El trabajo en Colombia

La tarde húmeda, ese calor que cansa al cuerpo propio de la zona de la obra , preparan las ganas de tomar cerveza y buscar el aire acondicionado del tráiler, único lugar con comodidades en la zona, por suerte que el puesto de amante lo mantengo desde hace años y el mandamás hoy ausente, ha dejado en mis manos suficiente trabajo para no estar aburrida aparte del uso de la casa, que compartimos.

La seguidilla de secuestros de mis amigos de Bucaramanga, por parte de los insurrectos o de delincuentes, me preocupan más porque todavía permanecen en esa situación José y Esther un matrimonio amigo.

El conocer a Fredy me ha dado tranquilidad, sus cortos años (19) en verdad se esconden en un cuerpo sensual, bien formado, su sangre latina con esa mezcla de sangre nativa, le dan un porte especial que me ha hecho mover mis ganas de divertirme, por ese simple gusto de gozar del sexo, aproveche para llamarlo y preguntar noticias de mis amigos, la fritura del teléfono me hizo pedirle que se acercara a informarme , su turno terminaba a las diez de la noche y mi invitación no se hizo esperar.

Mis 26 años mi posición de jefa a cargo en la administración de la empresa, mi preocupación por mis amigos se fueron apartando de mis pensamientos, que tomaban forma de fantasías sexuales, me puse una pollera y una blusa ambas trasparentaba mi ropa interior, higienice mis partes intimas, sonreí al sentir flujos en mi vagina, su presencia formal y fría de militar, no podía esconder ese bulto erecto en sus pantalones.

Una cerveza fría en sus manos, fue el elemento que me hizo percibir su distensión, la cual le permitió darme la noticia que mis amigos fueron encontrados en un operativo, en perfectas condiciones, pero fueron trasladados a Bucaramanga, para su atención, recién podría charlar con ellos mañana a la tarde.

Brindamos con cerveza, sus ojos se posaban sobre mi cuerpo que sentía el calor de su piel, lo miré a los ojos dándole vía libre para que avanzara, el comprendió, esas señales escondidas y un beso que devolví con todas mis ganas dejando el envase vacío en la mesa a igual que él, sus manos buscaron desnudarme, mi entrega era manifiesta ayudándolo en su tarea, ambos con una altura similar en un silencio perfecto para gozar de nuestros roces y caricias, entrábamos en el clímax necesario para seguir con el gozo, lo lleve a la cama, donde riéndome me tire, dando vueltas, abrí mis piernas, su falo enorme, entro a jugar con mis labios vaginales, su introducción en mi cuerpo fue suave, en años era mi primera infidelidad, su barra jugaba en mi cuerpo en un entre y saca lleno de esa fuerza juvenil, una perfecta sorpresa fue que encontrará mi punto «G» posando su punta y movimiento , haciendo que acabará por repetición.

Un perfecto acto sexual, me hacia mantener plena de ganas, le pedí por favor que se parara frente a la cama, donde sentada, tome su falo lleno de semen y flujos, lamiéndolo desde la base, enroscaba con mi lengua su estaca limpiándola y gozándola, hasta llegar al glande que lo recorrí en todo su prepucio, tocando con la punta de la lengua su vértice, apoyándolo en mi lengua, cerré con mis labios y su piel succionada, me daba esa sensación de hacer de mi boca una vagina con vida propia, poniendo mi mano cerrándola sobre la base, busque que acabara succionando suave y repetidamente, recibiendo todo sus espermas que trague con ganas, sabiendo que este joven sería mío, por lo menos unos días, hasta que llegara el jefe.

Ambos nos quedamos dormidos, despertándonos el calor de la mañana, ante un corte de luz inoportuno, su invitación de ir ese fin de semana a ver mis amigos, la cambie para que se quedara a jugar a que me cuidara, nos dimos una ducha y desnudos nos secamos al pie de la cama, su miembro viril empezó a levantar, tirándolo sobre la cama, lo induje a acostarse, en cuclillas, puse su falo en mi cueva, bajando despacio, cerrando mis ojos podía ver ese cañón dentro mío mientras mis labios vaginales degustaban su carne, llego al tope toda dentro mío subí y baje sobre esa hermosa barra, su firmeza hizo doler mi canal al agacharme para atrás a lo que el levanto sus piernas sirviéndome de asiento, tomándome los senos, me atrajo hacía el besándome, ya sentada totalmente acabe, pidiendo !más, más !, al separarnos abrió mis cachas, para penetrarme analmente, cosa que nunca me gusto, pese a que he probado, le cerré su entrada, respondiéndole poniéndome arrodillada entregando mi vagina nuevamente, eso hizo, su empuje me dejaba pegada a las almohadas, gozando un entre y saca casi brutal pero fantástico.

Tomamos el auto hacía la ciudad, era hora de ver los amigos, para que en la vuelta seguir montada a este macho que me encanta.