Capítulo 2

Mi vida sexual II: La madre de Susy

Después de que acabe de hacer todo lo encomendado por mi madre me metí a bañar y hacerme una majestuosa masturbación para calmar un poco las ansias que invadían mi cuerpo que como siempre terminaba cansada e insatisfecha, salí envuelta en la toalla en ese instante vi llegar mi padre con sus copas encima, al verme note algo raro en su forma de mirarme, sus ojos brillaban y recorrían mi cuerpo, por la sorpresa no pude entender en ese momento el motivo, casi cayéndose me dijo que se bañaría y como no estaba mi madre tendría que ayudarlo, note que no iba tan borracho como parecía pues no olía como otras veces, sin dudarlo le dije que iría a cambiarme pero me dijo que no porque mojaría mi ropa, aun temerosa acepte, nos metimos al baño, abrí la regadera y torpemente vi como mi padre empezaba a desvestirse, casi gritándome me dijo que lo ayudara, con miedo empecé a hacerlo…

Notaba algo raro en el, cabeceaba mucho con los ojos cerrados cosa que no hacia las noches pasadas, creí que se caería y los dos hicimos un movimiento brusco que la toalla se callo de mi cuerpo al momento que el me abrazo, su cabeza la dejo caer en mis senos, mis nervios estallaron, sabía que no podría hacer nada y el cosquilleo en medio de mis piernas empezó a traicionarme, tuve que moverlo para poder quitarle el pantalón, se levanto tambaleando y me ayudo a desabrochar su pantalón y a quitarse las botas, le quite los calcetines y cuando le dije que ya estaba lista el agua se levanto tranquilo y se quito su truza, tímidamente me voltee pero aun así alcance a ver como tu tranca estaba totalmente erguida, sentí que se acerco y se metió a la regadera, torpemente se trataba de mojar su cuerpo, se tambaleaba mucho, se me hizo raro que al levantarse y quitarse la truza para meterse al agua no se haya caído pues aparentaba  que no se aguantaba ni el solo, me pidió el estropajo y el jabón, se lo di, me dijo que le tallara su cuerpo, me acerque y lo empecé a hacer, apoyo sus brazos en la pared y abrió sus piernas, aun con miedo empecé a enjabonarlo, me decía que lo tallara bien, no sabia a que hacer caso si al miedo o a la excitación que provocaba en mi.

Le dije que se volteara para tallarle en frente, al hacerlo vi como su exquisita tranca estaba súper paradísima, quise revolcarme ahí mismo de tanta lujuria que no podía soportar mi cuerpo, de repente me dijo gritando que no sabia como bañarlo que me enseñaría como, me volteo apoyo mis brazos en la pared y abrió mis piernas, comenzó a tallarme, sentí que mas que tallarme me estaba acariciando, quería llorar por el miedo pero la calentura lo evitaba, empecé a tranquilizarme para poder disfrutar mejor lo que mi padre estaba haciendo, de mi espalda paso a mis brazos, en mis nalgas sentía como su tranca se posaba en medio de mis piernas, pero no las podía cerrar por miedo, después paso a mis nalgas solo que dejo caer el estropajo y solo me tallaba con su mano, yo no pude decir nada solo sentía como metía su mano en medio de mis piernas y sus dedos se detenían en los labios de mi vagina, sin voltearme empezó a tallarme en frente, mas que talladas eran caricias frenéticas que iban poniéndome mas caliente que nunca, sus manos amasaban ricamente mis pechos, luego bajaba a inundar con sus dos manos mi vagina para que después pasara una para atrás y acariciarme al mismo tiempo mi vulva y mi ano, al hacer estas caricias su tranca se detenía en mi estrecho ano, que con lo resbaladizo del jabón sentí que me quería ensartar por ese mi pequeño agujero.

Era tanta la calentura que me invadía que dejaría que me ensartara por donde quisiera, tímidamente le pregunte que quería hacer conmigo, dulcemente me dijo que solo me enseñaría como bañarlo, me deje hacer, suavemente me volteo tomo mi cara, se acerco y me dio un beso, un ardiente beso que sentí su lengua atravesar mi tráquea, al mismo tiempo me acerco a su caliente cuerpo y empezó a amasar mis nalgas cruce mis brazos por su nuca para repegarme mas, su tranca ya urgía por meterse dentro de mi, me dijo que me metería algo que yo ansiaba, que en ese momento me haría mujer, sin poder pronunciar palabra acepte gustosa, se sentó y me volteo, me tomo de mi cadera y me dijo que poco a poco me fuera sentando, así lo hice y sentí como la cabeza de su tranca ya abría las puertas de mi vagina para penetrarme, poco a poco me iba bajando, le dije que me dolía, me dijo que eso solo era el principio pues el dolor se convertiría en placer, el dolor se hacía mas intenso pero estaba gozando tanto que no quise reprimir ese momento, cuando por fin pude sentir sus huevos en mi pelvis supe que ya había sido penetrada completamente, empezó a besar mi espalda y a acariciar mis pechos, me dijo que me moviera suavemente, yo ya conocía ese movimiento, así que no dude para hacerlo, poco a poco el dolor fue desapareciendo, creo que mi padre lo noto y tomándome nuevamente de mi cadera empezó a balancearme, el suave balanceo que yo empecé iba tomando un ritmo brusco, que con mi saber se iba acoplando con el suyo, yo gemía y gritaba de placer, el me decía una sarta de palabras tan sucias que hizo que mi movimiento fuera mas descontrolado y alocado hasta que sentí como una electricidad sacudía tomo mi ser, dejándome desmadejada y sin seguir el ritmo de mi padre, groseramente mi padre me dijo “puta… ya alcanzaste ese precioso orgasmo… mamacita… puta mía…”

