Luego, mire a mi mujer que estaba aún a cuatro patas, con la cara colorada por el orgasmo y el coño rebosante de mi semen y le dije: Bueno, ahora cual iba a ser mi recompensa?
Durante todo el día siguiente estuvo Valle coqueteando con Antonio de manera descarada, incluso se puso en top-less y tanga, algo que nunca hacía en la piscina cuando había algún hombre.
Yo al ver esto no pude más y no pude evitar correrme como un loco, agarrándole las caderas a mi novia, mientras esta al notarlo empezó a menearlas frenéticamente con movimientos circulares diciendo: ¿Qué haces cabrón? no te corras, no me dejes así.
Cuando llegó la noche, después de cenar, nos pusimos a ver la tele. Clara se levantó, y nos comentó que iba a ducharse, lo que yo aproveché para hacer las paces con Valle, mientras oímos el ruido de la ducha, mi novia y yo nos comíamos la lengua, y nos masturbamos respectivamente, como aperitivo de lo que vendría al acostarnos.
A mi la verdad, no me hacía mucha gracia ponerme a ver pelis porno con el tute del día anterior, pero como ya he dicho para que no se mosqueara, y teniendo en cuenta que por la noche venía su padre y no podríamos verlas, le deje ponerlas.
No te he esperado dentro porque el dependiente se ha puesto algo impertinente, y me ha dicho que si no me habías dejado satisfecha, el podía ayudarme. Pero has comprado algo, pregunté, algo, contestó ella.
Este amigo tenía una hermana que se llamada Loli (aunque en el instituto todos mis amigos la llamábamos Gustava, por motivos obvios) que era una morenita preciosa, no tenía unas tetas tremendas, ni nada que la hiciera sobresalir de las demás, pero en conjunto era muy atractiva, con una naricita respingona que me volvía loco, además de ser muy simpática.