Las ladronas, una de ellas con una camisa y una falda de color celeste y la otra con un polo también azul y un pantalón oscuro.
Su atuendo preferido son las minifaldas que combina con un saquito al tono que realza formidablemente los pechos jóvenes que tiene. Además sus largas piernas que asoman por la minifalda terminan siempre en zapatos con tacos aguja, que me parecen de lo más sensuales.
Sus pechos redondos y blancos surgieron como pequeñas elevaciones, los bordee con el filo de la navaja suavemente, provocándole un casi imperceptible estremecimiento.
Pues desde donde estabamos veíamos perfectamente como Ingrid permanecía recostada en el sofá, frente a nosotras, con los ojos cerrados, tratando de no pensar en quien la estaba llevando al borde del orgasmo. Pues era el perrazo el que, meneando alegremente la cola, tenia incrustada las fauces en su acogedora intimidad; lamiendo, entusiasmado, la dulce cueva que habíamos dejado tan amablemente a su entera disposición.
Después la obligue a que fuera, completamente desnuda, a nuestro dormitorio, para que se trajera el regalo que traíamos para ella. Ingrid lo abrió delante mía, y así pude ver la sorpresa que reflejo su rostro cuando sacó de la caja un consolador doble, acoplado a un cinturón de cuero.