esa noche había decidido vestirme realmente provocadora, aprovechando que no hacía frío, me había puesto una remera roja ajustada sin mangas, que es bastante escotada y por cierto, me queda muy bien!!! También me había puesto una falda blanca de tablitas, bastante corta por cierto, y para rematarla me puse unos zapatos rojos también, que tenían un taco alto y finito, lo malo es que yo no estaba acostumbrada a usar ese tipo de tacos, y me costaba caminar manteniendo el equilibrio. El costo de vestirse como una modelo – Pensé – mientras me miraba en uno de los espejos de la sala.

La cuestión es que cuando terminó la fiesta, ninguno de los dos se animo a pasar a segunda base, puede haber sido porque ambos somos algo tímidos, y si bien yo tuve algunos novios, creo que él jamás tuvo novia. Así que nos despedimos con un beso diciendo que nos volveríamos a ver el lunes en la facultad… yo esperaba más, pero ni él ni yo fuimos capaces de animarnos a más esa noche.

Ya en el uber de vuelta a casa no hacia otra cosa que reprocharme a mí misma no haberlo invitado a casa esa noche… yo me había quedado re caliente, con ganas de hacerle de todo.

Me bajé del auto y fui directo a abrir la puerta de casa. Pero no encontraba las llaves por ningún lado. Suelo ser un desastre con las llaves, siempre las pierdo o me las olvido en cualquier lado.

Para colmo ese fin de semana estaba totalmente sola en casa, ya que mis padres habían salido de paseo a la costa, y no había nadie que me pueda salvar en ese momento, así que mi única salvación era encontrar la llave, o una forma de entrar a mi casa.

Di la vuelta a la casa por el jardín para ver si la suerte me acompañaba esa noche y revisé las ventanas y la puerta trasera, para ver si en una de esas había quedado alguna sin trabar, pero la suerte no estaba de mi lado esa noche.

En ese momento escuchó ruido de hojas sobre el piso del jardín y me quede helada e inmóvil , un poco del susto y otro poco haciendo silencio para poder ver quien era, finalmente pude ver que el ruido era el perro de mi vecina, un pastor alemán grande, fuerte y juguetón que se llama León.

Se acercó sigiloso hacia mí, yo intenté acariciarlo, pero gracias a lo borrachita que estaba no le apuntaba a la cabeza, ya que mi mano parecía acariciar el aire al tratar de acariciarlo a él.

Mientras yo seguía intentando acariciarlo, para mi sorpresa metió su hocico debajo de mi pollera y comenzó a olerme la vagina, me hacía cosquillas con su nariz fría, así que intenté alejarlo, pero fue en vano porque todo me daba vueltas y no lograba conseguir mi objetivo… sentí su lengua también por sobre mi tanguita y debo confesar que hubo algo de todo eso que me gustó, pero seguía tratando de sacarlo de abajo de mi pollera sin suerte.

Quise empujarlo hacia un costado con tanta mala suerte que perdí el equilibrio… me fui contra la pared lateral de mi casa y traté de agarrarme de algo, pero todo se escapaba de mis manos a causa del alcohol… y fui a dar al piso que por suerte era pasto… caí boca abajo desparramada en el pasto junto a León, que parecía no importarle en absoluto mi caída, solo me seguía olfateando.

Estuve así unos segundos, quizás fueron uno o dos minutos, hasta que logré juntar algo de fuerza para levantarme. Apoye mis rodillas primero y cuando estaba a punto de incorporarme sentí un peso enorme sobre mi espalda, sentí como León me abrazada por atrás y me obligaba a apoyar mis manos en el piso para no caerme de cara al pasto nuevamente… en resumen quede en 4 con un perro atrás mío tratando de violarme.

Al principio me dio miedo y trate de zafarme, pero me di cuenta que si levantaba una mano del piso me caería nuevamente, así que me quede inmóvil. Sentía como León movía su cadera como para ensartarme, pero en el fondo estaba tranquila creo, ya que sabía que nunca podría atravesar mi tanguita.

Continuará…