 

Esas palabras me hicieron volver a la realidad, mire hacia abajo y vi como el jabón se había convertido en color rojo, me asuste y se lo dije a mi padre, me dijo que era normal, que no me espantara que solo gozara de este inmenso placer que ahora ya conocía, me levanto y me enjuago todo el jabón, sangre y semen que inundaban mi gruta, después hizo lo mismo con el y me sentó, abrió mis piernas, acerco su cara y comenzó su espléndida mamada en mi vagina que me hizo olvidar nuevamente quien éramos, se oía tan rico el chasquido de su saliva que nuevamente tuve otro orgasmo, también lo supo, nuevamente nos enjuagamos, pensé que habíamos terminado, pues tomo la toalla y me seco, envolvió mi cuerpo, se seco también se enrollo en la toalla y nos salimos del baño, iba hacia mi cuarto cuando se acerco y entro conmigo, me quito la toalla y empezó a besarme todo mi cuerpo.

No hubo ni un solo rincón que no tuviera la saliva de mi padre, gozaba como una loca, la lujuria volvió a llenarme, se quito la toalla y se recostó en mi cama, me acerco y me dijo que me subiera con las piernas abiertas, esa posición también era de mi conocimiento, al hacerlo acomodo su tranca para que nuevamente me cogiera, deje caer todo mi cuerpo en su tranca y empecé a moverme, no tarde mucho en tomar ese ritmo tan candente que constantemente practicaba, lo brusco del movimiento me hizo alcanzar nuevamente aquellas sensaciones tan placenteras, las sacudidas que daba mi cuerpo desbarataba mis energías para continuar con ese delicioso balanceo, mi papito tan sabedor, espero a que me recuperara un poco y en un rápido movimiento me levanto con su pelvis y me quede debajo de el, empezó ricamente sus embestidas que a cada penetración sentía que abría mas piernas, quise ayudarlo en abrirlas lo mas que pude con mis manos para recibirlo totalmente abierta, eso calentó mas a mi papito y su cogida fue mas frenética, yo no aguantaba una embestida mas cuando saco su tranca de mi vulva y dejo caer su lechita en mi vientre, también sin energías se dejo caer encima de mi, pasado un momento me miro a los ojos, me beso dulcemente y me dijo:

– Se que los dos hemos disfrutado este precioso momento, quise comprobar que era tu primera vez, como tu madre resultaste una mujer muy ardiente, quiero que cada vez que sientas este calor, lo satisfagas conmigo, cuando vengas de la capital sabré que necesitas y yo saciare tus ganas, quiero que tengas presente que eres mía, solamente mía hasta yo diga quedo claro?, solo mía…

– Si

– Esta vez te eche mi leche fuera para que no quedes embarazada, después me pondré condones para no ocasionarte problemas entendiste?

– Si papá

– No, ahora me llamaras papito porque mi pito será tuyo cada vez tu quieras, yo te enseñare como mamar este pedazote de carne que te hizo mujer y este pedazote de verga te enseñara el placer por otros orificios que te harán bramar de lujuria quedo claro?

– Se que tu eres el hombre de la casa y así como lo eres de la casa lo serás para mi

– Iré a tomarme unas cervezas para que tu madre no sospeche nada

– Si papito

Mi querido papito se levanto se seco su exquisita verga y se salió de mi cuarto, una sonrisa quedaba en mi sudado rostro contenta y satisfecha de que mi hombre y mi amante fuera mi papito adorado, también me di cuenta de que mis sospechas eran ciertas, no iba tomado, iba en sus cinco sentidos, eso me causo mas felicidad, espero el momento adecuado para cogerme a su antojo, ahora sabia que había gozado las restregadas que me di gustosa en su verga, también supe que conscientemente me había mamado y tocado mis nalgas aquella noche…

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