Continúan hasta que él se incorpora, te abraza por la espalda, te dice que es una delicia como te mueves, te dirige hacia la cama y te tumba boca abajo y acaricia tus nalgas, las aprieta de forma deliciosa, las besa y muerde con una delicia que me hace rabiar pero me gusta observar cómo lo disfrutas
Es que esta obsesión por las lolitas es intensa...
En ese momento comprendí que todo estaba ya planificado y yo, sin saberlo, era parte de esos planes. Sin pensarlo dos veces mi amigo levantó a la morena por la cintura y la cargó hasta la orilla depositandola en la misma sábana que estaba acostada cuando llegamos.
Estas en la universidad, te veo todos los días esperando el autobús, los días que no te prestan el auto azul, me saludas con respeto, mis canas te infunden un respeto que yo no quiero que me tengas porque cuando te veo lo hago como si fueras un objeto deseado, porque en realidad lo eres.
Fue con su novia a las rebajas, mientras ella se probaba una falda, nuestro protagonista no podía apartar la mirada de otras mujeres que se estaban probando lencería fina y muy sensual.
En el momento menos esperado y aprovechando una pausa que había tenido lugar en la conversación, una de ellas se levantó, me empujó hacia un sillón que estaba al lado del sofá y sin decir palabra se arrodillo ante mi, desabrochando mi bragueta para liberar a mi ya ansioso miembro que se encontraba aprisionado.
Nos dirigimos al dormitorio. Habíamos convenido poner un vídeo porno para ayudarme a ponerme en condiciones. Nos echamos sobre la cama; yo me había quitado los pantalones y la camisa, pero no los calzoncillos. Sólo era capaz de mirar la televisión: una rubia y una morena se tiraban a un negro bien dotado en la playa, sobre una toalla.