El amor entre amigos es más puro de lo que parece. Cuenta el principio de una bonita historia entre mi novia, yo y otra pareja.
Las uñas siempre las lleva larguísimas y de color rojo fuerte en sus delicadas y pequeñas manos a juego con sus carnosos labios y las de sus pies; y las joyas, que joyas todas de oro, haciendo un contraste increíble con su moreno, regalo de mi obeso padre para paliar sus largas ausencias debido a sus negocios de empresa y también a la falta de virilidad a la hora de montar a mi madre creo yo.
Se puede decir que soy una mujer viciosa, me encanta navegar por internet, ver todo ese mundo de posibilidades sexuales, tremendas pollas, orgías de ensueño y que hablar de los chats, aunque no muy asidua a ellos, tengo que reconocer que en alguna ocasión he podido contactar con varios hombres que me han dado todo lo que he necesitado.
Sus pendejos pinchaban un poco mi lengua, pero era tanto mi calentura que dejando de lado esas molestias, me dediqué a chupar con ganas sus bolas, recorrí varias veces con mi boca el camino desde sus pelotas, pasando por su tronco hasta llegar a la conchita de Erica.
Salimos y fuimos al edificio donde estaba mi apartamento, durante el camino la miré desnudándola, era tan alta como yo, y estaba "metidita en carnes", grandes tetas y un culazo como una plaza de toros pero me estaba poniendo a cien.
A ella le fascina lucirse cada vez que salimos de paseo, sus trajes de baño son pequeños, lo que ha provocado grandes discusiones dentro del círculo familiar, a mi no me molestaba eso al contrario me gusta verla, asisto con ella a todos sus eventos y voy al mismo gimnasio a entrenar con ella.
Como se las ingenia un marido con un pene prominente para hacer realidad sus deseos sexuales con su mujer embarazada.