El mes pasado, al estarse dedeando frente a mí, como preámbulo a poseerla y deslecharme en ella, entre gemidos y la respiración entrecortada, me comentó que al encontrarse sola, se masturbaba deliciosamente, imaginando como era cogida al mismo tiempo por mí y por otra persona.
Me entusiasmo un tanto la idea pero me dio un no sé qué, ya que él y yo estábamos solos en el cuarto y Teresa, dormía sola en su cuarto.me pregunto si ya yo habia vistos películas subidas de tono, le pregunté qué era eso y me aclaró que si había visto pornografia videos triple xxx
Su mano izquierda comenzó a acariciarme, sus dedos se movieron con rapidez, tocándome con habilidad toda mi entrepierna, mientras con su boca comenzaba a besarme los testículos. Alicia se afanaba en lamerme la parte anterior, que cada vez adquiría mayores proporciones y durezas, y sólo transcurrido un rato comenzó a subir hacia el prepucio.
Yo lo dejaba hacer, mientras buscaba ansiosa, la forma de abrir su pantalón lo que conseguí por fin en medio de la agitación de una pasión desbocada y entonces por primera vez pude ver el bulto monumental de su slip tensionado hasta la desesperación por la fuerza del miembro erecto que parecía agitarse desesperado en la tenue jaula de la tela.
Nos acercamos lentamente la una a la otra, excitadas por nuestra propia visión, nuestras tetas duras avanzaron al encuentro y nos tocamos deliciosamente con los pezones dilatados en un contacto que desencadenó una respuesta eléctrica que invadió nuestros cuerpos.
Estando apoyada sobre sus pies comenzó un lento subir y bajar sobre mi miembro erecto y jugoso, yo la tomaba de sus manos para que no perdiera el equilibrio (tal vez, mejor dicho, para que no cesaran esas penetraciones que me estaban volviendo loco.
Me dirigí a la parada del autobús y como era costumbre estaba especialmente abarrotada, pero tuve suerte de estar de los primeros y conseguí un buen sitio, casi al final, al lado de una ventana.
No lo podía creer las imágenes se hacían nudo en mi cabeza, recordaba una joven de 17 años con sus hermanas riendo como cualquiera a su edad mientras que observaba a una mujer las mas de las veces deprimida mamándole el miembro a su caballo, totalmente feliz y resuelta casi como si tuviera otra vez 17.
Ella lo sostuvo todo el tiempo con ambas manos y de vez en cuando me ayudaba a introducirlo en mi boca, me imaginaba que ahí mismo me follaría con el miembro del caballo, lo cual desde luego no sucedió.
Por primera vez será dominada, sus tios y primos serán los que se encargen de hacerlo.
Yo no razonaba, movía mi miembro sin ninguna compasión entre su ano, al tiempo que mi dedo anular empezó a acariciar su clítoris, primero circular y despacio y después directo y fuertemente, lo que la hizo dejar de quejarse y empezar a respirar verdaderamente agitada y excitada.
Cada vez que necesité llamarlo, utilicé una fina campanilla traída de Japón, o cual me evitaba tener que gritar y así lo acostumbraba a estar pendiente de los caprichos de su Ama como mi chupón.
Sacaba el consolador e introducía dos dedos hasta el fondo, Elena soltaba pequeños suspiros, gemía, gritaba cuando Mara hundía el consolador más de lo que su ano soportaba. Rosa me instó a entrar.
La terrible experiencia de haber sido forzado a observar la violación de que fue motivo mi esposa por tres asquerosos sujetos.
Mi nombre digamos que es Ezequiel soy mido 1,76cm castaño de ojos verdes, y de buen físico nunca he recibido quejas, y por otro lado la naturaleza estuvo de mi lado, ya que no es que soy superdotado pero tengo lo mío.
Cuando él empezaba a sentir las primeras vibraciones del orgasmo, ella se la quitó de la boca ante la mirada de desesperación de Juan Carlos que ya se ilusionaba con acabarle nuevamente dentro. Se acercó despaciosamente a su oído y le susurró que la cogiera por el culo, girando su cuerpo para recibirlo.
Esto ocurrió 3 veces más esa semana, cada vez que yo entraba a tomar algo, ella me seguía y allí se quedaba, quería que la contemplase pero que fuese yo el que diese el primer paso. El lunes siguiente no lo pude evitar y al fin empecé a hablar con ella, su voz era dulce y parecía muy simpática, nos empezamos a reír y hablamos de trabajo, estábamos en el mismo proyecto pero en fases distintas.
Mi lengua jugueteaba sobre todo el hermoso aparatito de mi extraña compañera. Acabó de una forma feroz, casi animal. Sus jadeos y suspiros eran como de otro mundo, su voz se había puesto ronca, me decía que no parase, que siguiera chupándole el pitilín, (Así ella lo denominaba) Sus manos se enredaban en mis cabellos haciendo mis movimientos sobre su concha aún más frenéticos.
En ese momento de excitación en silencio, sabía que esas imágenes se me estaban grabando en lo más profundo de mi retina, por lo que suavemente pero decidido me quite el pequeño pantalón de baño, quedando así en igualdad de condiciones con mis anónimas compañeras.
Siguió degustándolo un buen rato hasta que su vagina pedía a gritos ser penetrada, pensó en algún momento ponérselo en el ano pero la excitación venia más por adelante, además sabía bien que su vagina se dilataba aún más y que ese día tendría que ser lo más grande posible.